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Hay que escarbar medio kilómetro para arrancar zinc del suelo de Santillana del Mar. Luego, llevarlo 8 kilómetros hasta Torrelavega para que lo examine un equipo de geólogos. Y, después, transportarlo otros 800 kilómetros hasta Sevilla, donde un laboratorio confirmará si hay suficiente mineral en ... la comarca del Besaya para que el proyecto industrial estrella de la región sea viable. Ese será el viaje que harán las piedras extraídas en el sondeo que comenzó esta semana en Queveda. El primero de 150 agujeros que la empresa canadiense Emerita Resources y el Grupo Aldesa tienen previsto hacer durante los próximos 13 meses en Cantabria. A 100.000 euros por cada sondeo, además de los gastos para mantener un equipo técnico y los servicios de un laboratorio, la inversión asciende a 27 millones de euros sólo para confirmar que, efectivamente, hay suficiente zinc debajo de nuestros pies. Si es así, luego llegará el desembarco total: 600 millones de euros y 2.000 empleos para construir una mina a partir de 2020.
Fue el pasado martes cuando el Spidrill 160-D, un brazo mecánico de última generación construido por una empresa de Ponferrada, comenzó a excavar el suelo del Besaya. Pero olviden cualquier imagen de una perforación petrolífera o minera que hayan visto en alguna película. No hay nada de mastodóntico en el sondeo de Santillana. Se trata solo de una plataforma de apenas 15 metros de largo con un motor diesel ecológico cuyo ruido apenas llega a las casas aledañas.
Pero, ¿cómo se extrae un mineral que se encuentra a 500 metros de profundidad sin llamar demasiado la atención? El nombre técnico del sistema es 'wireline' y, en realidad, no es más que un mecanismo de tubos que permite avanzar 50 metros diarios siempre que la máquina no se encuentre con problemas en forma de cavernas o roturas.
Los técnicos introducen un tubo de acero de 115 milímetros y tres metros de largo que hace las veces de cascarón externo. Dentro de él se mete otra cápsula más estrecha en la que se encuentra la perforadora –una falsa punta de diamante que gira 700 vueltas por minuto con una presión de tres toneladas– y el contenedor o testigo que saldrá a la superficie con el material. Mientras se perfora, se inyecta agua para atenuar el calor provocado por la fricción. Para eso hay cuatro piscinas situadas junto a la máquina instalada en Queveda. Dependiendo del tipo de piedra se utiliza más o menos líquido. «El otro día usamos 40.000 litros, pero ayer sólo 20.000. Cuanto más compacta la roca, más agua se puede reutilizar porque no se pierde entre los resquicios del subsuelo», explicó el responsable de producción, José Salvanés.
Después de media hora agujereando el suelo –si no hay problemas–, llega el momento de recoger el material. Gracias a un sistema de cables no es necesario sacar todos los tubos cada vez, sólo la parte de la cápsula que funciona como testigo. Al mismo tiempo que vuelve al exterior, expulsa el agua acumulada, que vuelve a las piscinas.
Lo que sale del agujero es una pastilla de roca compacta de tres metros de largo. El primer día era de gravilla, pero ahora que ya han superado los 200 metros de profundidad es de roca caliza completamente gris. Será a partir de los 550 metros –si todo va bien, el próximo fin de semana o los primeros días de abril– cuando aparecerá esa blenda acaramelada que revela la presencia de zinc. La barra de roca extraída se parte con un martillo, hasta la última piedra se mete en una caja azul, se etiqueta con su profundidad y se envía a Torrelavega, donde la espera un equipo formado por diez personas.
Santiago Ruiz | Director del proyecto
En total se obtendrán 250 de esas barras del subsuelo que deberán examinar los dos geólogos contratados para los sondeos. Aplicarán aguafuerte sobre el material y laminarán longitudinalmente la pastilla de roca «para encontrar colores anómalos». «Se basan en su experiencia y en la observación para determinar qué muestras son las importantes y se deben enviar al laboratorio», señaló el director del proyecto, Santiago Ruiz. En este caso cuentan, además, con un detallado estudio que dejaron hecho la Universidad de Cantabria y Asturiana de Zinc sobre el mineral del Besaya.
