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Enrique Munárriz
Santander
Miércoles, 29 de mayo 2019
Caos, desconcierto y pelea hasta el último segundo por un escaño. PRC y PSOE han echado un pulso durante una delirante y maratoniana jornada en la Junta Electoral por conseguir el disputado parlamentario 'número 15', el mismo que los de Miguel Ángel Revilla arrebataron 'in ... extremis' y bien entrada la madrugada al PSOE por un puñado de votos. Los socialistas confíaban en que el recuento del voto del exterior –1.062 papeletas– cayese de su lado pero los números, en principio, no sumaban lo suficiente. La secretaria de Organización, Noelia Cobo, reconoció al mediodía su propia derrota: «Se ha esfumado el diputado 7 pero no quiere decir que el resultado el PSOE lo considere malo». Pero la desilusión ha durado lo que tardaron en bajar a la sede de Bonifaz y hacer sus propios cálculos.
Con una simple revisión de las mesas electorales, saltaron las primeras alarmas: al revisar un acta de Santander reflejaba 90 votos y en el volcado de datos se indicaban 0 votos. Visto los «errores en la contabilidad» del escrutinio, aplicaron la Ley D'Hondt y detectaron que el reparto de sillones no era proporcional a sus 57.335 votos. El escaño que lleva tres días bailando, el vellocino de oro, era suyo, concretamente de Javier García Oliva, el número siete de la lista socialista, y no de los regionalistas. Ante esta situación, la Junta Electoral se ha visto obligada a iniciar la revisión, a las 17.00 horas, de los más de 300.000 votos emitidos en las 823 mesas habilitadas y ha quedado suspendida, a las 22.20 horas, a la espera de aportar este jueves nuevos documentos y definir el nuevo Parlamento.
Nadie sabía explicar ayer qué fue lo que falló en el sistema ni a qué se atribuían los errores. Bastante desesperación tenían los apoderados, los representantes ante la Junta Electoral y los empleados con remangarse y ponerse manos a la obra. «Es una locura», contaba al otro lado del teléfono uno de los presentes entre recuento y recuento y sin saber todavía si se iba a acabar en el día. «Ahora mismo –a las 19.45 horas– el diputado se lo lleva el PSOE», comentaban los del partido rival, quien reconocía que «estaba habiendo mucho cambio de voto». Desde los partidos apuntan a un «posible fallo en el recuento de los decimales que, a su vez, habría distorsionado el reparto de escaños». La cuestión es si es un error humano o de Indra, la empresa a la que el Gobierno ce Cantabria adjudicó el escrutinio de la jornada con un contrato de 747.000 euros, que se deberá esclarecer para evitar que vuelva a suceder. Fuentes del Ejecutivo, en cambio, explican que el «sistema no ha fallado» y achaca todo el problema a que se filtró el acta antes de que se metiera en el programa para hacer los cálculos. Una versión que choca con los recuentos posteriores de alguna mesa.
Después de más de 14 horas, con algún parón, para resolver todas las incidencias, finalmente la Junta decidió aplazar su decisión hasta este jueves por la mañana. La jornada arrancó ya con mal pie y acabó como elefante en cacharrería. Fue como una de esas yenka en plan 'Enrique y Ana'. Esto es: izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres. Tanto que dejó perplejos hasta a los cronistas que fueron pasando por Las Salesas. La primera se la llevaron en la frente nada más llegar. Habían madrugado para estar allí a las 08.00 de la mañana pero se encontraron con que el sistema informático no arrancaba. El problema afectaba a todo el país y les tuvo de brazos cruzados cerca de hora y media. Además, hubo otras incidencias que ralentizaron el proceso, de forma que terminó pasadas las 13.30 horas y duró más de cuatro horas.
El proceso es largo y tiene una parte manual. Primero se abren las cajas donde llega el voto del extranjero, para extraer los sobres en los que figura el voto en sí y la documentación que lo acompaña para acreditar su validez. Se pasa por un sistema de escaneo, junto a un documento que acredita la identidad, y después es cuando se empiezan a contar las papeletas de forma manual.
Un problema con el voto extranjero de las europeas hizo que todo se retrasara. Manualmente se habían contado cerca de un centenar menos de votos que con el escáner, pero tras escrutar varias veces se dio por buena la cifra que habían contado los representantes de la Junta (no la que pasó el escáner), y es lo que se plasmó en el acta. Todo después de su correspondiente parón y análisis por los responsables de la Junta.
PSOE 236
PP 218
PRC 167
Cs 124
Podemos 83
Vox 81
Marea Cántabra 45
Pacma 24
OlaCantabria 13
Cantabristas 6
PCTE 3
Tras el recuento del voto de los residentes de Cantabria en el extranjero, que se produjo pasadas las 13.30 horas del miércoles, el resultado supuestamente no modificaba el reparto de escaños en el Parlamento de Cantabria conocido desde la madrugada del lunes (15 diputados PRC, 9 PP, 6 PSOE, 3 Ciudadanos y 2 Vox).
