Secciones
Servicios
Destacamos
Se preveía un Comité Regional del PSOE de Cantabria convulso y cumplió con las expectativas desde el inicio. No hubo que esperar al casi siempre polémico turno de ruegos y preguntas porque el secretario general de la formación, Pablo Zuloaga, entró de lleno en casi ... todos los asuntos candentes que mantienen abierto el abismo entre la línea oficialista y el sector crítico. En su informe de gestión, un discurso que normalmente suele ser poco más que una fijación de posiciones antes del debate de verdad, el vicepresidente del Gobierno regional utilizó un tono especialmente duro contra la oposición interna. Y lo hizo sin ocultar que se refería a la anterior dirección encabezada por Eva Díaz Tezanos, la que perdió las primarias y que en las últimas semanas ha alzado la voz por «falta de transparencia» en la gestión política y administrativa. Todo a raíz de que este periódico publicara la intención del PSOE de Cantabria de vender su sede de Bonifaz. Algo a lo que la Ejecutiva ni siquiera entró.
Todo el tiempo –28 turnos de intervención que alargaron la cita hasta las 15.30 horas– se utilizó para marcar posiciones sobre los dos asuntos candentes que estuvieron sobre la mesa: la pérdida de poder tras el pacto regional con el PRC y la elección de Pedro Casares como candidato al Congreso y sus derivadas. «Hay que tener claro de una vez por todas que no estamos aquí para pagar sedes, estamos aquí para mejorar la vida de la gente», dijo el secretario general. O dicho de otra forma: «Una sede no sirve de nada si no se ganan elecciones». Dardo directo al pasado. Frente a los críticos, Zuloaga defendió que el partido se encuentra hoy mejor que hace un año. Con más diputados a nivel nacional y también más representantes en Cantabria. De cinco a siete diputados autonómicos, de 18 a 21 alcaldías, de 190 a 225 concejales...
Varios miembros del Comité Regional le dieron la réplica para echar en cara que el PSOE había perdido poder con el pacto de Gobierno con el PRC. En concreto, en áreas fundamentales para los socialistas como Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y, sobre todo, Educación, ahora en manos regionalistas. Llamó la atención el comentario de una militante, cargo intermedio del Ejecutivo autonómico, que dijo del presidente regional, Miguel Ángel Revilla, que es «un dictador que no hace primarias en su partido y que no ha tenido consejeras hasta este año». A ello sumaron que se ha quedado por el camino la designación del senador autonómico y la propia Tezanos y Dolores Gorostiaga (también exsecretaria general) se levantaron para decir que durante su etapa negociaron con Revilla que el PRC, un rival que coge votos en caladeros muy cercanos, no se presentara a las elecciones generales.
El otro punto caliente fue, precisamente, el análisis de los resultados electorales. Levantó algunas ampollas la «falta de autocrítica»por la pérdida de 15.000 votos el 10-N. Incluso de miembros del Comité que apoyaron a Zuloaga en las primarias y siguen a su lado pero se muestran «muy preocupados». Desde el sector crítico dejaron claro que piensan que el detonan fue sustituir a Luis Clemente –candidato en abril– por Casares. «Si fue con tu consentimiento, mal. Si fue sin él, peor por falta de autoridad», afirmó el histórico dirigente Miguel Ángel Palacio, recogiendo la idea general de que fue una imposición de Madrid. En ese punto se enquistó el debate. Sin respuesta de la dirección quedó la pregunta de por qué Casares sigue compatibilizando el cargo de diputado y portavoz municipal en Santander, algo que impiden los estatutos.
Un militante de Marina de Cudeyo y miembro del 'sector UGT' le invitó –con poco cariño– a dimitir como congresista para seguir en la capital, donde todas las partes creen que ha conseguido lo que parecía imposible: crear una alternativa al PP. De los alcaldes apenas hubo intervenciones, casi todos de Tezanos en la pelea interna de 2018. La excepción fue el de Colindres, Javier Incera, que animó a limar asperezas.
Zuloaga defendió el avance que ha experimentado el PSOE el último año –además del aumento de cargos electos, también habló del incremento de afiliados hasta los 3.196–, y dijo que se ha producido «con muchos amigos y con algún enemigo», justo antes de lamentar las «filtraciones, traiciones y el rencor de unos pocos». Insistió en que está allí porque la militancia ha querido. No evitó meter el dedo en la herida al subrayar que es «la misma militancia a la que no siempre se ha sabido dar respuesta, a la que incluso durante un tiempo se dejó de lado».
Se felicitó porque con él el PSOE de Cantabria sí tiene herramientas de participación interna: «Ahora quien más las usa son quienes en otro tiempo, estando en los puestos de responsabilidad, no dejaron que fueran usadas por los militantes». Mientras, Tezanos tomaba notas de toda la intervención junto a afines como dos de los tres afiliados que registraron hace tres semanas un documento exigiendo al partido que liberara información y hablaron de falta de transparencia, Marta Domingo y José Otto Oyarbide. En este Comité recibieron parte de la información solicitada, aunque «de palabra»: por ejemplo, el sueldo de la secretaria de organización, Noelia Cobo, durante el año que no tuvo cargo público, o el de Zuloaga entre que dejó la Delegación del Gobierno y tomó posesión como vicepresidente.
Otra muestra de ese tono bronco del Comité Federal y la reivindicación del trabajo de Zuloaga frente a lo que se hizo en el pasado. «No aceptaré que nadie utilice estas garantías para debilitar el partido ni para hacer daño a la organización». Su tesis es que los pronunciamientos del sector crítico son una muestra de que hay gente que antepone sus deseos de figurar por delante del partido. En las sillas de los aludidos se escucharon risas cuando el secretario general dijo que «hay quien dice que nos sobreexponemos, y lo dice porque ahora sí que se percibe que el PSOE está en el Gobierno, con identidad y con contundencia».
Fuera de los asuntos internos, Zuloaga defendió el entendimiento de los dos socios del Gobierno autonómico a pesar de las diferencias evidentes, destacó el papel del PSOE como freno del populismo y la extrema derecha y aplaudió la acción ejecutiva y legislativa del partido en asuntos como la sanidad, la educación, la dependencia o el medio ambiente. También su papel como interlocutor directo con Madrid para conseguir proyectos, el dinero de la deuda de Valdecilla e infraestructuras. «En esto del AVE no me resisto a decir que, a pesar de que no estamos todo el día dando la matraca con el asunto, hablo a menudo de este y de las demás inversiones con el presidente Sánchez», concluyó.
Zuloaga aprovechó su intervención para respaldar las negociaciones de Pedro Sánchez con diversos partidos, incluido ERC, para formar Gobierno en Madrid y acabar con el bloqueo. Una defensa a ultranza de la postura de Ferraz frente a las «deslealtades» que aprecia en otros compañeros de partido, después de que barones como el de Aragón, Javier Lambán, o Extremadura, Guillermo Fernández Vara, advirtieran al jefe de filas que estarían vigilantes y criticaran la postura de los socialistas catalanes de hablar de un Estado plurinacional. Les acusó de cuestionar la negociación para que España tenga un gobierno progresista, «compañeros de otros territorios que no tienen altura de miras y sólo ven sus ombligos».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.