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'Marina D'Or, ciudad de vacaciones, ¿dígame?' es el lema repetido hasta la saciedad en anuncios de televisión y prensa en el despertar de los 2000. Pero, sin ánimo de empañar la fama del que fuera espacio de recreo veraniego de buena parte de las familias españolas e incluso de políticos como José María Aznar, los datos lo desmienten. Según el último censo de viviendas y habitantes elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la verdadera ciudad de vacaciones es cántabra y es Noja.
Aquí, casi la mitad de las viviendas censadas en la localidad son de uso esporádico: es decir, son hogares que se utilizan para vacaciones, fines de semana o puentes. Las calles, por supuesto, lo notan sobre todo de cara al verano y lo reflejan también las estadísticas con datos llamativos por lo dispar. ¿Cómo es posible que en una localidad que contabiliza más de 13.600 viviendas haya solo algo más de 2.600 personas censadas? La explicación también la tiene el INE: el 92%, casi 12.500 domicilios, son segundas residencias.
Es el destino favorito de los vascos. Lo nota bien Begoña, quien regenta una de las cafeterías céntricas de la localidad. Ella, a pie de barra, analiza casi como un ente estadístico que los más numerosos son «los vizcaínos, sobre todo». La precisión de la hostelera se comprueba con cifras. El turismo procedente de Vizcaya supone seis de cada diez visitantes veraniegos que recibe Noja entre julio y agosto. Según cifras de turismo interior, casi 63.000 de los 108.000 visitantes que recibió la localidad costera el pasado verano, el de 2022, procedían de esta provincia vasca. Le sigue, aunque muy de lejos, el turismo proveniente de Madrid que solo concentra poco más de 10.000 visitantes en el mismo periodo vacacional.
Es primera hora de la mañana, pero la calle ya va despertando y el ritmo no es el propio de un pueblo, sino el de una ciudad de tamaño mediano. El hotel Viadero va recibiendo huéspedes en su cafetería y en la recepción. Al fondo de la calle, un peregrino rubio, alto y joven aprovecha el paso de los coches que salen en dirección a la autovía para hacer dedo y varias trabajadoras de un supermercado cercano sortean al muchacho mientras caminan a buen ritmo para llegar a tiempo a su centro de trabajo. Un grupito bastante nutrido de señoras, con sus carros de la compra, espera la apertura de las puertas del supermercado.
El agosto del sector servicios
El trajín de la calle contrasta con la tranquilidad del café de Bego. Al punto de la mañana, ya tiene parroquianos que se disponen en una especie de círculo con la hostelera situada en uno de los límites, sin abandonar la barra, y preguntan cuándo llegará el sol a Noja para permitir un día de playa. Alrededor del círculo se unen personas oriundas de Noja y algún turista al que «ya no se le puede denominar así», como señala una de las participantes de la mesa, porque llevan muchísimos años viniendo y pasan buena parte del año en la localidad: «ya es de aquí», apostilla. A pesar de que el mayor empuje del turismo se concentra entre julio y agosto, en esta cafetería contratan gente desde la primavera. «Cada año, desde las vacaciones de Semana Santa, ya nos reforzamos», apunta la hostelera al frente del bar nojeño, que aún tiene varias mesas libres. Todavía es pronto para que los pinchos (pintxos, como aparecen escritos en su carta, con clara alusión a uno de sus públicos principales) decoren las vitrinas, aunque el menú de picoteo que ofrecen recuerda a cualquier barra del Casco Viejo del mismísimo Bilbao: bacalao en distintas combinaciones o tortillas con diversos rellenos, incluido el tradicional de txaka (mezcla de palitos de cangrejo, huevo y mayonesa).
Unos metros más allá, la calle desprende el aire dulzón de una panadería y repostería, la de Lucía. Ella se encuentra al frente de la panadería Je-Lu, colocando los últimos bollos en la vitrina, y apenas tiene unos segundos para analizar el turismo en la ciudad porque tiene más tareas pendientes, con «muchísimos pedidos que preparar» para clientela que está al caer. Para ella la temporada «se ha ido acortando con el paso de los años», y resume el calendario de turismo tirando de santoral: «de San Fermín a la Asunción», es decir, los meses fuertes de trabajo se concentran del 7 de julio al 15 de agosto.
La importancia del sector terciario en esta localidad costera es evidente: el verano pasado, último periodo con cifras estadísticas completas, Noja registró la contratación de 730 personas, de las que 716 fueron a parar al sector servicios, aunque cada vez sea más difícil encontrar los perfiles adecuados. Es el caso de la panadería de Lucía, donde se ha reforzado este verano con otra trabajadora, a pesar de que le ha costado «muchísimo poder contratar a alguien porque la gente busca un trabajo de larga duración, para todo el año y no solo una temporada corta, y esperan unos salarios muy buenos», apostilla, «además de que el de servicios es un sector complicado, porque se trabajan fines de semana y festivos, que es cuando todo el mundo quiere descansar».
En el caso de la hostelería buena parte de los bares amplían sus horarios y ofrecen desayunos, comidas y cenas y abren desde las 8 de la mañana hasta bien entrada la noche para completar todos los servicios diarios. Y, para ello, necesitan dotarse de más manos que cumplan con la demanda. «Contratamos una o dos personas, porque si no, no daríamos abasto», apunta Begoña antes de despedirse con un 'agur' y seguir sirviendo cafés tras la barra.
También se refuerza el Ayuntamiento, con medidas como la implantación de la zona de estacionamiento limitado y que va desde el 15 de junio al 15 de septiembre para garantizar que sobre todo las personas residentes en Noja tengan disponibles plazas para aparcar en la calle. Mireia Marza es la nueva alcaldesa de la localidad desde el pasado 14 de junio, cuando tomó posesión de su cargo. Esta será su primera temporada turística al frente del consistorio y, por tanto, aún no ha experimentado qué ocurre desde la óptica del ayuntamiento, pero sí anticipa que el trabajo «será muy superior al resto del año». Maza apunta a la necesidad de ofrecer «no solo playa» y por ello el municipio pasa por un proceso de «reinvención con actividades de ocio, cultura, danza, teatro…». Reconoce que apostar solo por la playa genera un «turismo muy limitado».
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Álvaro Machín | Santander
Guillermo Balbona | Santander
Sócrates Sánchez y Clara Privé (Diseño) | Santander
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