«Zelenski nos ha puesto a los cómicos en nuestro lugar»
Félix Álvarez y Rafael Sebrango ·
Crecieron en el mismo barrio, y el paso del tiempo ha vuelto a juntarlos en la misma formación política. Dicen que es necesario un cambio en la regiónSecciones
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Félix Álvarez y Rafael Sebrango ·
Crecieron en el mismo barrio, y el paso del tiempo ha vuelto a juntarlos en la misma formación política. Dicen que es necesario un cambio en la regiónRafael Sebrango se presenta como un simple «compañero de filas» de Félix Álvarez en Ciudadanos (Cs), pero lo cierto es que su relación es mucho más estrecha, tras décadas viviendo en el mismo barrio. «Rafael me parecía apropiado porque me conoce de chaval, ha vivido ... mi desarrollo vital en primera persona y luego hemos acabado los dos en esta locura política que estamos viviendo».
Según Rafael, el cabeza de lista de Cs al Gobierno de Cantabria es «el único político del siglo XXI que se presenta a las elecciones». Cuando dice eso, no es que se imagine un Félix futurista: simplemente quiere decir que no lleva tanto tiempo dedicándose a ello como sus adversarios. «Esto me da una perspectiva diferente, porque quiere decir que todo el grueso de mi vida laboral ha sido fuera de la política. Es verdad que vivimos un 'déjà vu' permanente: seguimos con los mismos proyectos –el AVE a Madrid, La Pasiega, el Mupac, el AVE a Bilbao...–. Me da una perspectiva de saber lo que es la vida de un autónomo, de un empresario, un trabajador, un asalariado, porque he pasado por todas esas fases. Conozco cuál es muchas veces la angustia y las situaciones complicadas».
Cuenta, para ilustrarlo, cómo golpeó la crisis de 2008 en su casa. «A mí me pegó como a poca gente, porque yo estaba en el teatro, y el teatro, que tenía un IVA del 8%, pasó al 21. Pero es que la peluquería de mi mujer, que también pagaba un 8, pasó a pagar el 21. Pagamos casi tres veces más de IVA en un contexto de crisis que nos mandó a seis millones de personas al paro, y tuvimos que pelear muchísimo para poder rehacernos. Yo creo que fue un auténtico atraco a mano armada».
Dice que también sufre la falta de oportunidades en la región. «Ahora mismo tenemos mucha gente joven que va a la universidad, que está muy bien preparada, pero Cantabria no está preparada para asumir todo el talento que sale de la universidad. Y otra vez lo he vuelto a sufrir en mis carnes morenas: yo tengo una hija, Carla, que va para 37 años, que es doctora en Neurociencia –salió lista, como la madre–; se fue a estudiar a Bilbao, luego a Madrid y luego se fue a Chile. Aquí no tenía nada que hacer y se fue diez años a Chile, aquí al lado».
Rafael recuerda el bar Mediavía, justo debajo de su casa, en el que, siendo joven, Félix trabajaba los fines de semana: «Cuando estaba este señor de camarero se convertía en el restaurante más divertido que te puedas echar a la cara». El comentario da pie a que Félix repase su azarosa trayectoria profesional, que dio un vuelco cuando llegó a la televisión, y que tuvo su punto más alto con su participación en el programa de humor 'El Informal'.
Rafael coincide con la opinión de la portavoz naranja en el Congreso, Inés Arrimadas: «Me parece que el cómico es el más serio de los candidatos». No obstante, esa profesión ha sido la causa de que Félix se haya sentido mirado por encima del hombro. «Me ha ocurrido en política, mirarme casi con desprecio porque venía del mundo de la comedia. Creo que Zelenski nos ha puesto a los cómicos en nuestro lugar ahora que es una de las figuras más respetadas del mundo y que se está enfrentando al tirano y al zumbado de Putin. Pero no hay nada más difícil que hacer reír. Lo más serio y lo más difícil del mundo es hacer reír. Además, te exige mucha disciplina: cuando tú te subes a un escenario a hacer un monólogo de una hora y media delante de quinientas personas necesitas una disciplina enorme, una estructura, un trabajo, una memoria, una actuación y una valentía terrible».
«Te presentas a las elecciones... ¿y si no sales?», pregunta Rafael. «A seguir viviendo, a seguir trabajando, que es lo que he hecho toda mi vida. No tengo ningún problema, no tengo ningún miedo: yo sí tengo dónde caerme muerto. Encima veo el futuro siempre con muchísimo optimismo, tengo muchísimas cosas que hacer, tengo muchísima vitalidad –me duelen un poco las rodillas por la artrosis, la artritis... no sé lo que será–, pero además yo mi vida nunca la he controlado mucho. El azar, las causas, las circunstancias que me han rodeado, me han hecho ir avanzando en la vida. No tengo miedo al futuro, al contrario».
Su compañero en Ciudadanos le advierte de que no es tan fácil montar un negocio en Cantabria. «Es lo más complicado del mundo», asegura. Félix asiente y recuerda el caso de Santander Coated Solutions. «Estuvo dos años esperando los permisos, y como no le llegaba un permiso medioambiental, al final cogió esos cien millones de inversión y se los llevó a León: no se los llevó a Polonia o a Turquía. ¿Cómo es posible que la Administración te esté pidiendo continuamente los propios papeles que la Administración te ha dado trescientas veces? Propuesta: tú quieres montar un negocio. Conoce usted la ley, sabe las medidas, lo que tiene que hacer, cómo tiene que estar colocado esto... Hágame usted una declaración responsable y abra su negocio, móntelo. Yo luego lo voy a inspeccionar: como se pase usted un pelo y me engañe, le voy a meter un guantazo que le van a temblar las orejas, pero permitamos que a través de esas declaraciones responsables la gente pueda empezar a desarrollar su negocio, y luego ya eres tú el que tiene que controlar las cosas que ocurren, pero por ese orden, no al revés».
Claro que, en su opinión, para que todo funcione mejor hace falta un cambio. «Si tú llevas el coche a un taller y te lo devuelven averiado, y lo vuelves a llevar al taller y te lo devuelven averiado, y lo llevas quince veces y te lo devuelven averiado, si sigues llevando el coche al mismo taller tienes un problema gordo. Cambiemos de taller. Exijamos al Estado lo mismo que exigimos en la vida privada, en las empresas, y lo mismo que nos exigen a nosotros en la empresa privada. ¿Por qué permitimos que un señor prometa el AVE 37 veces y ase tres bueyes en Monzón de Campos? ¿Y por qué le seguimos dando el apoyo a este señor que nos engaña como si fuésemos chinos? Miles de chinos nos iban a llegar a Comillas, 2.000 puestos de trabajo en la mina de Reocín... Oiga, nos está usted tomando el pelo».
–«¿Tenemos esperanza si cambiamos?», cuestiona Rafael.
–«Claro que tenemos esperanza, pero tenemos que cambiar. Porque como sea el de Polaciones el que siga tirando del carro..., o el PP, que también es la misma del siglo XX. Soy la gran esperanza blanca», concluye Félix.
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