Vuelven las fiestas de siempre

Con la llegada del verano a la vuelta de la esquina, los municipios de Cantabria ya trabajan en la organización de sus fiestas que, tras dos años marcados por la pandemia de covid, volverán a recuperar su esencia. Es decir, se celebrarán tal y como las hemos conocido hasta 2020.

El fin de las restricciones permite ya a los ayuntamientos organizar todo tipo de eventos con libertad absoluta. Y aunque la situación económica no es la deseada por la inflación, la mayoría mantendrá el presupuesto que manejaron en 2019, en prepandemia, con la intención de que sus fiestas sean muy similares, para lo que tendrán que hacer encaje de bolillos. Aun con todo, se muestran «optimistas» e «ilusionados» porque «hay muchas ganas de fiesta».

El Ayuntamiento de Santander ya ha avanzado hace unos días que está trabajando en la organización de una Semana Grande «tradicional» y «muy esperada», con su chupinazo, que tendrá lugar el viernes 22 de julio en la plaza del Ayuntamiento. «El modelo de fiestas –que concluirán el 31 de julio– será similar al del 2019, con alguna novedad», afirma la concejala de Dinamización Social, Lorena Gutiérrez, que no concreta la partida destinada a las fiestas santanderinas, pero sí aclara que «no subirá, porque el Presupuesto municipal está prorrogado al no haber acuerdo con el resto de grupos municipales».

Para contrarrestar el aumento de precios en los diferentes servicios festivos, el Consistorio santanderino buscará patrocinios e intentará que las empresas artísticas ajusten cuanto más sus presupuestos. «Vamos a intentar que estas fiestas superen incluso las expectativas más exigentes. Se trata de dar lo mejor al mínimo coste», afirma la edil, al tiempo que avanza que se está trabajando en la recuperación de la feria de día con la Asociación de Hostelería, uno de los atractivos de la Semana Grande.

En la misma línea que Santander, el Ayuntamiento de Torrelavega apuesta por unas fiestas de La Patrona «similares a las de la prepandemia, a las de 2019», tanto en el formato como en la partida presupuestaria, que «se mantendrá sin variaciones» según apunta la concejal de Festejos, Patricia Portilla, quien destaca la recuperación de los «eventos multitudinarios en la vía pública».

Tras dos años de pandemia, la intención de la edil es retomar todas aquellas actividades que no han podido celebrarse por las restricciones, como el mercado medieval, las actuaciones en el recinto ferial o las que tienen lugar en la calle. También volverán a celebrarse los conciertos que todos hemos conocido antes del covid, sin sillas ni mascarilla.

«Las peñas volverán a jugar un papel importante mediante la organización de diferentes actividades como los concursos de arroz y tortilla», afirma Portilla. Subraya igualmente que «empieza a notarse que se recuperan las fiestas de los barrios y pueblos con sus verbenas».

La Comisión de Fiestas de Revilla de Camargo también trabaja en la organización de sus tradiciones festejos del Carmen, que tienen lugar tradicionalmente durante la primera quincena de julio, y que el pasado año solo se pudieron limitar a la celebración de los actos religiosos. «Volvemos a la normalidad y tendremos las fiestas de antes de la pandemia. De hecho mantenemos las actividades que teníamos programadas para 2020», apunta Juan Ramírez, presidente de la Comisión de Fiestas, que añade que «hemos tenido que renunciar a alguna actividad por el incremento de precios, porque no sabemos aún cuánto dinero vamos a tener, ya que estamos pendientes de los ingresos publicitarios y las aportaciones de empresas».

Aun así, estas fiestas, que cuentan con un presupuesto que ronda los 130.000 euros, recuperarán las tradicionales romerías, verbenas y conciertos.

El equipo de gobierno castreño (PSOE-Cs) también tiene intención de recuperar sus tradiciones fiestas de la Semana Grande y el Coso Blanco, que se celebrarán del 23 al 30 de junio y el 5 de julio, respectivamente, con el esplendor de los últimos años, previos a la pandemia. Es decir, la celebración de una feria de día con casetas de hosteleros en el Parque de Amestoy, las 'casetucas' de San Guillén, las atracciones y los eventos musicales. Además, su intención es aumentar los premios del Coso Blanco, fiesta de interés turístico regional. Para ello, tenían previsto duplicar la partida de festejos, que ronda los 400.000 euros, entre otros motivos por el incremento de los costes de la mayoría de servicios que conllevan la celebración de estos eventos y porque el Gobierno local cree que atraen gente al municipio y reactivan la economía; además de considerar que el presupuesto actual es «muy justo» para volver a celebrar las fiestas con normalidad. Sin embargo, tres de los cuatro grupos de la oposición (PRC, PP y CastroVerde) no lo ven así y esta semana frenaron en el Pleno esta pretensión, al considerar que duplicar el presupuesto de fiestas es «excesivo».

La Batalla de Flores y El Último Desembarco de Carlos V volverán a ser las celebraciones de referencia en Laredo, en un programa festivo que también recuperará formatos más tradicionales como la popular celebración de la Marmita, en San Roque, según informa Javier González. Por si fuera poco, el programa tratará de incorporar aquellos formatos que se impulsaron durante la pandemia, como el Festival Musicarte, cuya primera edición tuvo lugar en septiembre de 2021 junto al parque de Cenon y que supuso una apuesta por el talento local.

La Concejalía de Turismo y Festejos mantiene inalterable su presupuesto, que asciende a 671.000 euros (366.000 euros para la Batalla de Flores, 100.000 para el Desembarco de Carlos V y 205.000 para el resto de fiestas), según apunta la edil Eva Blanco.

En los dos últimos años, gran parte de ese dinero se utilizó para atender necesidades de alcance más social y para tratar de estimular la actividad comercial. «Ahora que vuelve la normalidad, retomamos su destino original», señala Blanco, que ha recuperado las sensaciones de «vértigo» que se viven según se acerca el periodo estival.

Los Corrales de Buelna también recuperará sus Guerras Cántabras, la única fiesta en Cantabria de Interés Turístico Internacional, que se celebra el último fin de semana de agosto y el primero de septiembre, tras dos años en blanco, con un incremento de entre el 20 y el 25% de su presupuesto –que suele rondar los 100.000 euros– debido a los gastos derivados de su nuevo anfiteatro. Además, la fiesta, que cumple su vigésima edición, contará con un aumento en el número de participantes, que rondará las 1.400 personas, divididas en 24 grupos (13 tribus y 11 legiones).

«Hemos pedido un esfuerzo al Ayuntamiento para que nos amplíe la partida que nos da cada año para sufragar los gastos del evento. Estamos pendiente de que aprueben una modificación presupuestaria, al tiempo que estamos 'mendigando' a las consejerías del Gobierno regional», apunta el presidente de la Asociación Guerras Cántabra, Óscar del Val, quien recuerda que la fiesta contará con «varias novedades» respecto a otros años.

Ampuero podrá celebrar este año sus primeras Encerronas (del 7 al 11 de septiembre) bajo el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional, que también contarán con nuevo vallado. Además de organizarse cuatro encierros, en las fiestas de la Virgen Niña habrá, como novedad, una corrida de toros mixta (con un torero y dos rejoneadores), para lo que se ha aumentado en 20.000 euros, hasta los 55.000 totales, el presupuesto destinado a los festejos taurinos. «También habrá una novillada mixta, el concurso de recortadores y un festejo, por la tarde, promovido por la Asociación Taurina La Tercera Bomba», avanza el edil de Festejos, Borja Aguado.

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