Hay vida después de la política

Las últimas elecciones autonómicas, municipales y generales no solo han provocado un relevo en el Gobierno de Cantabria y en el reparto de fuerzas del Congreso y del Senado, también han supuesto la retirada política de un puñado de protagonistas de la escena cántabra de los últimos años. Algunos vuelven a la actividad privada y otros han optado por jubilarse, pero todos coinciden en que nunca volverán a la primera línea política. O al menos no entra en sus planes.

La decisión del PRC de no presentarse a las elecciones generales le jubiló prematuramente. Antes de ser diputado en el Congreso la última legislatura, Mazón (72 años) había hecho de casi todo en la política cántabra desde hace tres décadas al lado de Miguel Ángel Revilla. «De momento no echo nada en falta, pero sí agradeceré no tener que decidir el voto todas las semanas en mil asuntos», dice Mazón, que ahora tendrá mucho más tiempo para jugar al tenis, una pasión que ha fusionado con otro de sus amores: la estadística. El dirigente regionalista ha puesto en marcha una web en la que analiza todos los resultados históricos de este deporte para elegir al mejor tenista de todos los tiempos (www.tennisraceforhistory.com). «También dedicaré más tiempo a la familia y a los amigos, viajaré más con mi mujer, leeré libros que tengo a la cola, escribiré alguna cosa que tengo empezada...».

Aunque sigue la actividad política, asegura que no está pendiente de la noticia diaria, y descarta volver en algún momento a ejercer: «No tengo ninguna aspiración política, aunque colaboraré con el partido donde me necesiten».

Maestro e histórico socialista de Torrelavega, donde empezó en política como concejal hace dos décadas, y donde llegó a ser alcalde en 2015, Cruz Viadero (68 años) lleva anunciando que deja la política desde 2018. Y ahora lo ha cumplido «de forma meditada y voluntaria». El tiempo que le deje libre el Ayuntamiento lo dedicará ahora a la lectura, a la música y al deporte. «También, por supuesto, a la familia y amigos», insiste, pero lo que no realizará es ningún tipo de actividad pública ni privada. «Soy un funcionario jubilado», se define.

Aunque dice que no echa de menos nada y que descarta «totalmente» reincorporarse en algún momento a la vida política, seguirá como afiliado toda su vida al PSOE y sigue «con mucho interés» la política nacional, sobre todo hasta que se forme Gobierno en Madrid. «La actividad política municipal y autonómica me sigue interesando, aunque leo y escucho menos noticias. Los que nos hemos dedicado a la actividad política municipal es difícil que nos desliguemos del todo porque nos gusta».

Histórica regionalista con fama de trabajadora y prudente, Lombó (73 años) ya ha tramitado su jubilación como funcionaria del Gobierno de Cantabria. Fue hace dos décadas cuando dio el salto a la primera línea como directora de Función Pública, y llegó a ser la número dos de la candidatura electoral del PRC en 2015, solo por detrás de Miguel Ángel Revilla. Ahora, tras una legislatura como consejera de Educación y FP, se dedicará «a viajar y a dedicar mayor atención y disfrute de mi familia».

Tiene «completamente descartado» volver a la política activa, pero sigue la actualidad «con interés» y conservará su puesto en la Ejecutiva del PRC y el Comité Local de Santander. Dice que echará de menos «el contacto directo con los distintos colectivos» y no extrañará «las posturas demagógicas».

Su llegada a la política fue más sorprendente que su salida. Fichado por María José Sáenz de Buruaga para su candidatura en las elecciones de 2019, Vidal de la Peña (61 años) ha vivido en el Parlamento durante cuatro años «un breve paréntesis» en su actividad como empresario del motor, a la que ahora vuelve porque «hay mucho que hacer y va para largo».

Es de los pocos que no cierra la puerta a una segunda parte en política, aunque la experiencia en el Grupo Popular no ha sido todo lo buena que se pretendía. «La vida da muchas vueltas, nunca se puede descartar nada», dice. Eso sí, no cree que vaya a echar de menos nada: «Lo mejor que encontré en política me lo llevo conmigo, son algunos buenos amigos y una experiencia que siempre me hace crecer».

