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Mariña Álvarez, Álvaro Machín y Pedro Fomperosa
Santander | Alto Campoo
Martes, 29 de diciembre 2020, 08:32
«Y eso que ahora no está lloviendo». Eso decía mientras hablaba por teléfono un tipo que caminaba antes de las diez de la mañana por una casi desierta calle Juan de Herrera. El centro de Santander, a primera hora, estaba prácticamente vacío. Con muy ... poca luz, frío, con chaparrones intermitentes y la coletilla de las últimas rachas de viento. Para hacerse una idea, a esa hora, de las terrazas que hay en La Porticada dos estaban sin montar y en la que tenía algunas mesas ya disponibles (a cubierto, claro), sólo había dos personas tomando un café y frotándose las manos. Hosteleros (los que se mantienen abiertos porque tienen terraza) y comerciantes –en una semana clave para su maltrecha cuenta del año– fueron los más perjudicados por los efectos de un temporal ya mermado en fuerza. Ellos y los conductores. Porque la nieve sí que dificultó el tráfico en algunas zonas de la comunidad autónoma, sobre todo a primera hora de la mañana.
El viento, que provocó los principales problemas el lunes, fue claramente a menos. La mejor muestra es que la racha más fuerte fue una de 78 kilómetros por hora en Santander durante la madrugada (del lunes al martes). Sólo una en las horas siguientes silbó con más velocidad (79). También la 'rabia' de los fenómenos costeros se fue relajando con el paso de las horas. De la alerta roja a la naranja. Aunque las huellas de una noche agitada aún eran evidentes con la bajamar (a las 10.05 horas con un coeficiente de 77). El paseo marítimo a la altura del letrero de Santander o entre los restaurantes El Parque y El Cormorán estaba lleno de arena y algas –una carretilla de Parques y Jardines llevaba en ese momento bien repleto el remolque por allí–. Con todo, en las playas de la capital, la imagen que sigue llamando la atención es la de Los Peligros. Con cada noche de temporal, aumenta el mordisco. Y es muy llamativa la estampa de las escaleras y la rampa que vienen de Reina Victoria y que desembocan a un lado de La Horadada. A primeros de diciembre se formó un escalón en la playa y ese acceso, que está cortado (aunque se siga usando), se vio muy mermado de arena por debajo (como recogió este periódico). Conductos al aire, roca, salto de arena... Pero es que ahora el paso está literalmente colgando. En el aire. Las olas y el viento han ido cavando por debajo y el hueco es enorme.
Con todo, en cuanto a incidencias, el 112 resumió la noche como «tranquila». «Se han registrado cuatro llamadas relativas al viento que han derivado en una incidencia ocurrida por una quima en la calzada, y otras cuatro llamadas por costeros que no han necesitado movilización de medios. Desde que comenzaran los avisos meteorológicos por la borrasca Bella, el Centro de Gestión de Emergencias 112 del Gobierno de Cantabria ha recibido 214 llamadas relativas a fenómenos meteorológicos, de las que se ha derivado la coordinación de cien incidencias», indicaban desde allí como balance. Pasadas las ocho de la tarde, el Gobierno desactivó el Plan Territorial de Emergencias (Platercant), que permanecía activado en su fase de preemergencia desde el pasado domingo
Menos tranquila fue la situación que se encontraron los conductores en un punto clave como la A-67. La nieve condicionó por momentos la circulación en la autovía, entre Hormiguera (Valdeprado del Río) y Bárcena de Pie de Concha (entre los kilómetros 117 y 150). A primera hora este tramo era «transitable con precaución», según la DGT, aunque el trabajo de las quitanieves normalizó el tránsito según avanzó la mañana. Eso mismo ocurrió en la carretera hasta Brañavieja, que fue despejada (la apertura de la estación es inminente y ayer ya hubo familias que se acercaron a la zona).
A primera hora de la tarde, el mapa de incidencias de Tráfico señalaba la necesidad de cadenas o neumáticos especiales en San Glorio o Palombera, las «condiciones difíciles» para transitar por Los Tornos y el cierre de la carretera en Estacas de Trueba y Lunada.
Aunque el pronóstico para este miércoles está muy lejos de poner soles en el mapa –«nuboso o cubierto con lluvias y chubascos, ocasionalmente tormentosos a primeras horas» y «nevadas, en general débiles, por encima de los 600-800 metros durante la primera mitad del día»–, las alertas de los últimos días se irán suavizando. (los avisos de Aemet actualizados, pinchando aquí). En el litoral seguirá vigente la advertencia naranja hasta media mañana (luego será amarilla), mientras que en Liébana, la zona centro de la región y el Valle de Villaverde la alerta por nevadas estará desactivada –si no hay cambios– desde las 09.00 horas.
El panorama no será muy diferente en el último día del año. Los cántabros despedirán 2020 con «nevadas débiles en la segunda mitad del día en Liébana y Centro y valle de Villaverde», con cielos cubiertos y, en general, con un día pasado por agua.
En Alto Campoo
En la estación de esquí de Alto Campoo se trabaja contrarreloj para poder abrir al público las instalaciones este jueves, día 31, con buenos espesores de nieve, de entre 30 y 60 centímetros. Esta mañana estaban explanando las pistas y limpiando los aparcamientos, para que todo esté listo de cara a la llegada de los primeros esquiadores, que podrán empezar a reservar sus abonos a partir de las 17.00 horas de hoy.
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Acceder a la estación es fácil, pues aunque a partir de Montabliz ya nieva la autovía está bastante limpia, con las máquinas quitanieves pasando a cada momento, sin problemas destacables en todo el trayecto. Numerosas familias se han acercado hoy hasta Brañavieja para disfrutar de la nieve, jugar y fotografiar el paisaje, en buen un día en esta zona, con 'sol de brujas' y nevando. Los comerciantes también están limpiando los accesos a sus tiendas con palas para recibir a los primeros clientes de la temporada.
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Mariña Álvarez Álvaro Machín
Sane / Á. Machín / J. Rosendo / M. Gil / E. Sardina / L. Palomeque
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