Secciones
Servicios
Destacamos
Jueves, 16 de enero 2020, 11:36
En la margen oriental del río Camesa del municipio de Valdeolea, se han localizado ocho menhires. Se trata de grandes bloques de arenisca cuyas alturas varían entre el metro y medio y los cinco metros. En cuanto a su datación, se plantean dos hipótesis, según ... una de ellas fueron erigidos en el Neolítico, la segunda apuesta por considerarlos hitos terminales romanos. Los megalitos portan los nombres de El cañón en el paraje de Piedrahita de 3,68 m (sobresalen 2,55); El Peñuco en Mandafril, de 4 m ( sobresalen 2,75); El Cabezudo, en Las Quintanillas de 4,85 m (sobresalen 3,85); La Llaneda en La Cuadra de 3,78 m; La Puentecilla de 2,35 m (sobresalen 1,80); La Matorra I y II, de camino a Casasola de 1,60 m (a ras de suelo) y 2,20 m (1,80 visibles); y Peñahincada, en Los Juncales, de 3 m (2,20 m visibles). En la actualidad existe un recorrido guiado que organiza su visita. En cuanto a la Protohistoria, son de señalar los yacimientos de monte Ornedo, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica en 2002, en el Castrillo del Haya, un complejo yacimiento sobre se superponen estructuras castreñas, romanas y medievales.
De época romana, sobresalen los vestigios del yacimiento de Camesa-Rebolledo, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica en 2001. Los restos fueron descubiertos en 1980, en un lugar conocido como El Conventón. En la década de los ochenta se realizaron diversas excavaciones que sacaron a la luz restos de épocas romana y medieval. Los más antiguos fueron identificados en un primer momento como propios de una casa o villa que habría estado habitada entre la primera mitad del siglo I y mediados del siglo III, beneficiándose de su posición cercana a la calzada romana que unía Pisoraca (Herrera de Pisuerga) y Portus Blendium (Suances). El conjunto abarca unas dimensiones de 18 por 30 metros y en él destaca la llamada rotonda, una estancia circular de cinco metros de diámetro que conserva paramentos de hasta dos metros de altura cuya tipología ha llevado a pensar que se trata de un complejo termal en el cual dicha sala habría cumplido las funciones de apoditerium. A partir de finales del siglo VI las ruinas romanas acogieron una necrópolis cristiana en el que los investigadores han distinguido dos momentos un primero caracterizado por el uso de las tumbas de fosa abiertas en un eje noreste-sureste (VI-VII) y un segundo en el que se suceden las tumbas de lajas y sarcófagos orientadas de este a oeste (VIII-XI). Los enterramientos de esta etapa se articulan en torno a una ermita cuyos restos han sido también excavados. Se trata de una construcción de una sola planta con una capilla cuya tipología se corresponde con otras similares levantadas entre los siglos VIII y X. Así mismo también es de señalar que en el area conocida como Los Trigales, a las afueras de Camesa se encuentran los restos de otras construcciones romanas, se trata de un plano de habitaciones rectangulares unidas por un muro de cierre de 90 m, los materiales encontrados llevan a datar estos restos en los siglos II y III.
En cuanto a arqueología romana también ha de destacarse que se conserva un lienzo de calzada en La Quintana mide 22,3 m de longitud y tiene una anchura que oscila entre los 3,2 m en el tramo recto y 4,5 m en una zona de curva. Por su relevancia histórica, ha de resaltarse que en distintos parajes de Valdeolea se han localizado una serie de 16 términos augustales que servían para separar el territorio civil asignado a Iuliobriga o ager Iuliobrigensis y a los prados de la Legio IIII o prata legionis. Este conjunto de epígrafes porta el texto TER(minus) AVGVST(alis) DIVIDIT PRAT(a) LEG(ionis) IIII ET AGRVM IVLOBRIG(ensium).
En cuanto a la arqueología medieval, han de señalarse la serie de estelas recuperadas de la necrópolis de Campo la Puerta en las Henestrosas de las Quintanillas, la necrópolis de Santa María de las Henestrosas y, sobre todo, el yacimiento más interesante es el llamado Torrejón de las Henestrosas, que se extiende sobre una pequeña elevación en Las Henestrosas de las Quintanillas. Los restos abarcan aproximadamente 1.400 m2 y están compuestos por una casa noble con una torre adosada, protegida por una cerca, un foso y un contrafoso. En este paraje se han localizado monedas de los siglos XIII y XIV, fragmentos de armas y otros objetos metálicos (ornamentales y útiles) así como numerosas piezas cerámicas, una pequeña parte esmaltada con reflejos metálicos procedente de Manises y datada hacia 1330. El torreón perteneció a Gonzalo González de Lucio y resultó destruido por orden del rey Pedro I de Castilla en respuesta a una traición perpetrada por el noble.
