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Jueves, 16 de enero 2020, 09:59
Además de las numerosas e interesantes muestras de arquitectura popular que proliferan en los pueblos de este municipio, hay que destacar el puente rústico que se conserva en los alrededores de Aniezo. Con arco de medio punto rebajado con dovelas de piedras largas y ... estrechas, se considera que fue construido en la Edad Media.
En este municipio se encuentra una de las construcciones románicas emblemáticas de la comunidad autónoma de Cantabria: la iglesia de Santa María de Piasca, monumento nacional desde 1930. Las campañas de excavaciones arqueológicas realizadas a partir del año 2001 permiten una mayor aproximación al viejo monasterio, que fue fundado en el siglo IX y dominó la historia del valle a lo largo de la Edad Media. Se ha constatado la existencia de un edificio primitivo, rectangular, sensiblemente perpendicular a la fachada meridional del templo actual, cuya datación cronológica se aproxima al inicio del monasterio, quizás en el siglo X. En cuanto a la estructura original del monasterio medieval, las investigaciones evidencian la existencia de una construcción de al menos dos alturas, con cubierta a dos aguas y espacios compartidos en su interior que corresponderían al vestíbulo, cilla (almacén o bodega), cocina y refectorio. En el piso superior habrían estado ubicados el dormitorio y el scriptorium. Apuntar que, en el interior del patio claustral, se ha descubierto un campo completo de tumbas de lajas al nivel de los muros.
En cuanto a la iglesia que permanece en pie, ésta fue construida en gran parte en 1172, siendo completada en época gótica (1439, según reza la inscripción). En este periodo se levantaron los muros hasta alcanzar la altura actual, aprovechando los canecillos y metopas de la iglesia románica; se construyó la fachada principal, con la triple hornacina, para lo que se aprovecharon las molduras románicas y el remate en espadaña, así como la cubrición del presbiterio y crucero con bóvedas de crucería gótica.
Las esculturas que ornan el templo de este antiguo monasterio dúplice (de ambos sexos) están consideradas una de las obras cumbres del arte románico en Cantabria. Las imágenes se concentran en la puerta principal del oeste, la pequeña del sur (que servía de paso al claustro), los ábsides, tanto exterior como interior y los canecillos que sujetan las cornisas. Otras joyas que ha aportado este monasterio son una cruz protogótica, del siglo XIII, realizada en cobre dorado al fuego y esmaltes con la técnica de Limoges (actualmente se guarda en el Museo Diocesano de Santillana del Mar, aunque cada año se traslada a Piasca para los oficios de Semana Santa); y el Cartulario de Santa María de Piasca, que contiene información fundamental para conocer la historia del cenobio. Se conserva en la Biblioteca Municipal de Santander y fue declarado en 2003 Bien de Interés Cultural, con la categoría de mueble.
Otros templos de origen románico de Cabezón de Liébana se pueden ver en Cambarco, Frama, Perrozo y Torices. La parroquial de Cambarco conserva una portada románica del siglo XII-XIII. En Frama también se puede ver una hermosa portada, decorada con dientes de lobo incisos y capiteles decorados. La parroquial de Perrozo se remonta al siglo XIII, en ella destaca la puerta de acceso con arco apuntado y profusamente ornada. Torices conserva pocos elementos románicos sobresalientes, siendo más interesante la serie de retablos del siglo XVIII que custodia.
También son de reseñar otros edificios religiosos de este término lebaniego como el Santuario de la Virgen de la Luz, una ermita del siglo XVI situada a 1.274 m de altitud; la iglesia parroquial de Cahecho, levantada en el XV-XVI, siguiendo la tradición románica; la parroquial de Buyezo, edificada en el siglo XVIII, siguiendo un modelo románico; la parroquial de Aniezo, del siglo XVIII; la ermita barroca del Carmen, erigida a comienzos del XVIII en Cabezón de Liébana, con un hermoso retablo y los techos policromados; la parroquial de Lamedo, levantada en el siglo XVIII; la parroquial de Luriezo, levantada en los siglos XVII-XVIII; y la iglesia de San Emeterio y San Celedonio, construida en 1880 sobre un proyecto de Alfredo de la Escalera y Amblard.
Por último reseñar en particular la ermita rupestre de Cambarco, uno de los recintos sagrados más antiguos de Cabezón de Liébana, datado entre finales del siglo VIII y principios del IX. Fue restaurada en 1997.
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