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Volver a abrir en un mar de dudas
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Desescalada por fases. Veinte negocios de distintos sectores con una teórica fecha de apertura sobre la mesa para los próximos días hablan de preparativos sin información y envueltos en incógnitasÁlvaro Machín, David Carrera y José Carlos Rojo
Santander | Torrelavega
Domingo, 3 de mayo 2020, 06:55
La charla es el viernes. «A ver, yo en teoría abro el lunes, pero en el BOE no ha salido nada». Así que el propietario del negocio en cuestión se pasó ayer la jornada pendiente del boletín y del teléfono –y de llamar al entrevistador para decirle si valía o no lo que le había dicho–. Es un ejemplo, pero sirve para hacerse una idea de cómo va a ser el desembarco en la «nueva normalidad» para muchos de los que van a abrir la persiana de sus negocios en unos días. «Da la sensación de que no queremos abrir. Y no es eso. Lo estamos deseando. Pero tendremos que hacerlo sabiendo cómo hay que hacerlo, con qué medidas concretas de seguridad y pudiendo vender algo, ¿no?». Otro ejemplo de una de las conversaciones telefónicas. Levantarán la persiana tras mes y medio largo –aunque muchos, pudiendo, optarán por no hacerlo todavía–, pero con todas las dudas del mundo.
Son preguntas concretas sin respuesta por el momento y que resultan determinantes en cada caso. ¿Tiene que llevar guantes un masajista? ¿Cómo se va a separar el profesor de autoescuela del alumno si van los dos delante? ¿Tiene el hostelero que recuperar a toda la plantilla que está en el ERTE para dar sólo comida para llevar o para reabrir con un 30% de su terraza? ¿Qué clientes van a ir al hotel si no se puede viajar entre diferentes comunidades? ¿Cómo va a vender viajes una agencia si no se puede viajar? Todo eso, más allá de las incertidumbres lógicas que surgen a los propietarios de negocios al echar cuentas: lo que han perdido al cerrar desde que arrancó el estado de alarma y lo poco que esperan ganar abriendo en este contexto de mascarillas y distancias.
Con el programa de apertura por fases, este mismo lunes, en principio, ya habrá novedades. El comercio minorista podría atender con cita previa y los restaurantes tendrían la opción de servir comida para llevar. Lo que Pedro Sánchez denominó Fase 0. Será un lunes de movimiento en las butacas de las peluquerías (en las que atienden a personas y en las de mascotas) o en las camillas de los osteópatas. Unos con más problemas que otros para cumplir las normas (no es lo mismo evitar las distancias en una inmobiliaria que en una tienda de ropa, por concretar dos situaciones reales). Por eso, en algún caso, se habla de «incorporaciones escalonadas» o de unos primeros días «de tanteo».
Una especie de entrenamiento para el gran lunes, el día 11, con el inicio de la Fase 1, la apertura del comercio minorista en general, las terrazas, los hoteles o las iglesias. Con aforos muy reducidos y con unas medidas de seguridad de las que todos hablan, pero que poco se han concretado por el momento. Y así, poco a poco, más persianas arriba. La Fase 2 prevista para el 25 de mayo y la 3, para el 8 de junio. Suponiendo, claro, que todo evolucione bien.
«El 11 de mayo las agencias de viaje no tenemos nada que vender. Queremos abrir, pero necesitamos tener algo que vender. No abriré. Ya veremos cómo nos afecta, pero no puedo tener a doce personas aquí para nada ni a clientes entrando sin tener qué darles. En cuanto a medidas sanitarias, estamos pendientes de lo que marque el Instituto para la Calidad Turística Española. Y en cuanto a medidas operacionales, estoy negociando con mis proveedores. Asia, Sudáfrica y, con mayor dificultad, Sudamérica. Antes pedías a demanda, ahora les pregunto qué producto bueno tienen para incentivar al cliente. Larga distancia, exclusivo y garantía sanitaria. Y con las compañías, cancelaciones hasta diez días antes. O nos sentamos a ver la tv o nos movemos».
«Lo importante es adoptar las medidas oportunas para que el cliente que venga no tenga peligro de infectarse. Nosotros vamos a poner todo nuestro empeño en ello, y creo que aquí va a ser, dentro de lo que cabe, fácil. Lo primero es adecuar todo el gimnasio, reubicando las máquinas, para que todo usuario pueda estar haciendo deporte mientras mantiene la distancia adecuada. Para eso va a ser también fundamental el control del aforo. Creemos que va a ser preciso establecer cita previa, sobre todo para los horarios que son los más concurridos: por la mañana y a última hora de la tarde. Luego tendremos que tener unas directrices para la desinfección aunque la vamos a potenciar al máximo. Y tenemos un empleado en ERTE que esperamos recuperar pronto».
