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El PSOE cántabro se enfrentará el próximo sábado a uno de los Comités Regionales más tensos desde que Pablo Zuloaga saltó a la dirección hace dos años y medio. La unidad en torno al sanchismo y la expectación por desalojar a la vieja guardia ... que cimentaron su victoria en 2017 ya no son suficientes para amarrar las costuras del partido. La estrategia de comunicación elegida por el vicepresidente del Gobierno, la venta de la sede de Bonifaz, el mutismo sobre los problemas económicos, la polémica elección de Pedro Casares como candidato en las Generales y el choque de aspiraciones políticas en la Ejecutiva empiezan a hacer mella en un PSOE que lleva en su ADN la impronta de las crisis internas. Zuloaga, que ha reconocido a algunos allegados sentirse «solo» en muchas ocasiones, empieza a sufrir ahora ese desgaste autóctono del partido que en su día soportaron sus antecesoras. Esa aparición de voces disconformes amplificadas por las famosas 'paredes de cristal' que tantos dolores de cabeza dieron a Dolores Gorostiaga y Eva Díaz Tezanos.
La última secretaria general será, precisamente, una de las que el sábado tome la palabra para advertir a su sucesor de que admitirá todas las críticas políticas, pero ninguna que mine su honor. La actual dirección ya ha puesto en duda su gestión económica, hasta el punto de señalar irregularidades en algunos pagos, y muchos de los que cayeron cuando él llegó recuerdan ahora sus palabras en la primera entrevista tras ganar el Congreso: «Yo no voy a tachar a nadie de haber sido desleal, de haber mentido». De momento, Tezanos y Gorostiaga han presentado por escrito un requerimiento a la Ejecutiva para que haga públicas las conclusiones de la Comisión Revisora de Gastos. Una información que no aparece como tal en el orden del día del Comité Regional.
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En ese mismo contexto económico del partido se encuentra la futura venta de la sede de Bonifaz. Una operación que pocos conocían y de la que algunos miembros de la Ejecutiva y los militantes se enteraron por este periódico. Su ocultación ha provocado un fuerte malestar en 'familias' que ya habían discrepado con el secretario general en otros asuntos. De hecho, el sector de Santander –en el que se encuentran Ainoa Quiñones y Marian Casares– y el de Juventudes recriminaron en una Ejecutiva a Zuloaga haber escondido esa información a su propio equipo de gobierno. Más sal para esa herida abierta entre Zuloaga y Casares que todo el mundo conoce en el partido.
En el cónclave del sábado también se producirán cambios en los órganos de dirección. Algunos intrascendentes y esperados, como las tres bajas en el Comité Regional de exconcejalas que ya no pertenecen al partido: Rosalina López (Laredo), Belén Iglesias (Reocín) y Aurora Hernández (Santander). Más enjundia tienen las vacantes que se producirán en la Ejecutiva regional y en el Comité Federal.
En la primera hay una silla vacía desde que Luz Muñoz Barquín se presentara con otro partido (AVI) en las elecciones municipales de Santillana del Mar. En el Federal dejará su cargo Cristina Pereda, una histórica del partido y diputada durante tres legislaturas. «Se debe únicamente a razones personales, no hay que buscarle más vueltas. De hecho, me pongo a disposición para colaborar en todo lo que pueda», señaló a este periódico. Otras fuentes cercanas a la propia dirigente aseguran que en su salida han influido «discrepancias» con algunas de las últimas decisiones del partido.
Pereda fue la primera secretaria de Organización de la UGT en la Unión Local de Santander en el año 1978, unas siglas claves en el ascenso de Pablo Zuloaga en el partido hace dos años. En ese núcleo sindical fuerte se encuentran la secretaria de Organización, Noelia Cobo; el presidente del PSOE y delegado del Gobierno, Eduardo Echevarría; el presidente del Parlamento y padre político de Zuloaga, Joaquín Gómez; y Luis Santos Clemente, número uno en las Generales de abril y, durante unos meses, diputado en el Congreso.
Fue el relevo de Clemente de las listas el 10-N, precisamente, lo que provocó un importante enfado de este sector. La orden de situar a Pedro Casares como número uno se dio directamente en Ferraz y no había margen para discutirla, pero sí para comunicarlo sin dañar la imagen de Santos Clemente. Y así se acordó en Bonifaz: esperar unos días para vestirlo como una dimisión del sindicalista y no como una patada fuera. Pero el acuerdo no se cumplió y el salto nacional de Casares se filtró a los medios de comunicación a las pocas horas.
«La reacción de Clemente fue volcánica, exigió explicaciones de lo sucedido y no ocultó su enfado», aseguran varios testigos de la asamblea de Santander en la que el sindicalista cargó contra el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento.
Zuloaga sabe que no puede perder el respaldo del 'sector UGT' y, de momento, tiene su lealtad, aunque no compartan algunas de las decisiones que está tomando, sobre todo en su papel de vicepresidente del Gobierno. «No van a escenificar en público sus desavenencias con él, pero existen», explican dirigentes del partido.
Uno de los principales puntos de fricción es el trabajo del jefe de gabinete del vicepresidente, Jesús Gutiérrez, quien ya ha tenido sus encontronazos con la secretaria de Organización. Exconcejal en Valdepeñas (Ciudad Real) y «con más de 20 años de experiencia en tareas de comunicación de gobiernos», según se puede leer en su currículum del Portal de Transparencia, Gutiérrez ha tomado el control de la comunicación del PSOE en todos los ámbitos: Gobierno, Parlamento y partido. Y ha puesto en marcha una estrategia «de escaparate», como la definen dirigentes del propio PSOE preocupados por «la exposición pública tan agresiva para Zuloaga». «Lo está aislando de los demás», lamentan.
En un primer momento, un sector de la militancia temió que Gutiérrez fuera el elegido por Zuloaga para ocupar la vacante libre en la Ejecutiva, pero no será así. Está afiliado en Castilla La Mancha y no en Cantabria –condición obligatoria– y no es tan sencillo cambiarlo. Ni siquiera los estatutos del partido permiten hacerlo por motivos laborables. La que sí suena con fuerza para entrar en el Comité Federal o en la Ejecutiva es María Jesús Calva, que perdió su escaño en el Congreso tras el batacazo del 10-N y que ahora Zuloaga ha fichado como secretaria en la Consejería.
Noelia Cobo también ha mantenido diferencias con Agustín Molleda, alcalde de Cartes y responsable de la Política Municipal. Unas desavenencias que no escondieron, por ejemplo, en la reunión con los alcaldes previa a la asamblea en la que se eligió a la nueva dirección de la Federación de Municipios de Cantabria (FMC). Molleda, uno de los hombres fuertes de Zuloaga tras el Congreso, tendría aspiraciones de dar el salto a Torrelavega, donde el partido no tiene nada claro quién será el candidato en 2023. La misma situación que se vive en Santander, donde Pedro Casares quiere conservar el aparato del partido compaginando el Congreso con la Secretaría General Local, pero falta un nombre que lo sustituya en el Ayuntamiento.
En lo que sí existe cierta unanimidad es en la preocupación por la pérdida de protagonismo político respecto al PRC. Frente al mensaje positivo que Zuloaga presentará el sábado en su informe de gestión de 2019, en el PSOE lamentan el espacio cedido en Europa a la consejera de Presidencia, Paula Fernández, y a que el partido de Revilla tenga en Madrid el mismo número de congresistas y senadores que ellos por primera vez en la historia.
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