ZULOAGA REFUERZA SU PODER INTERNO

La consolidación del sector renovador en las asambleas locales ha sido cuantitativo y cualitativo. Han ganado en más agrupaciones que sus adversarios y, sobre todo, se han impuesto en las cuatro más importantes –Santander, Torrelavega, Castro, Camargo–, que aglutinan a la mayor parte de la militancia.

En la capital, Pedro Casares obtuvo en torno a un 67% de los votos. No es que la candidatura rival, liderada por Ramón Ruiz, aspirase a ganar, pero sí a hacerse con un 40% de los apoyos y se quedó a siete puntos del objetivo. Casares aporta a la causa de Zuloaga cuatro de los cinco puestos que el Comité Regional asigna a Santander. En Torrelavega, el oficialista Bernardo Bustillo también se impuso con holgura a José Otto Oyarbide y se hizo con los tres puestos del citado comité que estaban en litigio.

El ‘nuevo PSOE’ de Pablo Zuloaga calcula que tendrá el respaldo de dos tercios del Comité Regional, máximo órgano entre congresos y formado por unos 200 miembros. La primera reunión será el domingo 17 de diciembre, antes de lo que era costumbre en la etapa anterior: en enero, en fecha coincidente o cercana a la de la comida de Año Nuevo que el PSOE siempre ha celebrado y que esta vez todavía está en el aire y podría ser aplazada. Desde luego, no es ahora el mejor momento para hacer alardes de confraternización socialista cuando los dos sectores enfrentados no se juntan ni siquiera en los actos contra la violencia de género ni tampoco se mezclan más de lo imprescindible en la tradicional comida del Día de la Constitución.

Si las elecciones internas en las agrupaciones hubiesen supuesto un vuelco o incluso reprodujesen la ajustada distribución de fuerzas que arrojaron las primarias y el congreso –un 53% para Zuloaga y un 46% para Díaz Tezanos– el Comité Regional resultante acogería otro tenso episodio de enfrentamiento, pero el crecimiento sustancial del respaldo a la nueva dirección deja menos margen para mantener la controversia. Zuloaga cree, en efecto, que el Comité debe acoger un debate distinto, centrado en el futuro del partido, en la relación con el Gobierno, en hacer política en el año preelectoral que se avecina.

Por lo que a él respecta, el secretario general de los socialistas ha asumido notable protagonismo en la negociación de los Presupuestos de Cantabria de 2018, entre los desplantes del PP, los bandazos podemitas, la irritación del PRC y hasta el regocijo del ‘viejo PSOE’ en los tropiezos. Zuloaga persiste en el difícil empeño de llegar a un acuerdo presupuestario con Podemos y sus partidarios valoran que, aunque finalmente no lo logre, al menos quedará patente que su posicionamiento y el del partido es de firme rechazo al transfuguismo que representa el diputado Carrancio, frente a la tolerancia del PRC y al silencio de la vicepresidenta Díaz Tezanos sobre tan espinoso asunto.

Díaz Tezanos, he ahí la gran incógnita. Los resultados de las asambleas locales sugieren un mapa que dibuja dónde puede haber disputa por las listas electorales y dónde la potencia del bando ganador ya ha puesto fin a la competencia interna. En el caso de la vicepresidenta del Ejecutivo, aunque constate la pérdida de apoyos, todavía tiene tiempo para evaluar el desarrollo de los acontecimientos antes de decidir si plantea una nueva revancha a Zuloaga en las primarias preelectorales que la ejecutiva federal de Pedro Sánchez debe convocar antes o incluso después del próximo verano. Díaz Tezanos y su equipo valorarán la situación a partir de enero.

Las relaciones entre la dirección del PSOE y el sector crítico discurren actualmente sin el estrépito mediático posterior a las primarias y el congreso, pero no faltan los ruidos intermitentes, las maniobras controvertidas y las colisiones, como las que han rodeado la salida de Salvador Blanco de Sodercán.

Temen los partidarios de Díaz Tezanos que la progresión de Zuloaga en el control del partido, por ejemplo en el Comité Regional, acentúe el acoso a la vicepresidenta que resiste cada vez más sola en el Ejecutivo. Los nuevos dirigentes dicen lamentar que no haya sido posible llegar a un acuerdo, una salida airosa para Díaz Tezanos y una tregua benéfica para la cohesión del partido, que cada vez se ven menos factibles. Hay en el sector renovador quienes recurren a esa teoría tan frecuentada para explicar o disculpar ciertos comportamientos de los dirigentes políticos: «No es ella, es su entorno que la presiona para que no se rinda y siga en la pelea». Otros son más descreídos y menos caritativos: «Ella es una más en ese entorno».