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Jueves, 16 de enero 2020, 13:03
En el territorio que hoy ocupa el territorio de Ruesga existen evidencias de poblamiento del Paleolítico Superior en las numerosas cuevas localizadas, como las del Patatal, el Risco o Emboscados, en las que se han hallado manifestaciones artísticas, grabados y pinturas, así como también restos ... correspondientes a la Edad del Bronce en las cuevas de Cofresnedo, Brasada y Llusa, en Ogarrio, en la que se encontraron tres espadas de bronce de tipo argárico con remaches en plata, que han sido fechadas entre los años 1650 y 1400 a. de C.
Sin embargo, las primeras referencias documentales datan del año 968, cuando el conde de Castilla reclama la donación con que debían contribuir todos los pueblos de sus dominios en el reino de Castilla al monasterio de San Millán de la Cogolla.
En el testamento de Ordoño II (siglo XI), que se conserva en el Liber Testamentorum en la catedral de Oviedo, se menciona a Ruesga como uno de los distritos singulares de la región oriental de Cantabria.
Entre las escasas referencias medievales consta la vinculación de Ruesga a la colegiata de Valpuesta, sede del obispado hasta el siglo XI en la Alta Edad Media. No obstante, su posición territorial convirtió a este valle en un punto de interés en el proceso de señorialización que tuvo lugar en el territorio de Castilla la Vieja. La documentación sólo permite comprobar que éste culminó en la donación de la jurisdicción por parte de Fernando IV a la Casa de Velasco.
La expansión de este linaje a Ruesga está constatada en el Becerro de las Behetrías (1351), señorío que se consolida a través del privilegio otorgado por Juan II de Castilla en 1392, por el que confirmaba a Juan de Velasco todos los lugares de Ruesga y Soba, dos municipios cuya historia estuvo unida desde época medieval hasta finales del Antiguo Régimen.
Los herederos de la Casa de Velasco, los duques de Frías, pusieron corregidor señorial conjunto en los valles de Ruesga, Soba y Villaverde, con un teniente en cada uno que ejercía como alcalde. No obstante, a efectos militares, estos valles dependieron siempre del corregidor de las Cuatro Villas de la Mar.
Ruesga formó parte del Obispado de Santander (1754) y de la Provincia Marítima de igual nombre (1801). Al configurarse los ayuntamientos constitucionales, en 1822, el valle se dividió en dos. El sur tomó el nombre del único lugar existente, Arredondo, mientras que el resto del valle se denominó Ruesga y agrupó a los núcleos de población de Matienzo, Mentera Barruelo, Ogarrio, Valle y Riva, estableciéndose la capital en este último. Un caso particular es Calseca, localidad perteneciente a efectos municipales y administrativos de Ruesga pero enclavada en Arredondo. El pueblo ocupa terrenos que en los siglos XVII y XVIII eran de aprovechamiento comunal de Ruesga. El origen de este enclave se encuentra citado en la división del antiguo Valle de Ruesga en los ayuntamientos constitucionales de Arredondo y Ruesga en 1822. El municipio estuvo ligado en principio al partido judicial de Liérganes, pero en 1835 pasó a Ramales y, posteriormente a Santoña. Desde 1992 pertenece al de Laredo.
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