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De los 43 vuelos que salieron en los tres primeros días de la semana del Seve Ballesteros, 29 lo hicieron más tarde del horario previsto. Eso es algo más de un 67% y no es frecuente. Además, sigue la línea de un fin de semana - ... el pasado- en el que, entre todas las operaciones de salida, se acumularon más de 17 horas de retrasos. La causa, eso sí, no parece estar en la terminal cántabra. Es un efecto rebote de la situación complicada en buena parte de los aeropuertos europeos. Falta de personal, una enorme demanda y huelgas, muchas huelgas. Justo de eso, de paros, habló ayer con este periódico la portavoz de Ryanair en España. Reconoce las dificultades generalizadas en Europa, pide «paciencia», «disculpas» y adelanta que ese mal general «va a repercutir todo el verano». Respecto a los paros de doce días de los tripulantes de cabina de su compañía cree que el impacto en cancelaciones será «pequeño» y que en el Seve no habrá «mayores problemas».
Es verdad que no todos los retrasos de estos días son graves. De cinco minutos, de un cuarto de hora, de tres cuartos de hora... Pero es una tendencia. Y también los hay más incómodos. Sobre todo, en las últimas salidas del día (aviones que vienen después de pasar por varios aeropuertos). Hay casos llamativos. El lunes, el de Bruselas (Ryanair) salió con una hora y veinte minutos de retraso. El martes, una avería retrasó prácticamente cinco horas a los pasajeros que iban a Valencia (Ryanair) y la demora para ir a Manchester (también de la compañía irlandesa) rozó la hora. Ya el miércoles -todos los datos los ha recopilado la Asociación de Amigos de Parayas-, hasta tres vuelos salieron con más de una hora de retraso. Milán (77 minutos), Bucarest (78) y Edimburgo (115). Dos de Ryanair y uno de WizzAir.
10 vuelos retrasados de quince el pasado lunes. El de Bruselas, 1 hora y 20 minutos.
11 vuelos de catorce se retrasaron el martes. El de Valencia, por avería, casi 5 horas.
8 vuelos de catorce salieron con demora el miércoles. Tres, con más de una hora.
La preocupación merodea entre los que tienen billetes por la huelga anunciada en Ryanair en este mes. Los tripulantes de cabina han convocado paros para los días 12, 13, 14, 15, 18, 19, 20, 21, 25, 26, 27 y 28. Durante esas jornadas, en el Seve Ballesteros hay 150 vuelos de la compañía que salen o llegan. Son más de 28.000 plazas. De ahí la conversación de este periódico con Elena Cabrera, country manager (o portavoz) de Ryanair en España y Portugal.
-¿Cuál es el mensaje para los que han comprado billetes o pensaban comprarlos en esos 150 vuelos?
-De tranquilidad. Esperamos un impacto mínimo, como en los paros anteriores. Aunque hubo un impacto más general por el caos que se está produciendo en algunos aeropuertos de Europa. Los aeropuertos no han podido adaptarse a tiempo al flujo de pasajeros poscovid y a eso hay que sumar otras huelgas por toda Europa. Hay que tener en cuenta que la huelga en Ryanair supuso menos de un 3% de cancelaciones y, sin embargo, una compañía como British Airways, sin huelgas, ha cancelado más de mil vuelos. No creemos que en Santander vaya a haber mayores problemas. En aeropuertos que no son base el impacto es menor, los aviones vienen de terceras regiones sin huelgas. Que los clientes tengan calma y que cojan sus billetes. Comunicaremos las incidencias con antelación y daremos respuesta a todos.
-Los pasajeros de Málaga dicen que les dejaron tirados.
-El Ministerio fija unos servicios mínimos y, en base a eso, se organizan las tripulaciones. En Málaga algunos tripulantes de cabina se pusieron enfermos justo ese día. No pudimos buscar una tripulación alternativa. Son factores externos que no nos permitieron actuar con agilidad y pedimos disculpas, pero en circunstancias previstas avisamos con antelación.
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