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Santander
Jueves, 19 de septiembre 2019, 15:58
Acaba el verano pero el 'buen tiempo' no se irá del todo. El viento sur y una subida «considerable» de las temperaturas acompañarán al inicio del otoño, que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) espera que sea más cálido de lo habitual en esta estación, tras un verano que ha registrado los valores habituales del periodo estival.
Así lo ha explicado el delegado territorial de la Aemet en Cantabria, José Luis Arteche, que ha estado acompañado en la presentación de los datos del verano y la predicción del otoño, que arrancará el próximo lunes, 23 de septiembre, a las 9.50 horas, por el delegado del Gobierno en Cantabria, Eduardo Echevarría, y el jefe regional de Climatología de la Agencia, Juan José Rodríguez.
Pese a haber sido una estación con valores normales, la calificación del trimestre oculta, según Rodríguez, un verano «de contrastes» dentro de la región en cuanto a temperaturas y precipitaciones.
A punto de cerrarse el año hidrológico, que termina el 30 de septiembre, Cantabria registra un déficit de agua cercano al 15%, que para Arteche «se nota en los campos», aunque ha dicho que no se puede hablar de sequía con estas cifras.
El verano de 2019 ha sido cálido, con diferencias entre sus meses, pues junio fue normal o ligeramente frío; julio fue muy cálido; y agosto fue caluroso. Así, está siendo el duodécimo más caluroso desde 1981 y el décimo que más desde que comenzó el siglo.
Respecto a las lluvias, esta estación ha sido normal, pese a que julio fue más húmedo de lo habitual, con 70 milímetros (un 40 por ciento más).
Por meses, junio resultó frío en el conjunto de Cantabria, pero en las comarcas del Ebro y en la mitad oriental se dejó sentir la ola de calor que afectó los últimos días del mes.
La precipitación de origen tormentoso que azotó a la región en julio, el mes más húmedo, apenas afectó a los valles orientales, y en agosto la precipitación fue la esperada, pese a que se registraron chubascos torrenciales a final de mes en Valderredible.
Las temperaturas mínimas del verano se concentraron el 12 de junio, sobre todo en el sur de la región, pues se registraron -0,9 grados en Alto Campoo, -0,6 en Cubillo de Ebro y -0,3 en Nestares. Según Rodríguez, no es habitual que el termómetro baje de los cero grados en esta época.
Las máximas estuvieron más repartidas durante el verano por toda la región, destacando los 40,9 grados de Tama, 39,9 de Ramales o 38,5 en Polientes, todos ellos a finales de junio.
Por municipios no ha habido grandes diferencias en cuanto a precipitaciones ni tampoco en las rachas de viento, habiéndose registrado las más altas, con 94 kilómetros por hora, en Nestares y Alto Campoo, el 6 y 26 de junio, respectivamente.
El 27 de junio se registraron las temperaturas más altas de ese mes desde que se contabilizan los datos en Fuente Dé (33,3 grados), Ramales (39,9), Soba (34,7), Bárcena Mayor (36,5), Potes (40,5), Tama (40,9), Tresviso (32,6), Nestares (35,6), Alto Campoo (28,3); mientras que el 29 de junio registraron sus valores más altos Mataporquera (37,5) y Cubillo (38).
Además, cabe destacar que el 8 de agosto Santander llegó a registrar 30 grados de madrugada, lo que según el jefe de Climatología de la Aemet en Cantabria es «algo infrecuente».
La insolación fue superior a la habitual, pues el sol brilló un 11 por ciento más, en parte porque en julio hubo un 23 % más de lo normal.
Cayeron durante el verano casi 8.000 rayos, con 582 en junio, cuya media se sitúa en los 3.500, haciendo que este fuera el mes de menor actividad tormentosa desde hace 19 años.
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