La mitad de las muestras importantes se las quedará la empresa y la otra mitad recorrerán los 800 kilómetros que separan Torrelavega del laboratorio sevillano. Allí, convertirán esas pastillas en polvo y las someterán a un examen que revelará exactamente la Ley del mineral, es decir, el volumen de zinc que hay en la roca.
País Millones de toneladas al año
1. China 5,1
2. Perú 1,4
3. India 1,3
4. Australia 1,0
5. EEUU 0,7
6. México 0,6
7. Bolivia 0,5
8. Canadá 0,3
9. Suecia 0,2
(...) Cantabria 0,1*
* Si se confirma que las 20 millones de toneladas de mineral tienen una Ley del 11% de zinc
Las previsiones más optimistas hablan de un 11% de este material entre los 20 millones de toneladas de mineral que hay bajo el suelo. Como referencia podemos tomar los resultados de Asturiana de Zinc a mediados de los 90, cuando en su explotación a cielo abierto consiguió resultados de un 4,8% y en la mina subterránea de una 7,3%. De hecho, el descenso de su producción hasta su cierre se achacó a «no haberse conseguido la normalización de las excavaciones tras el golpe de techo sufrido en agosto de 1994, y a la bajada de la ley media en el zinc», según un informe del Instituto Geológico y Minero de España. En la zona de Santillana del Mar, donde ahora se realizan los sondeos, los propios estudios de Asturiana de Zinc hablan de porcentajes mayores, cercanos a ese 11% que ansían los americanos.
«Los estudios que hemos empezado ahora nos permiten ver no sólo la cantidad, sino la forma en la que se encuentra –en una bolsa, en una lengua– y la mejor manera de atacarlo cuando se construya la mina. También permite hacer un mapa del subsuelo, ver si hay fallas y hacer así la interpretación geológica de la zona», reveló Salvanés.
José Salvanés | Responsable de producción
Emerita Resources calcula que la explotación de la mina duraría dos décadas, por lo que Cantabria generaría 110.000 toneladas anuales de zinc y se convertiría en un sólido productor mundial. Una lista encabezada por China (5,1 millones de toneladas al año) y Perú (1,4) e India (1,3). La región coquetearía con Suecia, novena gracias a sus 200.000 toneladas anuales.
Durante toda la década de los 90, España fue la octava productora mundial de zinc, con Reocín como líder nacional. Aquellos años, Canadá y Australia eran, de largo, los principales proveedores mundiales, precisamente los países de las dos empresas que ahora vienen a Cantabria a invertir en la mina. Una, la americana, es la que ya ha empezado con los sondeos. La segunda, Slipstream Resources, lo hará antes de verano y tendrá tres años para analizar el subsuelo y decidir si quiere invertir en la construcción de una mina.
La mitad del zinc que produce el planeta se usa para galvanizados. Es decir, para cubrir otro metal, que suele ser hierro, y hacerlo más resistente a la oxidación del aire. El mejor ejemplo son las tuberías para la conducción de agua. Otro 15% del zinc se utiliza para fabricar latón –muy aprovechado para construir instrumentos musicales– y otro 15% para aleaciones, esto es, para dar mayor solidez y resistencia a los materiales. Por ejemplo, transformándolo en alpaca, si se combina con níquel y cobre, para hacer cubiertos de mesa. El óxido de zinc es el más conocido y utilizado industrialmente, sobre todo como base de pigmentos blancos para pintura, pero también en la industria del caucho y en cremas solares.
1. Agujero en Queveda. Esta semana comenzó el primero de los 150 sondeos que la empresa tiene previsto hacer. Cada uno de ellos cuesta 100.000 euros y se excava durante dos semanas, aproximadamente, hasta los 550 metros para encontrar el zinc.
2. Análisis en Torrelavega. Dos geólogos reciben las 250 cajas con todo el material extraído del subsuelo de Santillana del Mar. Buscan el zinc y seleccionan las mejores muestras para hacer posteriormente un examen más detallado.
3. Laboratorio en Sevilla. Las muestras seleccionadas por los geólogos llegarán aquí para pasar el último examen. Tras reducir las piedras a polvo se podrá verificar la Ley de zinc y decidir si es rentable construir una mina en la comarca del Besaya.
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