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«Esta vez no ha sido la catenaria», certificaron a primera hora de ayer fuentes de Adif. Pero el caso es que una vez más el tráfico ferroviario entre Aguilar y Santander se mantuvo interrumpido desde las 11.15 horas y hasta las 17.00, cuando ... se finalizó la reparación de la incidencia a la altura de Quintanilla de las Torres. El percance afectó por la mañana, a los pasajeros de sendos trenes de Media Distancia que realizaban el trayecto de ida y vuelta entre Santander y Valladolid y por la tarde, a dos Alvia, el procedente de Alicante en dirección Santander, y el que cubre el itinerario entre la capital cántabra y Madrid. En conjunto, cerca de 600 viajeros sufrieron el inconveniente que se ha convertido en cosa demasiado habitual para quienes frecuentan el servicio.
«Para nosotros ya es la cuarta vez que tenemos que bajarnos de un tren para subir a un bus por una cosa o por otra», denunció Toñi Rodríguez a su llegada a Santander. Lamentaba su suerte mientras cargaba con las maletas, acalorada frente a la estación de Adif de la capital cántabra, donde dejó a los viajeros el autobús fletado por Renfe. «Pensamos que siempre nos pasa a nosotros pero es que le pasa con demasiada frecuencia a todo el mundo que viaja en tren por Cantabria», se quejó la santanderina.
Fueron necesarios catorce autobuses para transportar a todos los viajeros. Dos se pusieron en marcha por la mañana para trasladar a sus destinos a los 70 afectados. Por la tarde, con sendos Alvia ocupados al completo, fueron precisos doce más. Los necesarios para cubrir un pasaje que estuvo cerca de sumar los 600 pasajeros.
Y todo por un «enganchón», indicaron fuentes de Adif. El problema técnico en este caso no se localizó en la catenaria –la instalación clave del engranaje ferroviario que normalmente falla en Cantabria– sino en el pantógrafo, la pieza que conecta los trenes con esta corriente eléctrica. «Ambas se han enganchado por causas que desconocemos en Quintanilla de las Torres (Palencia) y nos ha obligado a parar el tráfico». Sucedió pasadas las 11.19 horas con el tren de Media Distancia que cubría el trayecto entre Santander y Valladolid. Los afectados fueron trasladados en autobús a Alar del Rey, donde volvieron a subir a otro tren rumbo a su destino. La carretera fue también la solución que se le dio a los viajeros que venían de Valladolid y con la capital cántabra como destino.
Adif puso en marcha el dispositivo de reparación de la incidencia y horas después decidió autorizar la salida de sendos Alvia, confiando en que una vez llegados a Quintanilla de las Torres todo se hubiera solucionado; pero no fue así.
«Lo que ha firmado el diputado José Mazón en Madrid no vale para nada» ha manifestado el diputado nacional de Ciudadanos (Cs) por Cantabria, Rubén Gómez, tras las últimas averías de los trenes de media distancia en Cantabria, que han dejado en la estacada a más de medio millar de pasajeros.
Gómez ha criticado que el apoyo del regionalista al Gobierno de Pedro Sánchez, vinculado a la mejora de las infraestructuras en Cantabria, «es una prueba de que lo firmado no tiene valor mientras no haya gobierno. Su voto no vale nada».
«Necesitamos un Gobierno en Madrid que no utilice las infraestructuras como moneda de cambio, sino que sean un elemento vertebrador del país, que favorezcan la competitividad de nuestra región y permitan frenar la caída en picado de los usuarios en Cantabria, cercana al 30% en una década», sostiene.
«Justo cuando han llegado los Alvia se ha terminado de reparar el problema, pero no hemos querido hacer esperar a nadie ni un minuto», aclaró Renfe. Así que dispuestos como estaban los autobuses a la espera, se decidió que los viajeros terminaran el trayecto por carretera.
«No tiene sentido que esto nos esté pasando todavía en el siglo XXI, y en una región como Cantabria, que se supone que está desarrollada», criticó el santanderino Luis de la Peña. «Hay que pedir al señor Revilla que siga peleando porque nos pongan el AVE para ver si de una vez por todas podemos viajar en tren sin sobresaltos», proclamó. Cuatro autobuses procedentes de Palencia fueron estacionando a partir de las 18.30 horas de ayer frente a la estación de Adif en Santander. Otros dos se quedaron en Torrelavega, donde llevaron a los pasajeros que iban a bajar en aquella parada.
Algunos, como Toñi, han sufrido en numerosas ocasiones un percance similar y ya han aprendido a relativizarlo; pero para el viajero nuevo la imagen de la infraestructura queda muy perjudicada. «Soy mexicano, es la primera vez que vengo a Santander en tren y la verdad es que no creo que lo repita», argumentó Tomás Barquín. Pertenece a un grupo grande de viajeros, y el transbordo en Palencia, para dejar el tren y subir al autobús, supuso un trastorno con un amplio cargamento de equipaje.
«Nos informaron de que iba a pasar esto primero por correo electrónico y después por SMS. Una vez en Chamartín, lo dijeron por megafonía;pero aún así hay gente que se queja de que no sabía muy bien qué tenía que hacer», contó la santanderina Alejandra Zurita. Otros barajaron la reclamación desde el instante en que pisaron tierra. «Me he informado de la manera en que debemos exigir un reembolso de al menos parte del billete», explicó el madrileño Javier Fernández. Tendrá que dejar pasar 24 horas y después tendrá un plazo de tres meses para presentar la reclamación.
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