La vuelta a las aulas en junio requerirá una «declaración responsable» de las familias
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Educación concreta las instrucciones para ese regreso a clase, parcial y voluntario, previsto a partir del día 8En junio, y de forma voluntaria, podrán volver a las aulas los alumnos de 2º de Bachillerato que quieran reforzar su papel en la EBAU, los estudiantes de segundo curso de FP, o los del último año de Enseñanzas de Música y Danza. ... El regreso, previsto a partir del día 8, estará condicionado por las consecuencias de la crisis sanitaria. Por eso, la Consejería de Educación publicó este jueves en el Boletín Oficial de Cantabria una resolución para organizar con garantías la reanudación parcial –y extraordinaria, ya que el resto de escolares seguirá con educación a distancia– de esta actividad lectiva presencial, uno de los últimos coletazos de este curso tan anómalo.
La resolución fija criterios para la reincorporación del personal y del alumnado, y también para utilizar los servicios del centro (aseos, salas comunes, espacios de atención al público, ascensores) o transitar por él. Un ejemplo sobre este último punto: «Siempre que sea posible, se organizarán las entradas y salidas del centro por puertas diferentes, y se organizará al alumnado en bloques diferenciados para minimizar el contacto», recoge el documento.
La meta es garantizar la seguridad de la comunidad educativa. La ratio de las aulas será de un máximo de 15 estudiantes. La distancia física, las mascarillas o los geles irrumpirán en los institutos, marcarán sus rutinas. Además, el alumnado que desee regresar a clase tendrá que presentar una «declaración de responsabilidad» firmada por sus familias (siempre que el estudiante sea menor de edad). Esa es una de las principales novedades de esta vuelta a las aulas.
¿En qué consiste esta declaración? Es un documento con el que se avala que el estudiante no está enfermo o tiene posibilidades de estarlo. La premisa que establece Educación es que «no podrá acudir al centro el alumno con síntomas compatibles con Covid-19 o diagnosticado de Covid-19, o que se encuentre en periodo de cuarentena domiciliaria» por haber tenido contacto con personas con síntomas o diagnosticadas de coronavirus. «A estos efectos, las familias presentarán una declaración responsable, cuando se vayan a incorporar al centro educativo [...] en la que se declarará que los alumnos no se encuentran en ninguna de esas situaciones», recoge la resolución, en la que se aportan, además, modelos para rellenar. Las familias vigilarán, por tanto, la salud de los menores y les tomarán la temperatura, cada día, antes de que emprendan el camino al centro. La fiebre o los síntomas compatibles con el coronavirus impedirán la asistencia a clase.
Hay más criterios para el alumnado: además de respetar las distancias de seguridad de dos metros, de evitar aglomeraciones, de permanecer en el aula que se le asigne o respetar las normas que haya fijado su centro, el estudiante acudirá a clase «provisto de mascarilla» y deberá usarla de forma correcta: cubriendo boca, nariz y barbilla.
A los centros volverá el profesorado necesario para reanudar la actividad presencial o el que convoquen los equipos directivos para participar en juntas de evaluación o en la planificación de este curso y el que viene, entre otros. En cualquier caso, la combinación de la educación presencial y de la telemática «no podrá suponer un incremento» de sus horario. Por otro lado, hay excepciones a la asistencia a clase: el personal especialmente sensible al Covid-19 o el que precise conciliar.
El centro educativo proporcionará material de protección a todo el personal: geles hidroalcohólicos, agua y jabón, toallas de papel, mascarillas, guantes, papeleras con bolsa, o mamparas si fueran necesarias. Además de los materiales, la organización de los espacios será esencial pues los centros señalizarán entradas y salidas, y concretarán qué clases se van usar, qué bibliotecas, qué baños o qué salas comunes. Más allá de las aulas, la atención al público tendrá que realizarse con cita previa.
Las instrucciones que la Consejería ha remitido anteriormente a los centros los protocolos de salud o el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Personal Docente de la Consejería serán parte de los pilares sobre los que se sustente la seguridad en este regreso a clase.
Sin embargo, Educación incide en la responsabilidad individual para que este regreso sea seguro. Ante la duda, viene a decir, la mejor opción sigue siendo quedarse en casa. «De nada valdrían nuestros esfuerzos para intentar garantizar el derecho a la educación si para ello pusiéramos en riesgo la salud del alumnado o de los trabajadores y trabajadoras, docentes y no docentes. Por ello, rogamos encarecidamente a las familias y a la comunidad educativa que haga un esfuerzo por cumplir y hacer cumplir todas las medidas de seguridad y de higiene que recomiendan las autoridades sanitarias».
El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Centros Docentes de la Consejería de Educación ha visitado más de medio centenar de institutos, conservatorios, centros de formación profesionalo escuelas de idiomas o artes para orientarles sobre la vuelta a clase en el mes de junio. Prevista a partir del día 8, lo más probable es que el alumnado de 2º de Bachillerato que quiera prepararse para la EBAU lo haga a partir del día 15.
Las visitas del Servicio comenzaron el pasado 18 de mayo. El objetivo es adecuar los espacios de los centros a nuevos requerimientos de higiene, distancia o protección.
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