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Jueves, 16 de enero 2020, 10:20
En el término municipal de Torrelavega, ubicado en el centro septentrional de la región cántabra, convergen las aguas de los ríos Saja y Besaya, dando lugar a una amplia zona de vega de suelos fértiles rodeada de suaves montañas, entre los que sobresale el pico ... de La Capía, desde el que se tiene una visión conjunta de toda la costa central de la región. Las carreteras de circunvalación han puesto al descubierto terrazas fluviales antiguas, que muestran el nivel más alto de los ríos hace unos miles de años.
El monte Dobra es una de las montañas más frecuentadas de la región, cuya cumbre tiene 606 m de altitud. A ella se puede acceder tanto desde la localidad de Viérnoles, como desde el municipio de Puente Viesgo, situado al este de Torrelavega. En su entorno se encuentran diferentes rocas, como las areniscas triásicas que llegan a la cima y las calizas carboníferas, que están karstificadas por la disolución del agua, generando un incómodo lapiaz superficial, dolinas y cuevas.
Los bosques, prados y pueblos dominan la estampa que se divisa desde este pico. Una panorámica similar se aprecia desde otro de los enclaves privilegiados de la zona: el Alto de la Montaña, de 200 m de altitud, desde el que también queda a la vista la vega en su totalidad.
Precisamente, en el tramo de carretera que asciende a él desde la capital del Besaya se encuentra uno de los lugares habilitados para la contemplación del paisaje torrelaveguense: el mirador de la Peñuca.
Esta ciudad de gran tradición ganadera y abundantes zonas verdes vio transformada su fisonomía con el progresivo desarrollo industrial experimentado. Sin embargo, en los últimos años se han intentado recuperar diferentes espacios naturales donde las especies arbóreas y el aire libre son los protagonistas.
De esta forma, son varios los parques que han logrado abrirse hueco tanto en el casco urbano como en la periferia para oxigenar la ciudad y permitir el esparcimiento de los ciudadanos en contacto con la naturaleza. Uno de los ejemplos más recientes es el parque de la Viesca, en la ribera del río Besaya, que constituye la principal zona verde del núcleo de Torrelavega. Abarca desde el barrio de El Milagro, en el pueblo de Torres, hasta el puente que une las localidades de Santiago de Cartes y Cartes.
En la primera fase del parque, que se extiende desde Torres al barrio de Covadonga, se encuentra el 'afluente' artificial que se crea con la salida del agua de evacuación de la mina de Reocín que forma una improvisada cascada que desemboca en el río Besaya.
En medio de una naturaleza con restos de explotaciones mineras, La Viesca se abre paso hasta el municipio vecino de Cartes por medio de un camino empedrado que se ha convertido en una de las sendas preferidas para paseantes y deportistas. El parque Manuel Barquín está considerado como el otro 'pulmón' más importante de la ciudad. En él convive una excelente variedad de especies arbóreas, algunas de ellas centenarias. Es el parque por antonomasia, ya que es la zona verde más amplia del centro urbano, con una superficie de más de 30.000 m2 , en la que tienen cabida unos 680 árboles. Recientemente ha sido remodelado debido a la nueva alineación y a la construcción de una rotonda en la calle Teodoro Calderón.
Su parte más frondosa es a su vez la más antigua, mientras en la más nueva se puede disfrutar del sol a cielo descubierto. Atesora, asimismo, zonas de juego para los más pequeños, casas de palomas, alguna escultura y la estructura del auditórium Lucio Lázaro.
Otro de los lugares aptos para el uso y disfrute de vecinos y visitantes es el parque de Los Italianos. En Torrelavega se encuentra también el Centro de Investigación Medioambiental (CIMA) de 'La Lechera', situando a la ciudad a la vanguardia en este tipo de investigaciones.
Por otro lado, en la localidad de Viérnoles se ubica la 'fuente de las Palomas', un bello paraje natural situado en la ladera del monte Avellaneda-Dobra, a unos 450 metros de altitud, que cuenta con un singular refugio de montaña: una antigua choza cántabra, realizada por los propios vecinos de este pueblo. Es éste otro de los bellos enclaves del municipio, en el que es posible el contacto con la naturaleza.
Ríos. Los ríos Besaya y Saja unen sus cauces en el término torrelaveguense para juntos buscar su desembocadura al mar Cantábrico a través de la ría de Suances. El primero de ellos es uno de los principales ríos de la región y el que da nombre a esta comarca. Tiene su origen entre Aradillos y Cañeda, cerca de Reinosa, y desciende a través de profundas hoces y amplios valles, siendo históricamente su valle la vía de comunicación más frecuentada entre la costa y la meseta castellana. Tras superar las agrestes hoces de Bárcena surca el valle de Iguña y continúa después por el de Buelna para adentrarse en la Hoz de Las Caldas y salir a Torrelavega. Aquí se fusiona con el Saja, otro de los principales ríos de Cantabria, que nace en los puertos de Sejos, al pie de la sierra del Cordel. Éste atraviesa el monte Saja, dejando a su paso parajes de gran belleza paisajística, recorre a continuación el valle de Cabuérniga y sale de él por la Hoz de Santa Lucía hasta el término de Cabezón de la Sal, donde gira al este y se encuentra con las aguas del Besaya en Torrelavega.
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