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En una semana empieza el curso 2020-2021. Será presencial y bajo medidas de prevención anticovid, que van del uso obligatorio de la mascarilla en alumnos a partir de seis años a la imposibilidad de tocar un instrumento de viento en la clase de Educación Musical.
Cantabria cuenta con un protocolo autonómico de organización y cada centro, además, habrá de funcionar con su propio plan de contingencia. Mañana, 1 de septiembre, los equipos docentes se irán reincorporando a los centros, irán empapándose de la mano de los equipos directivos de las medidas que guiarán sus pasos el curso que viene.
A partir del día 7, cuando los alumnos de Infantil y Primaria estrenen el curso, comenzarán esos días cruciales para explicar y asumir las normas y para ir testando cómo se adapta a la comunidad educativa a la 'nueva normalidad'.
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Por tanto, además de los libros, los cuadernos, los lápices y los bolígrafos, el alumno no podrá olvidar en casa la mascarilla. En el centro, seguirá previsiblemente un itinerario marcado en el suelo, en los pasillos y escaleras. Los carteles colgados en lugares visibles de las paredes del edificio le recordarán la necesidad de que se lave las manos con frecuencia, de que las desinfecte con gel hidroalcohólico; o también de que respete la distancia de seguridad de metro y medio respecto del otro.
Se usarán los baños y las zonas comunes de forma distinta, respetando el aforo. En el patio no se podrá jugar a la pelota ni a juegos que impliquen contacto. Además, lo ideal será practicar educación física al aire libre.
¿Cómo transcurrirán estos meses lectivos? ¿Se podrá asistir a clase de forma presencial durante todo el curso? El protocolo cántabro también contempla dos escenarios extra: el dos, que implicaría una docencia mixta (presencial y online), y el tres, al que se tendría que acudir en caso de que se produjese, por ejemplo, un nuevo confinamiento de la población.
«El próximo curso no será igual», ha afirmado varias veces la consejera de Educación, Marina Lombó. Pero, ¿cómo?
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Antes de salir de casa, las medidas a tener en cuenta
Cantabria mantiene en su protocolo la 'declaración responsable'. Se trata de un documento que las familias han de presentar firmado en el centro educativo antes del inicio de curso o durante los primeros días del año escolar. Es una forma de aceptar las condiciones de las autoridades sanitarias y educativas para la prevención y control del covid en los espacios escolares.
¿Qué condiciones? No asistir al colegio o al instituto en caso de presentar fiebre o síntomas compatibles con el coronavirus, y tampoco hacerlo si hay diagnóstico de la enfermedad o no se han finalizado los periodos de aislamiento o cuarentena domiciliaria. Para ello es preciso comprobar diariamente el estado de salud de los hijos y aquí las familias han de comprometerse a tomarles la temperatura cada mañana. Para reforzar esta medida preventiva, ¿añadirá la Consejería al protocolo la toma de temperatura en los centros?
Desplazamiento al colegio o instituto en transporte escolar
La meta es garantizar el transporte escolar en el curso 2020-21. El uso de la mascarilla será obligatorio en este servicio, más allá de la edad de los alumnos que lo utilicen. De este modo, los niños de 3 a 6 años, que en el aula solo tienen recomendación de usar el protector, tendrán que ponérselo durante el trayecto de ida y vuelta al centro.
A principio de curso se organizará la distribución de los alumnos dentro del transporte escolar, limitando las interacciones físicas. Antes de subir al autobús, por ejemplo, los alumnos esperarán en la parada manteniendo las distancias y en orden para, así, acceder al vehículo en fila y por la puerta de delante. La bajada se hará en el orden inverso.
Antes de subir al vehículo, los alumnos tendrán que desinfectar sus manos con gel hidroalcohólico. La empresa tendrá que disponer de ello.
Entrada al centro educativo adaptada a los diferentes grupos
Cada centro educativo cántabro tiene que elaborar un plan de contingencia, es decir, un documento estratégico que detalle cómo va a funcionar en tiempos de covid para cumplir con las medidas de seguridad y prevención. Muchos centros han optado por escalonar el horario de entrada y salida de los alumnos y evitar así aglomeraciones (al igual que han hecho con los recreos o con el servicio de comedor).
Esto es en caso de que la educación transcurra en el escenario uno, es decir, el escenario presencial y con medidas de prevención. Si la educación entrase en el dos o el tres –combinado y solo online, respectivamente–, los horarios tendrán que adaptarsea la situación. En el tres, «se recomienda el establecimiento de unos horarios de conexión telemática del alumnado para mantener las rutinas y la continuidad».
Gestión de aulas, por edades y etapas educativas
Limitar los contactos implica, entre otras cosas, la creación de grupos estables de convivencia, los llamados 'grupos burbuja'. ¿En qué cursos o etapas? Se fomentará su creación en Infantil y Primaria, y Cantabria lo permite además en otros niveles, como 1º y 2º de ESO. Son grupos que trabajarán con su tutor –o con el técnico de Infantil, en el caso del primer ciclo de esta etapa– y no se mezclarán con los demás. Sus «miembros podrán socializar y jugar entre sí sin mantener la distancia interpersonal de forma estricta. Estos grupos deberán evitar la interacción con otros grupos del centro educativo, limitando al máximo el número de contactos», dice el protocolo.
