Tres años después de que se iniciara aquel proyecto, sólo el capitán sigue en el barco. «Ha sido una sorpresa». La frase se puede poner en la boca de cualquiera que esté al tanto de la vida interna del partido al ser preguntado por la dimisión de Molleda, que alega desavenencias con Zuloaga y desacuerdo con alguna de sus últimas decisiones. Sorpresa por las muestras entusiastas de apoyo al secretario general que el regidor ha protagonizado en los últimos tiempos.
De hecho, en la carta de renuncia que el número tres del partido -ya ha sido sustituido por César Aja- entregó a la secretaria de Organización, Noelia Cobo, sólo hacía referencia a «motivos personales». En la dirección del PSOE insisten en que nunca antes de esta dimisión había dado muestras de incomodidad. Haciendo memoria, los miembros de la Ejecutiva sólo recuerdan dos momentos de fricción «mínima»: la última reunión de la Comisión Ejecutiva Regional (CER) que se celebró de forma presencial y en la que intervino para discutir algunos aspectos del pacto de Gobierno con el PRC y el desencuentro con Cobo por la designación de los representantes socialistas en la Federación de Municipios.
La dirección cree que la dimisión de Molleda tiene que ver con movimientos precongresuales
La sensación general en el partido es que la salida de Molleda es, sobre todo, un síntoma de una enfermedad más grave. Que la promesa de cerrar las heridas y unir al PSC con la que llegó Zuloaga no se ha materializado y que, lejos de acercar a la corriente de Díaz Tezanos, Dolores Gorostiaga y Ramón Ruiz, está perdiendo apoyos entre los que le hicieron ganar el último congreso.
En el primer grupo están los alcaldes fieles al 'tezanismo'. Los de Suances, Val de San Vicente, Santoña, Piélagos, Peñarrubia, Limpias... Están tan lejos de Zuloaga como lo estaban hace tres años, como demostró este verano el de Colindres, Javier Incera, en una entrevista en este periódico. En el segundo, quizás el ejemplo más importante por su predicamento en Madrid y su cercanía a Pedro Sánchez es Casares. Hay que irse muy atrás en el tiempo para ver una foto en la que aparezcan juntos y en cambio es habitual que comparta espacio con la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, o la senadora Isabel Fernández. Ambas están en la Ejecutiva, pero en un segundo plano.
«Aunque nadie levante la voz en las reuniones de la CER, la mitad o más de la Ejecutiva ya no está con Pablo. Algunos ya ni van», apunta uno de los que se incluye entre los desencantados. Justifican que en 2017, gran parte de los que se posicionaron con el exalcalde de Santa Cruz de Bezana, lo hicieron no por entusiasmo, sino por rechazo a lo anterior. Y luego está el sector 'mañanista', con una relación de amor y odio con el secretario general. Sin su respaldo, el resultado del último congreso habría sido otro, pero entienden que no han sido cuidados como debían por el líder. Y ponen como ejemplo el abandono tras las elecciones al propio Francisco Fernández Mañanes -ahora sí, recuperado para la Zona Franca- o Luis Clemente, que fue apartado de forma sorpresiva como cabeza de lista al Congreso. «Tenemos un gen autodestructivo incrustado. Remando al 50% no salimos a flote y vamos a la irrelevancia», lamenta uno de estos críticos sobrevenidos, que insiste en que Zuloaga ha fracaso en el objetivo de unir al partido.
Casares y una parte de la Ejecutiva que creó el propio Zuloaga dudan del futuro del proyecto
¿Quiere eso decir que el líder socialista tiene difícil revalidar la Secretaría General a un año -las fechas aún no están claras- de que se abra el proceso? No necesariamente. Por una parte conserva muchos apoyos de fieles al 'zuloaguismo', una parte de ellos con puestos en el Gobierno regional. Y después está la dificultad de que las familias y las voces críticas se pongan de acuerdo para montar una candidatura alternativa. La dirección socialista confía en que, a la hora de la verdad, ese desencanto no cristalice, estos roces que atribuye a unas primarias cada vez más en el horizonte se diluyan y que «movimientos precongresuales» como el de Molleda se diluyan.
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