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El vertedero de Meruelo, gestionado por la empresa TIR Cantabria, tendrá que afrontar una inversión de 49 millones de euros para adaptar la instalación a las exigencias normativas de la recogida del quinto contenedor, que se utiliza para reciclar los biorresiduos o basura orgánica ... generada en la cocina o en el jardín, según ha avanzado el consejero de Fomento, Roberto Media.
Aunque el anuncio pueda parecer algo novedoso, nada más lejos de la realidad, puesto que hace apenas un año desde la Consejería de Medio Ambiente -dirigida entonces por el PRC- se aseguró que la construcción de esa nueva planta para el tratamiento de ese tipo de residuos, a los que se les daría una segunda utilidad (se dijo que se convertirían en compost -abono natural-) entraría en servicio en el plazo previsible de «un año», es decir, este verano.
Sin embargo, esa previsión no se ha cumplido, teniendo en cuenta que el proyecto está aún en fase de redacción, según apuntó el director general del TIR Cantabria, Joaquín Pérez Viota, durante la visita que realizó al vertedero este miércoles junto al consejero de Fomento. «El proyecto es muy complejo al requerir la adaptación de la instalación garantizando el servicio público que presta y sin interrupciones del proceso, por lo que requiere mucho trabajo de encaje técnico», explicó Pérez, quien detalló que en Meruelo se tratan anualmente en torno a 230.000 toneladas de residuos, siempre en función del contexto económico y turístico, «aunque el complejo está preparado para adaptarse a las diversas cantidades que puedan llegar».
Muchas son las incertidumbres que rodean a este proyecto, ya que se desconocen los plazos de ejecución y de puesta en marcha y, sobre todo, el modo de financiación, es decir, de dónde saldrán esos 49 millones de euros. Fuentes de la Consejería de Fomento señalaron ayer a este periódico que todo eso quedará recogido en un convenio que tendrán que suscribir el Gobierno de Cantabria y la empresa concesionaria del vertedero de Meruelo. «A lo que hay que sumar la correspondiente tramitación para la obtención de los permisos medioambientales».
Lo que sí se sabe del proyecto es que la nueva planta se centrará en el tratamiento de la materia orgánica para recogerse separadamente, por medio de túneles de compostaje, que en una primera fase podrá tratar 15.000 toneladas, y en una segunda fase llegar hasta las 30.000. También se convertirá el bioestabilizado obtenido de los residuos urbanos por medio de un biosecado en combustible derivado de residuos que podrá ser utilizado para valorización energética.
Además, las inversiones evitarán el depósito de residuos en el vertedero y así cumplir los objetivos de conseguir que menos del 10% de los residuos urbanos vayan al vertedero. También se conseguirá la automatización de la línea de selección de envases y de papel y cartón, de acuerdo con los objetivos marcados en las leyes. «La Consejería agilizará al máximo todos los permisos necesarios para poner en marcha estas inversiones, porque necesitamos que el complejo de Meruelo se mantenga como motor económico y como solución principal al medio ambiente y a la recogida de residuos en Cantabria», afirmó Media.
En cualquier caso, desde Fomento dan por hecho que no se van a poder cumplir la indicaciones de Europa, que establecía el 31 de diciembre de este año como fecha límite para la implantación en las comunidades autónomas y las entidades locales de un modelo para el aprovechamiento de los biorresiduos. «La mayoría de comunidades autónomas van con retraso. Está pasando lo mismo que con la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones», afirmaron desde la Consejería.
El proyecto de creación de esa planta para el tratamiento de los residuos orgánicos -que representan alrededor del 40% de los residuos totales generados en España- tiene que ir de la mano de la instalación, por parte de los ayuntamientos de Cantabria, de los contenedores marrones donde se deben depositar esos biorresiduos.
Las claves
Complejidad El proyecto requiere la adaptación de la instalación garantizando el servicio público que presta
Financiación El Gobierno y la empresa concesionaria tendrán que firmar un convenio para definir el modo de pago
Plazos Fomento no sabe cuándo estará lista la planta, que requiere la instalación de contenedores marrones
Según informó hace unos meses la Consejería de Medio Ambiente, 11 municipios, que participaron en un proyecto piloto, ya cuentan con esos recipientes. Se trata de cuatro municipios del Valle de Iguña (Arenas, Anievas, Bárcena de Pie de Concha y Molledo) donde se instalaron a principios de 2022, así como los municipios de Cartes, Castañeda, Los Corrales de Buelna, Puente Viesgo, Reocín, Santillana del Mar y San Felices de Buelna, cuya implantación tuvo lugar entre los meses de mayo y junio. En total se colocaron 400 contenedores repartidos entre esos 11 municipios, aunque desde la Consejería de Fomento aseguraron ayer que ese proyecto piloto ha llegado a solo nueve municipios de la comarca del Besaya.
Para poder ir cumpliendo la nueva normativa, el Gobierno regional aprobó este miércoles ayudas por valor de 2.942.083 euros para proyectos de implantación, ampliación o mejora de la recogida separada de biorresiduos destinados a instalaciones específicas de tratamiento biológico; de recogida de aceite usado de cocina o de recogida diferenciada de textil, en aquellos municipios que tengan asumida la recogida de residuos domésticos.
El Ayuntamiento de Torrelavega es uno de los que ha adquirido ya sus contenedores, aunque está a la espera de instalar unas cerraduras inteligentes «para hacer una recogida de calidad y garantizar que se pueden depositar esos residuos sin necesidad de selección», según apuntó ayer el concejal de Economía, Pedro Pérez Noriega. «Está licitado es sistema de cierre y antes de finales de año tendremos en uso 100 contenedores».
En el 'quinto contenedor' o 'contenedor marrón' se deben depositar solo los biorresiduos domésticos: restos de fruta y verdura, de carne y pescado, cáscaras de huevo, de marisco y de frutos secos, otros restos de comida, posos de café e infusiones, tapones de corcho (sin añadidos de plástico u otros materiales), cerillas y serrín, papel de cocina sucio, servilletas de papel usadas y pequeños restos de poda y jardinería. El depósito de los residuos en el contenedor marrón se debe realizar en una bolsa compostable para garantizar la higiene y es importante no depositar residuos impropios (plásticos, botellas, envases ligeros, cartón) para no dificultar su tratamiento y reciclaje posterior. Los contenedores marrones convivirán con los verdes, que seguirán siendo los adecuados para depositar todo residuo no reciclable.
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