Habrá, de forma generalizada, un máximo de 25 alumnos en los grupos del segundo ciclo de Infantil y en Primaria. En las aulas de dos años, el tope será de dieciocho escolares.
Desplazamientos internos por el propio centro educativo
Este año escolar, los accesos y los tránsitos por el centro estarán reglados. Nada de ocupar todo el pasillo o la zona de las escaleras: lo que han hecho la mayoría de los centros es establecer circuitos en el suelo con sus flechas de dirección para organizar los desplazamientos. También han colocado cartelería visible para recordar las normas básicas de convivencia en la 'nueva normalidad': la distancia, el uso de la mascarilla, la necesidad de lavarse las manos con «frecuencia», unas cinco veces al día. Durante las primeras jornadas del curso será imprescindible «familiarizar al alumnado con lasmedidas deprevención e higiene».
El uso de espacios comunes como las salas de profesores, salones de actos o aseos precisarán será bajo un sistema de control. Por ejemplo, en todos los baños del centro habrá dispensadores de jabón y papel para el secado de manos, o, en su defecto, de gel hidroalcohólico.
A la hora del recreo y en los tiempos de descanso
El protocolo de Cantabria también apuesta por escalonar el tiempo de los recreos y evitar, de este modo, que se mezclen alumnos de distintos etapas o grupos, o de, incluso, diferentes centros, como le ocurre al Colegio Cisneros, en cuyos patios confluyen hasta tres de ellos. Se han organizado para adaptarse.
Ya en el escenario uno, recoge el protocolo, «es necesario organizar los periodos de recreo de forma que coincidan el menor número de alumnos y alumnas posible, se eviten aglomeraciones y se garantice en todo momento el mantenimiento de distancia entre el alumnado que no pertenezca a un grupo de convivencia estable». ¿Qué hacer? Aumentar los turnos o reorganizar el uso de los espacios.
Además, si los escolares salen al patio, no se podrán realizar juegos de contacto y de pelota o que impliquen intercambios de objeto.
Para asignaturas prácticas como música o educación física
Adiós a la flauta en el curso 2020-2021: la idea es que no se compartan instrumentos, y, más allá de eso, «queda prohibida la utilización de cualquier instrumento de viento dentro del aula». Es una de las medidas de prevención que recoge el protocolo –también apunta al canto coral con mascarilla con más del doble de la distancia interpersonal– para evitar riesgos en la asignatura de Educación Musical.
En el caso de la Educación Física, solo podrá practicarse en el escenario uno y sin compartir material, preferentemente al aire libre e incrementando la distancia de seguridad, entre otras medidas. «En todo caso, y como norma general, se aconseja que la práctica deportiva se desarrolle al aire libre, garantizando en este supuesto también una distancia interpersonal de cuatro metros», recoge el protocolo de organización de la Consejería.
Camino al comedorse evitará el cruce del alumnado
El servicio de comedor habrá de prestarse siempre que se garantice la limpieza entre turnos y el mantenimiento de una distancia de seguridad mínima de 1,5 metros, –a excepción de los grupos de convivencia estable y siempre y cuando no se junten con alumnado diferente–.
Los centros van a establecer turnos para reducir el afoto, para evitar que coincidan muchos alumnos. El protocolo, dado lo excepcional de la situación, y hasta el fin de la alerta sanitaria, permite que las comidas se sirvan en las aulas, para evitar por ejemplo que los grupos burbuja rompan su 'aislamiento'.
Si la educación pasase a otro escenario, la Consejería, en coordinación con los centros o el centro afectado, «establecería un servicio sustitutivo» para no dejar sin este servicio al alumnado en situación más vulnerable.
Gestión de los positivos que puedan darse en el centro
Los centros educativos contarán con un coordinador covid, una persona que hará de enlance con la administración. ¿Yqué hacer en caso de detección de un alumno con síntomas compatibles con el covid? El protocolo fija unas breves pautas de actuación:primero, se le llevará a un espacio de aislamiento, y luego se contactará con su familia y su centro médico de referencia. Habrá, en todo caso, uno o varios responsables para poner en marcha el protocolo. Si se confirma un positivo, también habrá que activar la coordinación con los servicios sanitarios e informar a la Consejería de Educación.
Por otro lado, solo se cerrará un centro educativo si, tras detectarse uno o más positivos, se da una transmisión descontrolada, es decir, no se puede seguir la trazabilidad del brote o los contagios. Si se pueden controlar, se tomarán medidas alternativas, pero no el cierre.
Cómo conocer y asumir las medidas de protección
Los primeros días del curso serán cruciales para que la comunidad educativa de cada centro comparta y asuma la forma de convivir en la 'nueva normalidad', las normas del plan de contingencia. Que el equipo directivo y los docentes familiaricen al alumnado con las medidas adoptadas será importantísimo.
Además, «es imprescindible» que cada centro decida cómo va a comunicarse con su alumnado en caso de suspenderse la enseñanza presencial o si fuese mixta, y también la plataforma que se utilizará para impartir docencia. Así se evitará, como ocurrió en el pasado curso, que en un mismo centro se usen múltiples vías telemáticas para dar clase. «Es aconsejable», indica el protocolo, «que cada centro fije con antelación cuáles van a ser las herramientas tecnológicas de comunicación y educativas» que usarán el alumnado, profesorado y familias.
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