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Una madre de acogida se reencuentra con la niña que ya tuvo el año pasado y se funden en un abrazo. Foto: D. Pedriza | Vídeo: P. Bermúdez

«Vivir esta experiencia te marca de por vida»

Veintiún niños saharauis llegaron ayer de la mano de la ONG Alouda y entre el grupo de acogida nueve familias participan por primera vez

Ángela casado

Santander

Sábado, 30 de junio 2018, 13:00

Es la primera vez que Ahlam sale del campo de refugiados de Tinduf, en el Sáhara argelino. Tiene diez años y nunca se ha alejado de su casa. Mira a la que será su madre durante este verano y después se acerca a los que serán sus hermanos. Sin dudarlo, se quita la gorra y se la coloca al más pequeño de los dos, un bebé de pocos meses. Después, le sonríe y lo coge en brazos ante la mirada asombrada de todos los que le rodean, que no dudan en fotografíar a la nueva familia. Han pasado pocos minutos desde que se bajó del autobús y ya es uno más. Pero no todos reaccionan así a su llegada: viajan durante muchas horas y la mayoría se muestran cansados, con hambre y con frío.

«Hay una diferencia abismal entre cómo llegan y cómo se van», indica Javier Noriega, uno de los 'padres' que repite la experiencia por tercer año. La mayoría llegan asustados y delgados, sin saber casi ninguna palabra de español. Cuando se marchan, pesan unos cuántos kilos más y lo hacen contentos pues «aunque estén a gusto aquí tienen ganas de volver a ver a sus familias». La ONG Alouda Cantabria ha sido la encargada de traer a los 21 niños saharauis que llegaron ayer, aunque iban a ser 22: no es frecuente, pero a veces hay algún niño que no puede venir. La razón más probable es que se encuentren en medio del desierto con el ganado y sus familias y no lleguen al aeropuerto en la fecha fijada. En medio de la nada es imposible contactar con ellos. «Lo peor es comunicárselo a la familia de acogida, ya que tienen mucha ilusión por conocer al pequeño y pasar el verano con él y, finalmente, no puede ser», reconoce el presidente de Alouda Cantabria, Ángel Oria.

En el grupo de acogida de este año, nueve familias participan en esta experiencia por primera vez; muchas se han unido a la iniciativa tras conocer la situación de conflicto de la zona. «Queremos sacarlos de allí y que tengan un verano tranquilo y feliz, como lo tienen mis tres hijas», explica Mercedes González, una de las mujeres que participan en el proyecto por primera vez. «Estoy nerviosa porque no sé cómo va a reaccionar ya que es la primera vez que sale del campamento. A la vez, estoy muy ilusionada por darle esta oportunidad y poder aprender cosas sobre ella y su forma de vida. Espero repetir el año que viene», manifiesta otra 'madre primeriza'.

Imagen. Una mujer, junto a la niña con la que repite experiencia.

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Imagen. Una mujer, junto a la niña con la que repite experiencia. Fotos: Daniel Pedriza

'Vacaciones en paz en Cantabria' pretende que los niños saharauis pasen los meses de verano en un entorno más amigable y lejos de las temperaturas, cercanas a los 50º, que se alcanzan en el desierto. Aquí se les ofrece asistencia médica, una alimentación saludable y una cama en la que dormir. Derechos básicos que suponen un lujo para ellos. Sin embargo, el objetivo principal es otro: «Concienciar sobre la situación y el conflicto del Sáhara», subraya Oria. Este programa, iniciado hace 24 años, persigue «mantener viva» la reivindicación del pueblo saharaui y evidenciar la necesidad de poner fin a un conflicto que mantiene a una parte de esta población en el campamento de refugiados de Tinduf y a otra bajo la presión de Marruecos en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

Esta iniciativa no sólo ayuda a los niños, también «nos abre los ojos a otras realidades. Recomiendo la experiencia a todo el mundo porque te marca a nivel vital», explica Verónica Ordóñez, una de las 'madres repetidoras'. Los requisitos para formar parte de la experiencia son muy sencillos, únicamente es necesario poder ofrecer a los pequeños un lugar donde dormir, alimento y ropa porque, la mayoría de las veces, «vienen con lo puesto», explica Oria.

El 7 de julio, sesenta más

Estos veintiún niños son los primeros en llegar a Cantabria bajo la iniciativa 'Vacaciones en paz', gracias a la organización de Alouda Cantabria. «La labor que realizan es increíble. Traer a los niños cuesta mucho dinero y, sin embargo, los padres de acogida no tenemos que abonar nada, únicamente cuidar de los pequeños. Alouda trabaja todo el año en diferentes eventos para poder recaudar el dinero necesario con el que llevar a cabo esta labor», dice Noriega.

El 7 de julio llegan 60 niños saharauis más, esta vez con la ONG Cantabria por el Sáhara. La escena será un reflejo de lo que se vivió ayer: caras sonrientes, nervios, reencuentros entre padres de acogida e hijos y abrazos entre otros que, siendo desconocidos, están a punto de convertirse en familia.

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