Vidal de la Peña no notará demasiado el tiempo que liberará de su trabajo en el Parlamento, ya que siempre ha intentando «mantener un equilibrio saludable entre trabajo y aficiones, no he permitido que ni la política ni la empresa me obliguen a aparcar del todo salir al monte, andar, montar en bici, moto, esquíes…».

Tras 16 años como concejal en el Ayuntamiento de Santander, Fuentes-Pila (60 años) se echó a un lado con la llegada de Felipe Piña como candidato del PRC en las últimas elecciones municipales. Ahora retomará su actividad profesional en el ámbito de la atención farmacéutica, los trastornos adictivos y la terapia. «Continuaré con proyectos formativos, así como con la reconducción del equipo del centro de psicoterapia que fundé en el año 2000», explica. Todavía ostenta el cargo de secretario general del PRC de Santander y asegura seguir preocupado por los problemas de su ciudad, pero se ríe pensando en su regreso a la primera línea política: « No tiene pinta, la verdad. Pero en fin, arrieros somos...».

De momento, este verano se ha desenganchado un poco de la actualidad: «En esta época poco hay que seguir salvo el itinerario de saraos y festejos en los que se convierte el tiovivo político. Hay muchas cosas más importantes por las que preocuparme que las noticias políticas».

Contento del bagaje que ha dejado en los últimos años en el Ayuntamiento, asegura que de esa etapa no echará de menos «la mezquindad y la falta de escrúpulos de algunas personas».

Después de 18 años como alcalde de Reinosa, 4 de Pesquera y otros 4 como diputado en el Parlamento de Cantabria, Barrio (74 años) se dedicará ahora a plantar manzanas reinetas –como las que tenía su abuelo en la huerta de casa–, subir a las montañas de Campoo y jugar a los bolos. «Sigo pensando que este pulgar se puede mejorar», dice. Su retirada fue «una determinación largamente larvada».

Algo «saturado» del bombardeo informativo obligado cuando estaba en primera línea, se queja de «los chismorreos mal intencionados y las declaraciones confusas y contradictorias» que rodean la política, un mundo con «una parte más oscura» del que no echará en falta «la mala educación, las faltas de respeto, las mentiras, la manipulación desde las redes sociales...».

Artista polifacético reconvertido en político, Álvarez (57 años) se alistó en Ciudadanos y comenzó a lo grande como diputado en el Congreso en 2016 antes de comenzar su etapa en el Parlamento de Cantabria en 2019. Ha vivido en una montaña rusa durante la última legislatura, con un partido que aspiraba a gobernar en España y que acabó desaparecido. Álvarez volverá al mundo artístico ahora y, de momento, se dedica a dar conciertos con su grupo Poca Broma en locales de Santander.

Socio y dolor de cabeza de la alcaldesa de Santander la pasada legislatura, Javier Ceruti (56 años) cambia su sillón de concejal de Urbanismo y Cultura en el Ayuntamiento por el despacho de abogados del que llegó a la política. Vocal de la Asociación 'Cantabria Nuestra' también estará más liberado para sus obligaciones como reservista voluntario, actualmente Alférez de Navío de la Armada Española desde 2007.

Maestra y exalcaldesa de Cabezón de la Sal, la socialista Isabel Fernández (61 años) deja atrás veinte años en la política y una última legislatura como senadora por Cantabria. «Son proyectos en tu vida que sabes que tienen que tener un punto y final, no puedes perpetuarte en los cargos y salir de uno y entrar en otro», dijo cuando anunció que no se presentaría a la reelección.

Uno de los hombres fuertes del PRC en los últimos años tomó la puerta de salida antes de las elecciones. Gochicoa (53 años) dimitió «limpio, tranquilo y dando la cara» por el 'caso Obras Públicas' el pasado mes de marzo. Ahora sigue en el puesto al que volvió entonces como funcionario del Estado vinculado a Fomento.

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