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El sector comercial cierra el balance de verano con optimismo ante «unas ventas potentes, que han superado a las de otros años». El principal tirón ha sido, sobre todo, la primera quincena de agosto, desbancando a la segunda quincena de julio, que años atrás resultaba ... ser la más fuerte en ventas. Desde las asociaciones de comerciantes destacan que la apertura de la hostelería y un clima nublado, que no ha permitido muchos días de playa, han favorecido el movimiento comercial.
«Los resultados son mejores que otros años, se vende todo. Ha sido la bomba», dice Carmen Castillo, al frente de la tienda de complementos Lua, en la calle Lealtad de Santander. «El turismo se ha notado mucho. Sobre todo al que llega de México les gusta mucho el producto confeccionado en España. Las ventas han estado bien, pero no llegan a ser como las de 2019», apunta Sonia Saiz, de la tienda ropa de Coosy, también en la calle Lealtad.
Con estos resultados positivos gracias al tirón del turismo, los comerciantes aseguran que «cogen impulso para el invierno» y ya prevén que septiembre «también puede ser mejor que años anteriores», teniendo en cuenta que debido a la pandemia se acumulan vacaciones y a finales de agosto y septiembre bajan los precios de las estancias.
«La segunda quincena de julio ha sido tradicionalmente la más potente en ventas en Santander, pero este año la ha superado la primera quincena de agosto», ratifica Gonzalo Cayón, secretario general en Federación del Comercio de Cantabria, Coercán, basándose en el sondeo que ha hecho la organización que representa a los comerciantes de distintos puntos de la región.
«La apertura de la hostelería y la seguridad de la vacunación ha animado al público a pasear por los centros urbanos porque ambas, hostelería y comercio, van siempre de la mano», explica Cayón. Además, la climatología durante las dos primeras semanas de agosto, con numerosos días nublados, ha favorecido el trasiego de turistas por las calles comerciales.
El buen resultado al que apunta la mayoría de los comercios no refleja la totalidad, ya que estamos hablando de «un sector muy atomizado, con muchos subsectores, y no todos los productos responden igual», matiza Cayón. También influye mucho la ubicación:no todas las calles funcionan del mismo modo. «Rualasal, en Santander, parece que se ha hecho invisible después de unos años con afluencia de gente en la que fue un bum», lamenta Patricia Castaño, propietaria de la tienda Osada, de ropa para eventos.
«En San Francisco, las ventas siguen siendo menos que hace años y pasa muy poca gente por esta calle, estamos olvidados», lamenta Isabel Gutiérrez, de la tienda de ropa Stilo. Un poco más adelante, en la misma vía, otra dependienta comenta que «los turistas no han pasado por esta calle. Está muy triste».
Pero en términos generales, la percepción que traslada la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo y Ensanche de Santander es que el verano ha sido «satisfactorio y en agosto se ha notado una reactivación del consumo, que estaba congelado por la pandemia», subraya Agustín Ordejón, gerente del colectivo. «La activación del consumo está relacionada directamente con la apertura de la hostelería, que para nosotros es clave. Este sector ha tenido a muchas familias en ERTE y desde que han ido recuperando sus puestos de trabajo se va notando más consumo en las tiendas», razona.
Por localidades, las que e mejores resultados han registrado han sido Santander, Potes, Castro Urdiales, Noja y Laredo, según los datos facilitados por Coercan. San Vicente y Comillas también han estado «a tope» los fines de semana, con la hostelería completa y muchas reservas hechas con antelación.
En Torrelavega la situación del comercio no consigue estabilizarse desde que la pandemia hizo su aparición y, además, en verano mucha población sale de Torrelavega en búsqueda de zonas más turísticas. Según informó Comvega, Asociación de Comerciantes y Empresas de Torrelavega, la mejoría que se ha producido en las ventas «todavía es tímida, y falta mucho para rozar la realidad de años atrás», pero la apertura de nuevas tiendas también denota que vuelve a surgir dinamización. «Se han abierto en los últimos meses tres nuevas tiendas, dos de ellas de ropa y una del sector regalos», informó la asociación.
Algo más «triste y decaído», se ha notado el comercio en Colindres, según informa la Asociación de Pequeños y Medianos Comerciantes, Apymeco. Su presidenta, María José Martínez-Pulgar, explica que al ser una localidad no muy turística, sino que los clientes se van de vacaciones, «las ventas en julio han sido bajas, y hemos tenido una percepción de desánimo en la clientela, debido a tantas restricciones». En Noja, los comerciantes han notado «un agosto mucho más fuerte que el mes de julio, que estuvo muy flojo», dice Javier Gracia, representante de la asociación de comerciantes en la localidad, Acen.
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