Valdeolea conserva destacados ejemplos de arquitectura civil señorial. Los más antiguos son la torre de San Martín de Hoyos, declarada Bien de Interés Cultural en 2004, cuyo origen se remonta al siglo XIII, si bien se considera posterior al siglo XIV. Se trata de un bloque de mampostería, con vanos y esquinas de sillería, de planta cuadrada y 15 m de altura media, que domina el acceso al valle. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2004.
Datable ya en la Edad Moderna es la casa de González de Castañera, también llamada edificio noble de las Henestrosas de las Quintanillas, Bien de Interés Local desde 2003. Se trata de una edificación de gran tamaño con una gran fachada que cierra la corralada de anteriores bloques; en el centro está el acceso a la capilla de Santa Ana, de principios del siglo XVIII, que además de varias piezas muebles de interés conserva un conjunto de pinturas de carácter popular, ejecutadas al óleo sobre el yeso de los muros en fechas próximas a la construcción de la capilla.
En este apartado ha de reseñarse el puente de Casasola, Bien de Interés Local declarado en 2004, cuyas características llevan a fecharlo en época bajomedieval o moderna, pudiendo haber estado vinculado al pequeño puente del Argañal, en las cercanías de San Martín de Hoyos del siglo XVIII.
Valdeolea acoge dos emblemáticas obras de ingeniería ferroviaria: las líneas Alar-Santander (1857-1868) y Bilbao-La Robla (1894), que atraviesan y hacen de Mataporquera un importante nudo de comunicaciones. El Ferrocarril de la Robla (atraviesa los municipios cántabros de Las Rozas de Valdearroyo, Valdeprado del Río y Valdeolea). La línea une Bilbao y León, salvando una distancia de 339 km. Su origen se remonta a 1890, cuando un grupo de industriales vascos constituyó la Compañía del Ferrocarril Hullero de La Robla a Valmaseda siguiendo un proyecto concebido por el ingeniero de minas Mariano Zuaznavar para enlazar todas las cuencas mineras. Se inauguró en 1894 con un recorrido de 284 km, que más tarde, en 1923, se ampliaron a 339 km con la inauguración del Ferrocarril León-Matallana. La línea servía para transportar carbón desde las cuencas mineras leonesas y palentinas hasta los centros siderúrgicos del Nervión. Después de conocer un importante tráfico de mercancías entró en una fase de abandono progresivo, pasó a ser explotado por FEVE en 1972. En 1991 se cerró parcialmente al paso de convoyes de viajeros. A lo largo de la década de los noventa se llevaron a cabo diversas actuaciones de mejora y modernización de las infraestructuras y de la línea que condujeron al restablecimiento del servicio de viajeros en la totalidad de la línea el 19 de mayo de 2003.
La línea Alar del Rey-Santander parte de un proyecto se gestó en 1844, encargándose de la traza el ingeniero Juan Rafo. No fue, sin embargo, iniciado hasta 1852, inaugurándose la primera parte, entre Reinosa y Alar del Rey, en 1857. La segunda fase entre Santander y Bárcena se ejecutó entre 1858 y 1860. Quedó pendiente ejecutar el tramo entre Bárcena y la capital campurriana, que atravesaba los municipios de Santiurde y Pesquera e implicaba superar un desnivel de 600 m. El transcurso de los años y los progresos técnicos llevaron a abandonar las propuestas realizadas por Rafo y finalmente se acometió la obra sobre un plan del ingeniero Cayetano González. El eje fue terminado en 1868. La línea fue mejorada tras su integración en Renfe (1941), completamente electrificada entre 1950 y 1960 y renovada, sustituyéndose las traviesas de madera por otras de hormigón entre 1970 y 1975.
En la localidad de Mataporquera se conserva la locomotora de vapor Begoña, incluidas en el Inventario del Patrimonio General del Patrimonio Cultural de Cantabria en 2003. Está prevista la rehabilitación de una serie de dependencias ferroviarias cedidas por FEVE como museo del ferrocarril de Cantabria. Así mismo son de destacar los vestigios de la empresa FERRONOR y las viviendas que conforman el barrio asociado a dicha empresa.
