Wallmann: «La cifra oficial de muertos por covid en la región está bastante afinada»

Es cierto que la falta de un criterio unificado en España sobre lo que es un 'muerto covid' supone la posibilidad de que cada comunidad autónoma lo interprete a su manera. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el covid debe registrarse en el certificado médico de fallecimiento como causa de muerte en todas aquellas personas que han perdido la vida como consecuencia de la enfermedad, o cuando se tiene una sospecha certera de que la infección contribuyó a su muerte.

La Sanidad cántabra, explica Wallmann, nunca ha determinado 'a ojo' si una muerte se ha producido por covid, contribuyendo a inflar la cifra total; al contrario, hay que suponer que en los primeros meses de la pandemia, cuando los test no siempre estaban disponibles, el recuento de decesos por coronavirus ha podido estar por debajo de la cifra real, una situación que después se fue corrigiendo.

A la hora de contabilizar las víctimas, Sanidad diferencia entre los fallecimientos hospitalarios y extrahospitalarios. «Cuando son hospitalarios, se computan de forma automática, y la muerte entra en el sistema en el momento en que el médico consigna esa muerte con covid activo. Es verdad que no se hace una revisión de las muertes, y existe esa discusión sobre si debería hacerse. El perfil de los fallecidos, especialmente en esta sexta ola, es el de una persona muy mayor, y a menudo no es fácil determinar con exactitud la última causa de la muerte, cuando es frecuente que se deba a numerosos factores, y el covid puede ser el desencadenante o uno más», aclara el doctor Wallmann.

En cuanto a los fallecimientos extrahospitalarios, estos suelen contabilizarse con cierto retraso, pues el protocolo es distinto: se revisa cada uno de ellos, con su certificado de defunción, y se determina la causa de la muerte.

El director general de Salud Pública sí opina que debería haber un criterio unificado en todas los territorios para tener una imagen lo más fiel posible de los efectos de la pandemia. En Cantabria, asevera, «la cifra oficial de muertos por covid está bastante afinada». Otra cosa distinta sucede con la contabilidad de los ingresos hospitalarios. Recientemente, la propia ministra de Sanidad, Carolina Darias, expresó su interés en que los datos epidemiológicos distingan entre hospitalizados por covid y con covid, que ahora computan juntos y, una vez se asiente esta nueva contabilidad, el siguiente objetivo sería hacerlo con los fallecidos. Para ilustrarlo, decía que no es lo mismo que alguien ingrese por covid que ser hospitalizado para una intervención por otra patología y que el paciente «al practicarle una PCR, resulte positivo».

El resultado es que las hospitalizaciones por covid y los porcentajes de ocupación de camas que suministra Sanidad no reflejan exactamente la realidad de los hospitales. La ocupación de camas por enfermos covid es menor que la que indican los datos oficiales, pero no así la saturación de los centros.

Reinhard Wallmann ya había advertido anteriormente sobre esta circunstancia, que se está observando continuamente durante esta sexta ola, en la que los contagios se han disparado y un gran número de casos no presenta síntomas de la enfermedad. Son los «ingresos incidentales», personas hospitalizadas por cualquier otra causa y que, al ser sometidas a una prueba, esta arroja un resultado positivo. Cree que tampoco carece totalmente de sentido que sea así. «Un positivo en un hospital, aunque sea el de una mujer que ha sido ingresada para dar a luz, obliga a seguir un protocolo, a mantener un aislamiento para que el virus no se propague, así que su impacto sobre la actividad del centro es real».