«La experiencia nos aconseja que hay que tener un poco de paciencia y esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, no ponernos nerviosos y tomar medidas que luego no sirvan. En nuestro caso concreto vamos a comprar unos escarpines desechables de plástico de protección para el calzado como medida de higiene y también adquiriremos máquinas de ozono, pero insisto en que hay que ir poco a poco. En principio nos incorporaremos al trabajo las tres personas que atendemos el negocio, protegidos con guantes y mascarillas, y también tendremos que poner una mampara, pero tampoco tenemos muy claro qué es lo que debemos hacer más allá del sentido común, por eso digo que no debemos tener prisa y esperar a unificar criterios».
«Lo único que sabemos es la fecha. Las medidas dependerán de la DGT. Por ahora, no hay nada concreto. Los examinadores han hecho sus peticiones, pero no se sabe nada. Y no podremos abrir si, a la vez, no hay exámenes. Nosotros ya cerramos con unos 200 alumnos para presentarse con la formación hecha. Estamos a la espera. Voy a ir comprando mascarillas (compré a 2 euros y, al día siguiente, las pusieron a 0,96) y la Asociación Nacional ofrece material, pero dicen que aún hay desabastecimiento. En eso estamos. Mirando lo que podemos poner. Habrá que reducir los alumnos por aula y esperemos que lo que nos pidan sean cosas lógicas. Para las mamparas, por ejemplo, el examinador va detrás, pero el profesor tiene que ir delante, junto al alumno».
«Como hemos estado abiertos durante todo este tiempo de estado de alarma en el hipercor porque era un servicio esencial, hemos aprendido a adaptarnos a esta nueva situación. Ahora lo que nos queda es trasladar esas medidas se de seguridad que hemos desarrollado al resto del espacio de ventas. Ya estamos planificando cómo vamos a extremar las precauciones sobre todo en ciertos entornos como los probadores, los baños... que serán desinfectados cada vez que se usen. La ropa, por ejemplo, pasará por un servicio de desinfección por rayos ultravioleta de manera que no se daña pero se deja completamente esterilizada. Eso es algo absolutamente nuevo y confiamos que el cliente va a saber adaptarse a esta nueva realidad que requerirá más paciencia».
«El gestor nos ha enviado un audio: 'podéis llamarme, pero sé lo mismo que vosotros'. Es irreal. ¿Comida para llevar o tres mesas de terraza y sacas a toda la gente del ERTE? Si obligan a abrir así y con todos los trabajadores es la ruina de todo el sector. Hasta que no se aclare, las asociaciones nos dicen que no hagamos nada. Y tampoco sabemos las medidas de seguridad. Tengo mirado gel por todas partes, compré cajas de guantes, estoy en contacto con el de las pantallas y con el de las mamparas, he calculado los espacios con distancias. He mirado todo y he dado mil vueltas a todo, pero sin concretar nada porque no sabemos. La preocupación es total y nervios, todos. Y, además, hablamos de que te quedas en 15 plazas e igual, de entrada, ni las llenas».
«Lo cierto es que, a la espera de que se concreten más las medidas, lo único que sabemos es que las clases presenciales, en la academia, las podríamos reanudar a partir del 25 de mayo, con grupos inferiores a quince personas, algo que para nosotros es viable porque trabajamos con clases de seis o siete alumnos por aula. Aunque son unas fechas en las que la actividad es menor ya que los estudiantes están de vacaciones pero de cara a septiembre, cuando empiezan los cursos académicos regulares y las oposiciones, no vamos a tener problemas para trabajar con grupos reducidos. Pero lo que sí ha servido esta crisis del Covid-19 es para reforzar las clases on line, ya que hemos visto cómo se incrementaban y sobre todo que la gente se ha adaptado muy bien».
«La suerte que tenemos nosotros en la tienda de Valdecilla es que al disponer de un mostrador amplio no vamos a tener problema con mantener al distancia de seguridad. No serán necesarias ni mamparas ni medidas en ese sentido. Lo que sí vamos a tener es mayor cuidado en mantener la limpieza y desinfección exhaustiva y usaremos mascarillas, guantes, gel y todo lo necesario para preservar la seguridad tanto de los empleados como de los clientes que entren, que tendrán acceso de uno en uno al establecimiento. Casi que tememos más a la crisis que vaya a venir después del virus, a que nos ataque especialmente. Porque notamos que ha habido un descenso del negocio y es que sólo la no celebración de velatorios ha supuesto un gran golpe».