Valdeolea atesora un excelente patrimonio artístico que incluye importantes ejemplos de arquitectura religiosa románica, varios de ellos albergan interesantes muestras de pintura mural tardomedieval: Santa Eulalia o Santa Olalla (La Loma), Santa María de Las Henestrosas (Santa María de las Henestrosas) y San Juan Bautista (Mata de Hoz). En los tres casos se trata de pinturas ejecutadas a la cal, de ahí que presenten un tono blanquecino y carezcan del brillo de aquellas realizadas al fresco (esto es, los colores se disuelven en agua de cal, se mezclan con cal y se pintan sobre la pared, previamente tratada con una lechada de cal pura que se habrá extendido sobre la superficie humedecida). Se considera que fueron ejecutadas hacia 1485 y en todos los casos por un mismo autor, cuya residencia podría haber sido Aguilar de Campoo, que se muestra conocedor de la pintura de los tallers burgaleses y es adscribible al estilo hispanoflamenco. Las pinturas son realmente una serie de grandes dibujos coloreados con una paleta reducida, expresivos y variados en la composición.
Santa Eulalia (Santa Olalla) de La Loma es un templo de una nave con un ábside de cabecera recta que se data en el año 1174. Tanto la portada de acceso como la torre son barrocas. Las pinturas murales se encuentran en este caso en el techo del ábside, cubierto por una bóveda de cañón apuntado, y recogen escenas de las vidas de Jesús y de la santa patrona. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993.
Santa María la Real de Las Henestrosas de las Quintanillas, en la localidad homónima, fue levantada a finales del XII sobre un alto, de aquella época conserva el ábside y el presbiterio románicos, adornados con una sobresaliente muestra de decoración en canecillos y capiteles; los muros laterales fueron derribados de cara a ampliar el templo de una a tres naves y la torre fue levantada a partir de la espadaña. Las pinturas de este templo son las supervivientes de un intento de desencalar el templo acometido por los vecinos en los años cincuenta. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1982.
Por último San Juan Bautista de Mata de Hoz es una iglesia de origen románico de una nave con capillas adosadas y cubierta de madera, a la cual se accede por un pórtico con arquivoltas apuntadas de cronología tardía. En los muros de su ábside abovedado se concentra la decoración pictórica. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993.
Además de estos templos, Valdeolea cuenta con otros ejemplos de arte religioso reseñables como Santa María (Hoyos) y San Martín (San Martín de Hoyos), Santa María (Olea) y San Miguel (Olea), San Isidoro (Reinosilla), El Salvador (Camesa) y Santa Eulalia (Mataporquera).
Santa María de Hoyos es un sencillo templo de origen románico de una nave con a la cual se añadieron en el siglo XVII, la torre, el portal y la sacristía, así como una capilla. Es de especial interés la decoración escultórica de sus canecillos y capiteles Custodia una muestra de pintura mural, en este caso su factura es renacentista, constando la autoría y la fecha en una inscripción: Juan de Arana, 1592. El retablo mayor (del tipo retablo-horanacina) y los laterales fueron ejecutados por el maestro de Siete Villas Domingo de Monasterio hacia 1729. San Martín de Hoyos, en la localidad homónima, es un templo de origen románico presenta una nave con capillas laterales adosadas, elemento excepcional en el románico de la región. Presenta una animada decoración escultórica en canecillos y capiteles. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1982.
Santa María de Olea es un templo de origen románico, estilo al que se adscriben dos puertas y una serie de canecillos, uno de ellos historiado; el resto del templo se fecha en los siglos XVI y XVII. San Miguel de Olea es una pequeña ermita de planta rectangular con acceso por arco apuntado. En el interior conserva el arco triunfal de medio punto con una interesante decoración escultórica en los capiteles. Su origen se remonta al siglo XII, si bien fue reformada en el año 1565, con la colocación del coro a los pies. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1979. San Isidoro de Reinosilla es una pequeña iglesia que conserva una espadaña y la puerta de acceso románicos.
El Salvador de Camesa custodia un retablo mayor prechurrigueresco datable hacia 1720 y similar a los trabajos de Jerónimo de la Revilla. Alberga un tabernáculo romanista atribuido al taller de Cudeyo. La iglesia de Santa Eulalia de Mataporquera custodiaba un retablo mayor de principios del XVIII. Por último señalar que todavía se conserva la mazonería y algunos relieves del retablo mayor de Cuena, en el cual se considera probable la intervención de Domingo de Albarado o Hernando Ortega, este último vecino de Cuena en el siglo XVI.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.