Secciones
Servicios
Destacamos
Vivir en la frontera de la 'desescalada' tiene sus propias anomalías geográficas que, el día a día, está resolviendo a golpe de sentido común en esta primera semana de la fase 1. Que se lo digan, por ejemplo, a los vecinos de Unquera y a sus 'hermanos' de Bustio (Asturias) que nunca se han sentido tan cerca y tan lejos a la vez. También a los habitantes de algunos pueblos de Liébana y Peñarrubia o de Herrerías (Saja Nansa) que tienen que cambiar de comunidad autónoma para seguir haciendo la compra en la localidad asturiana de Panes. En Valderredible, al sur de Cantabria, también hay ejemplos al revés, de municipios castellanos que utilizan servicios de los pueblos cántabros.
El Desfiladero de la Hermida es la columna vertebral que une varias comarcas, que acerca a sus habitantes y los comunica en todos los sentidos. Varias localidades de Liébana y Peñarrubia, pero también de la comarca Saja Nansa, como es el caso de los pequeños núcleos de Cabanzón y Casamaría, en Herrerías, tienen su destino comercial más cercano en Asturias, y así sigue siendo desde la fase 0. Y es que Panes, capital del concejo asturiano de Peñamellera Baja, es, desde siempre, su punto de referencia comercial, un pequeño centro de servicios que les resulta mucho más cómodo por su proximidad. «Mucha gente sigue acudiendo a Panes, lo tenemos algo más cerca que Potes», explica el regidor de Peñarrubia, Secundino Caso. Es un hecho tan asumido que cuando se le pregunta por este tema, el alcalde dice que ni siquiera lo había pensado. Y es que la normativa de la fase 1 permite salidas obligadas de la comunidad autónoma pero sólo en tránsito, para regresar después a esa misma comunidad.
Se trata de hábitos que apenas han cambiado a pesar de la prohibición de salir de los límites provinciales si no es por fuerza mayor, como acudir a tu casa o por trabajo o si tienes que atravesar un tramo interautonómico de punta a punta como pasa en el Desfiladero. En estos casos, en los que la excepción confirma la regla, la ley lo asimila sin ponerse quisquillosa. El alcalde de Herrerías, Francisco Linares, así lo reconoce: «Muchos de estos vecinos son personas mayores y es a donde han acudido a lo largo de toda la vida para el suministro de las cosas más esenciales. En caso contrario se verían obligados a realizar largos recorridos», afirma.
Y es que la distancia, pero también el afecto y la ayuda mutua entre vecinos tiene mucho que ver en toda esta historia. Todo ese pequeño comercio también les necesita ahora más que nunca.
Valderredible es otro de los ejemplos de esas anomalías geográficas. Su ubicación fronteriza con las provincias de Palencia y Burgos (Castilla y León) hace que los habitantes de algunos núcleos castellanos, como Cezura, Sargentes de la Lora o, incluso, Orbaneja del Castillo, tomen como referencia para llenar la cesta de la compra a Polientes. También núcleos vallucos, como Castrillo de Valdelomar, por poner un ejemplo, cambian de provincia y acuden al punto comercial o asistencial más cercano, que es Aguilar de Campoo.
«Aquí desde la fase cero se han seguido un poco los criterios del sentido común», explica el alcalde de Valderredible, Fernando Fernández. En la zona ya existen convenios con Sanidad para acudir a los ambulatorios y está asimilada la circulación lógica entre provincias. Una movilidad que se ve reforzada porque son una parte de esa Cantabria vaciada y la población que necesita hacer estos desplazamientos es pequeña. «Aquí se resuelve bien, somos pocos y estamos acostumbrados... esa población está integrada en la vida de Valderredible desde siempre», añade Fernández. «Sería ridículo estar aquí en una islita y que no nos dejaran salir o que tuviésemos que estar estabulados», sentencia. «Solo se trata de aplicar el sentido común y eso lo comprende el legislador», remata.
Caso especial son las localidades de Unquera (Val de San Vicente) y el asturiano pueblo de Bustio (Ribadedeva), a los que geográficamente separa un puente sobre el Deva. Dos pueblos que comparten profundos lazos culturales y familiares. Según el alcalde de Val de San Vicente, Roberto Escobedo, el deseo común es el de «volver a la normalidad» para recuperar esos lazos, ya que no está permitido cruzar de un municipio a otro si no es por causa justificada. No obstante, los vecinos de ambos pueblos sí pueden hacer uso de servicios comunes como la farmacia o el supermercado.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.