
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El 21 de febrero de 2020 este periódico publicó en exclusiva una noticia sobre el inicio de las investigaciones de una presunta estafa millonaria con ... punto de partida en la antigua oficina de Novo Banco en Santander –ya había cerrado por entonces–. Días antes, un exempleado de la entidad (y principal investigado por los hechos) había puesto los hechos en conocimiento del juzgado. Dio el paso, seguramente, al verse acorralado. La lectura de aquella información hizo que a muchos de los afectados (cerca de medio centenar) se les atragantara el desayuno. Se enteraron por El Diario Montañés de que buena parte del dinero que creían tener se había esfumado. Pues bien, más de dos años y ocho meses después hay –aseguran– «una preocupación manifiesta por falta de avances». La víctimas hablan de «desesperación» mientras las pesquisas y los testimonios prosiguen sin una fecha clara para el final de la instrucción del caso.
«Hay mucha gente mayor y personas que, incluso, han tenido que vender propiedades». Su denuncia es que recibían una información sobre sus ahorros que, finalmente, no se correspondía con la realidad. De hecho, las víctimas cifran el dinero esfumado en unos 45 millones de euros –la versión del banco en cuanto a lo sucedido y a las cifras es muy distinta–. El caso es que estas personas contaban con un dinero que no estaba y que no saben si van a recuperar o cuándo. Les decían –relatan–, en papeles con sellos de Novo Banco, que tenían una cosa y que sus inversiones iban viento en popa, y la situación era otra cosa bien distinta.
A día de hoy, han sido llamados a declarar en calidad de investigados el exempleado Jacobo Vidal (el principal protagonista del caso), varios de sus familiares y algunos –no todos– de sus compañeros en la antigua oficina. Y también el banco. De hecho, una de las novedades en los últimos meses del proceso es que la Audiencia Provincial resolvió un recurso y decidió que Novo Banco siguiera como investigado al detectar que había indicios racionales de criminalidad en su actuación. La Audiencia tiene pendiente de resolver, eso sí, si es procedente el establecimiento de una fianza de 19 millones de euros impuesta por la jueza que lleva el caso para garantizar que hay un dinero como depósito en el juzgado en caso de que haya que resarcir a las víctimas. De hecho, la magistrada debe resolver si sirve para hacer frente a esa fianza un aval del propio Novo Banco (se avalan a sí mismos) presentado como respuesta a su decisión (la defensa de las víctimas entiende que no sirve). Pero no resolverá hasta que no lo haga previamente la Audiencia.
Quedan, de hecho, muchas cosas por resolver. En los próximos meses están llamados a declarar como testigos el antiguo director comercial de la entidad y el director jurídico. Las declaraciones de los peritos que ya contaron su versión en el juzgado sirvió, básicamente, para ratificar el relato de cada parte (banco y clientes). Y a esto hay que sumar que los familiares de Vidal que prestaron declaración dijeron, por resumir, que ellos no tenían nada que ver con lo sucedido. Además, Novo Banco ha presentado este año dos informes para contradecir al que entregó la defensa que aglutina al grueso de los afectados (algunos otros clientes van con su propia defensa y también han presentado documentos). Lo que dice la entidad es que los perjudicados conocían o podían conocer que lo que les decía Jacobo Vidal no era verdad. Eso, y que ellos desconocían las supuestas irregularidades en la oficina.
La sensación en el ámbito jurídico es que se trata de un macrojuicio que desborda la tarea del juzgado (no hay reproches a la magistrada, es una cuestión de volumen). Incluso, por la cantidad de partes implicadas, que hay un problema de espacio y no siempre está disponible la sala más grande. Todo suma tiempo.
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