«Sólo para personas de nuestra comunidad no vamos a ganar ni para gastos. Abrir así, en vez de ayudar, nos perjudica. Es todo confuso. Si normalmente limpiamos mucho, ahora más. Tenemos desmantelado el hotel por dentro limpiando a fondo, preparándonos. Pensábamos trabajar algo en julio, un 30-40%, y han entrado varias reservas en agosto. Estancias largas, una o dos semanas, de Madrid o Valencia. Nos ha sorprendido. Pienso quiénes serán y lo mucho que necesitarán venir. Un médico, una enfermera... Ofertaremos mascarillas y geles en el ajuar, habrá hidrogel en recepción y habitaciones, digitalización para el registro, nuevos productos de limpieza, certificados visibles de desinfección específica, desayuno en la habitación...».
«Una de las grandes apuestas que vamos a tener en el hotel va a ser la desinfección, habitación por habitación, con una máquina especial dispensadora de ozono para garantizar la seguridad sanitaria de todos los clientes. Cada habitación dispondrá también de un kit especial con mascarilla, guantes y gel. Lo importante es mantener esa desinfección, también en los lugares de mayor tránsito, como la recepción, en los ascensores y los aseos... Pero en todo caso vamos a procurar que sea de manera discreta porque no debemos convertir los hoteles en hospitales. La gente quiere venir aquí a desconectar de toda esta realidad del Covid-19. Otra cosa que nos preocupa es que ya sabemos que este año va a ser muy duro en cuanto al negocio».
«Desde Difusión Peluqueros Estética atenderemos a nuestros clientes no solo con las medidas de seguridad exigidas, si no que las reforzaremos con máquinas de ozono, termómetro digital y más distancia entre los clientes. Las medidas son muy engorrosas para realizar nuestro trabajo pero podremos hacerlo. Los guantes de calidad se adaptan muy bien a la mano y seremos más lentos pero nuestra calidad no está en los guantes si no en las manos. Está resultando muy agobiante encajar en la agenda a los clientes dado que solo podremos atender uno a uno en esta primera semana. Lo de empezar antes tiene su picaresca por parte del Gobierno central, la empresa retoma la actividad y los ERTE ya no se aplican aunque solo trabaje una persona».
«Uno de nuestros puntos fuertes son las piscinas y ya existen diferentes estudios que garantizan que manteniendo altos los niveles de ozono, siempre dentro de lo permitido por la normativa, la piscina es uno de los lugares más seguros que pueden existir porque el virus no puede sobrevivir. Con lo que sí habrá que tener más cuidado será con los vestuarios porque ahí sí que hay que apelar a la reducción de aforo y a la responsabilidad de los usuarios. Habrá limpieza de espacios después de cada uso y en las clases colectivas se va a balizar el suelo para que nadie se mueva de su puesto, con vistas a mantener la distancia de seguridad. Esperamos mantener cerca del 90% de los clientes y la clave es hacer de esta instalación un lugar seguro».
«La suerte que tengo es que mi tienda es un espacio amplio en el que hay al menos dos zonas bien distinguidas de atención al cliente donde puede mantenerse con creces la distancia de seguridad. En ese sentido no voy a tener que adaptar nada porque ya sé que puedo recibir gente con toda la seguridad del mundo. Algo que está trayendo esta pandemia es que estamos aumentando mucho el trabajo de impresión bajo pedido. Quiero decir que la gente nos envía las imágenes por internet porque no quiere venir por la tienda y se las imprimimos en papel sin necesidad de que vengan. Lo que necesitamos es que se establezcan los criterios claros de apertura para poder trabajar la temporada de comuniones que para nosotros es muy importante».
«Abriremos pero no sabemos como haremos sobre todo con la ropa que se pruebe cada cliente, porque nadie nos ha explicado ni nos ha dicho nada como tenemos que actuar en el sector de la moda y textil. Vamos a disponer de mascarillas y guantes y desinfectaremos los probadores cada vez que entre un cliente pero con la ropa no sé como vamos a hacer. Además a la gente le gusta tocar el género, las prendas, con guantes no sé yo pero probaremos. Es todo muy complicado y como tampoco existe una directriz clara pues iremos viendo un poco sobre la marcha. Estamos preocupados porque dicen que se podrá abrir el día 11 de mayo bajo unas estrictas medidas de seguridad, pero no dicen cuáles y la ropa y su desinfección es lo más importante».