Con este escenario, el PRC se mantenía imbatible y con la capacidad de pactar un gobierno con PSOE, el socio preferente de Revilla, PP y Ciudadanos. Su portavoz, Pedro Hernando, salía con una sonrisa del edificio: «Estamos muy contentos de haber consolidado el diputado 15. Es una gran sensación porque los cántabros en el extranjero han apoyado al PRC, que ha sido segunda fuerza. No podemos más que alegrarnos y decir gracias a los cántabros que nos han apoyado. Pero es igual el diputado 14 o 15, porque del mismo modo nos íbamos a sentar con todas las fuerzas con representación con las que se podría formar gobierno para tratar de construir un gobierno estable, que permita a Cantabria seguir en la senda de crecimiento».
Su alegría contrastaba con la resignación de Cobo, que mantenía a pesar de todo la esperanza: «Se ha esfumado el diputado 7 pero no quiere decir que el resultado el PSOE lo considere malo. El resultado refrenda un proyecto progresista y hemos recuperado 13.000 votos. Hay que continuar con este proyecto y la ilusión. Se prevé que la tarde en la Junta sea larga porque hay varias mesas en las que hay que hacer recuento porque el PSOE ha tenido cero votos y no creemos que sea real». Y vaya si acertó. El PSOE analizó, posteriormente, esos datos y concluyó que el resultado indicaba, con la aplicación de la Ley D'Hont, que los socialistas llegaban al séptimo escaño en detrimento del PRC, que bajaría de 15 a 14. Después de que Cobo registrara esa petición, el PRC solicitó también la revisión de todas las mesas electorales, debido a que se han detectado «errores informáticos en el volcado de los datos» al contabilizar los resultados. En una mesa, una parte de ellos revisaban desde el primer ayuntamiento cántabro por orden alfabético, Alfoz de Lloredo; en otra, comenzaron por el último, Voto; y en otra sólo se estaban dedicando a los escrutinios del municipio de Santander.
Los presentes en esta revisión, tanto componentes de la Junta Electoral como representantes políticos, ya avanzaban que la revisión de esos votos se prolongue durante muchas horas, hasta, incluso, la noche, y que no se sepa hasta «muy tarde» cuál es el resultado definitivo de la elecciones autonómicas en Cantabria.
Todo empezó con un acta de una mesa en Santander en la que al PSOE no le cuadraban 90 votos y terminó como un vodevil. «Nunca he visto nada igual», decía entre risas una de las personas que participaba en el recuento. La jornada deparó muchos sobresaltos y algunas sorpresas, como que se mezclaron papeletas de Podemos y Ciudadanos en un mismo sobre, se introdujeron listas de los senadores cuando los comicios a las generales se celebraron hace un mes, y desaparecieron, por arte de birlibirloque, cuatro actas de Torrelavega, Guriezo, Selaya y Cartes, que apuntaban a ser decisivas en la pugna entre PRC y PSOE. La sangre no llegó al río –ni el llanto tampoco– porque los partidos consiguieron sus copias para ir aportándolas a la espera que las validara la Junta Electoral.
Hubo más de un susto en el cuerpo porque, de no encontrarse, sus votos no se hubieran contabilizado. Y también, aunque ninguno lo confiese, a medida que se abrían los sobres, se sumaban los votos nulos y crecían las posibilidades de que Vox se quedase fuera. Todo, como a lo largo de la jornada, a la cuenta de la vieja.
Todo sigue en el aire. Al abrir los sobres empezaron a detectase que había «cientos» de votos nulos que eran perfectamente válidos. Se habían descartado porque la 'X' estaba puesta al lado del nombre del candidato, algo que sí está permitido por la ley. La suma de estas papeletas pueden cambiar sustancialmente el arco parlamentario: desde que el PRC mantenga el 'diputado 15', pasando porque sea para el PSOE como se preveía a primera hora de la tarde hasta la desaparición de Vox de la Cámara, lo que tenía nerviosos a sus representantes por allí sudando la gota gorda ante la posibilidad de bajar del 5% que necesita para entrar en el hemiciclo. El partido que lidera Cristóbal Palacio, con 16.392 papeletas, alcanzó un ajustadísimo resultado de 5,05% del total.
«En estos momentos, puede pasar de todo», explicaban casi al alimón Rubén Gómez (Cs) e Isabel Urrutia (PP). El primero cree que es una «vergüenza» como han transcurrido los acontecimientos mientras que la popular la calificó como una jornada de «desconcierto» que se ha convertido en un «día decisivo». El final aún está por escribir. Todos pendientes del VAR electoral en una jornada de infarto.
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