El viaje inaugural del tren playero acaba en autobús

Prácticamente todos los pasajeros ya sabían, antes de subirse al tren, que a su llegada a Torrelavega tendrían que hacer transbordo. Así lo explicó el trabajador de Renfe que les acompañó durante el trayecto. No obstante, «por si las moscas», él fue uno por uno informándoles sobre este trastorno.

«A nosotros nos ha parecido un poco rollo porque vamos muy cargados y subirnos y bajarnos dos veces...», cuentan Patrick Coyle y Gabriele Biasioli, que viajaron de Palencia a Santander para coger un vuelo. «Tenemos que pasar aquí el día hasta la hora del avión y pensábamos ir a la playa, pero parece que no será posible», comentaron mientras miraban los nubarrones.

Los que sí disfrutaron de un día de playa, aunque no acompañase el sol, fueron Carlos Martínez y Camila Fuentes, una pareja de Valladolid que llegó a Santander con una indumentaria muy veraniega: nevera, bolsa de playa, sombrilla... «Lo vamos a pasar bien igualmente aunque no haga el mejor día del mundo», aseguraron. En su caso, era la primera vez que se montaban en el tren playero, por lo que tampoco sabían cómo es hacer el trayecto completo en tren. «Ha sido relativamente rápido y cómodo. Hemos llegado algo más tarde, pero nada del otro mundo».

El conocido popularmente como tren playero, es un servicio que conecta desde hace décadas las ciudades de Valladolid y Palencia con la costa cántabra. Este año está en servicio desde este sábado y hasta el 27 de agosto todos los sábados y domingos. Sale desde Valladolid a las 07.45 horas, pasa por Palencia a las 08.22 y llega a Santander a las 11.40 horas. También efectúa paradas intermedias en las estaciones de Venta de Baños, Frómista, Osorno, Herrera de Pisuerga, Alar del Rey, Aguilar de Campoo, Mataporquera, Reinosa y Torrelavega. Por su parte, el trayecto de vuelta se inicia en la capital cántabra a las 20.15 horas.

El billete de ida y vuelta cuesta 39,40 euros. Aunque el precio de pasar un día en las playas de la costa cántabra, más allá del propio madrugón, son las siete horas de viaje entre la ida y la vuelta que dura el trayecto. Eso, si vas y vienes en el día. También hay quien alarga un poco más la estancia. Con suerte, el tiempo mejora y pueden disfrutar de las playas de Santander. Es el caso de Thais Villamerino e Iván García, que se quedan hasta el martes. «Hoy poco sol vamos a pillar, pero igual mejora el tiempo. Lo importante es pasarlo bien», reconocen.