«Si nada cambia –ayer estaba pendiente del Boletín y en contacto con su gestor– sí que abriremos mañana. La gente ya estaba llamando desde hace bastantes días y este lunes ya lo tenemos completo. Mi negocio es de peluquería y alimentación y, por ese lado (alimentación), podríamos haber estado abiertos, pero por mi seguridad y la de los clientes opté por cerrar. En cuanto a medidas de seguridad, nosotros ya usábamos guantes y mascarilla y ahora usaremos pantalla y una bata de usar y tirar. Siempre funcionamos con cita previa y no habrá más de dos perros en la peluquería, se desinfectarán bañeras y mesas con cada uso y al animal al llegar y al irse. Tendremos cuidado con la distancia a la hora de entregar los perros e intentaremos cobrar con tarjeta».
«En nuestra actividad no hay grandes aglomeraciones. Hay más fuera de la oficina que dentro. En todo caso será una incorporación escalonada. Da igual que abras si la gente no puede venir. Así que esta primera semana será de tanteo para ir cogiendo citas de visitas. Pondremos un felpudo con hipoclorito sódico, un equipo de ozono, dispensadores de gel y, al que no venga con mascarilla, se la facilitaremos. Además, consejos a nivel interno y he estado buscando mamparas para separar en las mesas a clientes y vendedores. Además, hemos digitalizado todo el proceso de venta y, en las visitas a los inmuebles (regalaremos un kit de mascarilla, gel y guantes), además de la realidad virtual, somos pioneros al incorporar una visita virtual asistida por el vendedor».
«Es inviable. Lo mires por donde lo mires. Yo trabajo con una docena de personas a las que no voy a poder emplear para atender solo cinco mesas en lugar de quince, eso además de no poder utilizar ni la barra ni el interior del establecimiento. Es que económicamente es inviable, no hay quien los sostenga. Es una auténtica locura y un sinsentido abrir en estas condiciones. No entiendo como se toman unas medidas sin escuchar al sector. Creo que si todo el sector de la hostelería nos unimos y nos mantenemos cerrados hasta que las condiciones sean más flexibles podremos salvar nuestros negocios pero así, como se plantea ahora, con un 30% del aforo de las mesas en la terraza, es un suicidio. Con esos ingresos no podemos hacer frente a los gastos».
«Incertidumbre, dudas y más dudas. Eso es lo que sentimos muchos hosteleros y gente de la que llevamos bares. Lo que no puede ser es que no esté claro aún cuáles van a ser las condiciones de apertura, por ejemplo, para los que no tenemos terrazas. ¿Cómo voy a tener que organizar las mesas? Es preciso saberlo sobre todo para ver cómo hacemos con los trabajadores que están ahora en los ERTE. Yo con cuatro o cinco clientes que entren ya soy feliz, pero necesito saber cómo voy a poder trabajar para empezar a poder planificar los próximos meses de cara al verano. Lo bueno que tengo también es que soy optimista porque, aunque creo que por ahora no nos van a permitir abrir la barra, en Santander a la gente le gusta estar en la barra, y al menos podremos abrir».
«Nosotros vamos a esperar a que se aclare todo un poco, porque vemos que se anuncian medidas que luego van cambiando y además nos parece que todo es un poco contradictorio. Qué sentido tiene que abramos el 11 de mayo si nuestro cliente es mayoritariamente el turismo nacional, sobre todo de comunidades autónomas vecinas como Asturias o Castilla y León, y también Madrid, y los desplazamientos entre regiones están prohibidos. Lo lógico es esperar a junio a que permitan los movimientos entre comunidades porque ahora mismo no podemos mantener el negocio con estas restricciones. Que sentido tiene que abramos el hotel si no hay turismo, o abrimos para que venga la gente de Cantabria, es que no hay por donde cogerlo».
«Yo trabajo sola y atiendo con cita previa y de uno en uno. He mandado mensajes a mi gente, a los habituales. Y también a mis compañeros, que están como yo. Porque a mí no me ha llegado nada de información. En cuanto a seguridad, extremaremos las medidas, que muchas ya las tomábamos antes, y con cautela. Lavarte las manos antes y después, desinfectar la camilla tras el paso de cada cliente, pantalla o mascarilla y echaré una mezcla de agua, jabón y lejía en la sala cada vez. Constantemente, gel desinfectante. He preguntado en la escuela de Madrid en la que sigo estudiando sobre los guantes. Era la duda y me dicen que no. Con guantes no podríamos manipular y, si no puedes tocar, no puedes trabajar. Es la duda que tenemos respecto al contacto».
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