«Hay que visitar más las librerías»
Conversaciones al sol ·
Del linaje de los pioneros en la edición de libros de texto en España, ella optó desde muy joven por la pinturaSecciones
Servicios
Destacamos
Conversaciones al sol ·
Del linaje de los pioneros en la edición de libros de texto en España, ella optó desde muy joven por la pinturaCelina Pérez (Santander, 1952) no es de muchas palabras. Si no tiene nada que aportar prefiere estar callada. Pero sus silencios nunca son incómodos. En su casa de Santander sobran las palabras. Ella nació en una casa de Castelar y ahora tiene una propia en ... la misma calle, «siempre mirando al mar y a mi Puntal (playa)». Creció a la vez que lo hacía la biblioteca de su padre, Pancho Pérez, cofundador de la editorial Santillana y del Grupo Prisa. Desde pequeña sintió pasión por la pintura y a ello se dedica desde los quince años, edad a la que fue más consciente de lo que este arte suponía.
-La Torre de Don Borja, en Santillana del Mar, ha recuperado su esplendor y ha unido la memoria de dos grandes amigos y socios: Pancho Pérez y Jesús Polanco. ¿Qué ha supuesto para la familia?
-El reconocimiento, por nuestra parte y de muchos amigos, a la labor que realizaron los dos y en la que colaboraron muchas otras personas, tanto del mundo editorial como del de la comunicación. Fueron pioneros en la edición de libros de texto y en su difusión por toda Hispanoamérica, en tiempos en los que no fue fácil realizar esta labor, y supuso un gran esfuerzo personal para ellos. Recuerdo que mi padre pasaba muchos meses en América cuando éramos pequeños.
-Hasta ahora los más de 20.000 ejemplares de la colección de su padre estaban en Barcenillas, en la casa que creó para acoger su fundación. ¿Qué tenía de especial este lugar? ¿Siguen manteniendo la casa?
-Mi abuelo paterno era de Barcenillas y mi abuela de Carmona. Nuestros ancestros eran del valle de Cabuérniga y la casona que tenemos allí, en la plaza del Cantón, era de ellos. Mi padre la mantuvo toda su vida como su bien más preciado y a ella acudimos sus hijos y nietos con gran gusto, aunque ahora disfrutamos de mayores comodidades. Aún recuerdo cuando pasábamos el calientacamas cuando pequeños, para poder acostarnos. Las casas siguen siendo de la familia, tanto la antigua casona como la de la Fundación.
-Su padre convenció a sus hermanas, a inicios de los 50, para introducir en su papelería Santanderina Hispanoargentina la venta de libros. ¿De dónde le venía ese amor por los libros?
-Su pasión por la lectura nació en la propia librería, que estaba en la plaza de Pombo. Luego, mi primo César, también gran amante de los libros, la llevó a la calle San Francisco. Ya no existe. Desde el principio se dedicó a traer a España libros que podían ser interesantes, muchos de ellos prohibidos, que leía con pasión y que vendía en la trastienda. Su traslado a Madrid y la creación de editoriales, como Taurus, Santillana, Aguilar, etc. ya es conocida por todos.
-¿Cómo se ve a través de los ojos de un niño una casa cuya biblioteca se parece más a la de Alejandría que a los de sus compañeros de colegio?
-En casa siempre teníamos una copia de casi todos los libros que publicaban las editoriales. La librería de mi padre siempre estuvo repleta de ellos, en la casa de Madrid, en la casona de Barcenillas, en su oficina, todo eran libros y perfectamente clasificados.
-¿Tiene algún libro que le haya regalado su padre que suponga para usted un gran referente o que le tenga especial cariño?
-Mi padre pensaba que había que visitar las librerías y comprar lo que a cada uno le gustase. El acceso a sus libros siempre estaba abierto. Yo también pienso que hay que visitar más las librerías. Yo me decanté por el mundo de la pintura desde muy pequeña. Mi padre siempre me regaló muchos libros de arte. Es difícil seleccionar uno solo, pero mis preferidos han sido siempre los de los impresionistas, y en especial de Van Gogh. Recuerdo una novela que me pasó porque necesitaba reírme y lo logró, 'La conjura de los necios', de John Kennedy Toole.
-Para varias generaciones de niños la editorial Santillana es todo un referente. Ahora, las nuevas tecnologías sustituyen en muchos colegios a los libros de texto. ¿Cree que con ello se pierden algunos de valores?
-En absoluto. Las nuevas tecnologías son muy necesarias hoy día en la educación. Lo que los padres tenemos que tener muy claro es cuánto tiempo y hasta dónde les permitimos utilizarlas a nuestros hijos o nietos. Ahora es muy normal ver a la gente con el móvil en las manos y no con libros electrónicos o físicos. Esto sí puede hacer perder algunos valores.
-Usted se decantó por la pintura y tiene una hermana galerista. ¿El arte estaba muy presente en su casa?
-Mis padres siempre nos inculcaron el gusto por el arte. Amaban todos los medios de expresión en los que un artista puede manifestarse, pero nunca influyeron en nuestras preferencias. Yo he realizado muchos estudios de pintura, grabado, fotografía y técnicas mixtas. He compartido estudio con otras pintoras, lo cual es muy edificante, y sigo haciéndolo.
-Valdecilla recibe con tres de sus obras de arte. Son fotografías tratadas. Hasta no hace tanto la fotografía era menospreciada por los grandes artistas. Hoy, no hay coleccionista que se precie que no cuente con una. ¿Qué ha provocado esta evolución?
-Las obras de Valdecilla son pinturas que posteriormente se han montado sobre fotografías en metacrilatos o lonas para ser incorporadas a los soportes en los que se exponen. La fotografía se vivió en un principio como una amenaza a aquellas técnicas más realistas, pero esa percepción duró poco. Enseguida se comprendió que podía ser una oportunidad para crear nuevas formas de expresión, aplicando las nuevas tecnologías.
-¿Cómo vive el momento cultural de Santander?
-Tenemos una gran oferta. La Fundación Botín está en un enclave inmejorable. Es accesible al público que camina por la ciudad y tiene una oferta de exposiciones realmente interesante. Pero dicho esto, pensemos que no debemos creer que es lo único. Hay que salir de Santander para ir a Bilbao, Madrid, Barcelona o cualquier parte del mundo a ver exposiciones, oír conciertos o al teatro o pasear por sus calles y contemplar sus monumentos. Eso siempre enriquecerá nuestras vidas.
-¿Tiene obras de artistas cántabros?
-En la colección familiar hay obras de Eduardo Sanz. A mí particularmente siempre me han gustado también Eduardo Gruber, Juan Navarro Baldeweg y Juan Uslé.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.