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Ha pasado más de un mes desde que el Gobierno de Cantabria decidió cerrar las grandes superficies durante los fines de semana para evitar aglomeraciones. Una restricción que se levantó ayer y que, sin embargo, no atrajo a muchos clientes. Tanto El Corte Inglés, ... como Valle Real y Bahía Real vivieron una jornada bastante tranquila en la que no llegaron a formarse colas a la entrada de los establecimientos. Ni siquiera la tienda de textil Primark, que habitualmente registra largas filas para entrar, tuvo un tránsito fluido de personas en su interior. ¿La reapertura ha pillado de improvisto a los clientes? ¿O el buen tiempo les animó a disfrutar del día en la calle?
Al mediodía, Pablo Carrera paseaba por la sección de los libros de El Corte Inglés que, por el silencio, parecía más una biblioteca que una tienda. «La verdad es que lo agradezco, porque me suelen agobiar estos sitios cuando están llenos. He venido porque tenía que comprar un regalo y estoy aprovechando que no hay mucha gente para mirar con calma», explica. Donde más se notaba la afluencia de personas era en Hipercor, aunque esta área del centro comercial ha estado abierta durante los últimos sábados al tratarse de un hipermercado donde predomina la venta de alimentación. «Hacemos la compra habitualmente aquí y la verdad es que no hemos visto mucha más gente que la semana pasada, es llamativo después de tantas semanas sin abrir, pensábamos que vendría más gente», comenta un matrimonio. «Cuando vimos que había sitio de sobra en el aparcamiento ya dimos por hecho que no estaría muy lleno». En la zona de textil, una madre y su hija buscaban ropa de primavera. «Hace tan bueno últimamente que nos hemos venido a buscar vestidos porque tenemos el armario lleno de jerséis y ya no hace para ellos. Había mucha más gente en el centro, así que hemos hecho bien en venir», contó la mayor de las dos, María del Carmen.
En Valle Real, la imagen era similar. Los pasillos estaban bastante despejados y pequeños grupos de personas los recorrían sin problemas de espacio. El caso de Primark llamaba la atención, ya que desde que se pusieron en marcha las restricciones de aforo, la cola en su entrada ha sido prácticamente continua. Ayer, la gente podía acceder sin necesidad de esperar. Aunque varias empleadas contabilizaban las entradas y salidas para controlar cuánta gente había dentro en todo momento, no alcanzaron el máximo permitido. «Yo creo que hay mucha gente que no se ha enterado de que las grandes superficies han vuelto a abrir, porque la verdad es que está bastante vacío», conjeturó Verónica Arce, que estaba de compras con una amiga. «Con la situación del covid, la verdad es que se agradece que no haya demasiada gente, te da más tranquilidad». La directora de Valle Real, Marién Garmendia, cree que en esta primera jornada «hay un poco de despiste» y algunos clientes llegaron pensando que sólo podrían acceder al hipermercado y se encontraron con todas las tiendas abiertas. «Ha sido un día tranquilo. La gente tiene muy claro cómo debe actuar en la situación actual y no se ven grandes masificaciones porque ahora pensamos más antes de ir a comprar, si tenemos urgencia por hacerlo o si se puede esperar a otro momento», explica Garmendia. Además, este centro comercial se encuentra actualmente en medio de una remodelación integral cuyos plazos se han visto alterados por la pandemia del covid. Ya tiene los baños renovados y ahora se está trabajando en sustituir el azulejo del suelo por otro más moderno, entre otras actuaciones.
La disposición de los comercios de Bahía Real es diferente a la del resto de los centros comerciales. En este caso, cada tienda tiene su propio acceso desde la calle y, aunque muchas estén 'adosadas', no hay un espacio cubierto común, sino que todos dan hacia el aparcamiento al aire libre. Por ello, no se habla de un aforo general y cada establecimiento tiene el suyo. Además, hay varios que aún no están abiertos y esperan su inauguración. Mercadona era ayer uno de los locales donde más gente se concentró a lo largo del día, aunque al tratarse de un supermercado que vende principalmente alimentación no se ha visto afectado por el cierre de los sábados. «No me acordaba de que ya volvían a abrir las superficies de más de 400 metros cuadrados. No tenía pensado ir de compras, pero ya que estoy aquí voy a echar un vistazo a las tiendas de muebles», expuso Juan Cagigas, quien cuenta que se mudó hace un mes y no ha podido adquirir nada para la nueva casa durante las últimas semanas. «Entre semana no puedo venir por el trabajo, así que llevo todo el mes con una cama y cuatro muebles más. Ya que he venido a comprar la comida de la semana, miraré sofás y mesas y mato dos pájaros de un tiro».
En Bahía Real, la hostelería también está al aire libre. En la terraza del KFC, una familia hacía un alto en el camino para recuperar fuerzas entre compra y compra. «Hace tan bueno que nos da pena estar dentro de un centro comercial. Hemos venido aquí porque es más abierto y entre tienda y tienda sales a la calle y te da el aire. Se nos ha hecho un poco tarde así que ya que estamos comeremos aquí, que hace bueno, y por la tarde seguimos», cuentan José y Lara, que fueron a Bahía Real para comprar en el supermercado y ojear el resto de tiendas con sus dos hijos.
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