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Jueves, 16 de enero 2020, 09:59
La villa de Potes fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1983. Su aspecto actual se debe en buena medida a una restauración acometida después de la Guerra Civil que corrió a cargo de la Dirección General de Regiones Devastadas, dependiente del Ministerio de la ... Gobernación. En 1939 se instaló aquí una Oficina Comarcal de la DGRD que se ocupó de levantar un barracón-cuartel de penados y un garaje para tres vehículos, así como de adecuar diversos locales como fábricas de materiales de construcción. Entre las diversas intervenciones efectuadas en los años siguientes se cuenta la construcción de la Plaza del Mercado, el hospital, el edificio de correos, el matadero y el ferial; la rehabilitación de antiguos edificios para albergar el ayuntamiento y el cuartel de la Guardia Civil; y el enderezamiento del trazado de las calles Jesús de Monasterio y Cántabra. Estas actuaciones se realizaron prestando especial atención al mantenimiento del importante patrimonio arquitectónico civil con que contaba Potes.
El edificio más emblemático y representativo de la localidad es la Torre del Infantado, una de las más señeras de la arquitectura cívico-militar de la Baja Edad Media en Cantabria. Se trata de un edificio de muros de mampostería y esquinales y vanos de sillería, de planta cuadrada con cuatro pisos y azotea, rematado por una cornisa apoyada en modillones que sostenía una barbacana corrida. Conserva cuatro pequeñas torres cúbicas almenadas en cada esquina. Se considera que fue erigida sobre otra anterior perteneciente al linaje de la Lama. Su primer propietario conocido fue Juan Téllez 'el viejo', hijo del infante don Tello, que recibió de su padre, Alfonso XI, las merindades de Aguilar y Liébana y, más tarde, de su hermano Enrique II de Trastámara, el condado de Castañeda. En 1370 Juan Téllez se casó con Leonor de la Vega y a través de ella pasaron en 1432, los dominios y derechos sobre esta zona a manos de la Casa de Mendoza a través de Íñigo López de Mendoza. De hecho, en el inventario de vienes de Leonor de la Vega la torre lebaniega es descrita como «casa fuerte de Potes». En 1444 la fortaleza fue presa de un incendio y reedificada en la segunda mitad del siglo X, época en la cual se datan las garitas de las esquinas, elemento de carácter decorativo de origen flamenco. Conserva un escudo en la fachada con las armas de Diego López de Mendoza, hijo de Íñigo y duque del Infantado desde 1475. En el curso de la reconstrucción de Potes en los años cuarenta del siglo XX, la Torre del Infantado, entonces abandonada, fue elegida como emplazamiento de la casa consistorial. Así, en 1947 se firmó el Acta de Ocupación y se procedió a su rehabilitación, en el curso de la misma, los vanos fueron remodelados con el propósito de lograr una fachada simétrica y el entorno modificado con el objeto de darle un aspecto más monumental.
En Potes ha sobrevivido también la torre de Orejón de la Lama o torre de Bedoya, situada entre dos casas. De planta cuadrada, tiene tres pisos y en el segundo se abren dos pares ventanitas ajimezadas de arco apuntado. Fue construida hacia 1500 por Juan Gómez de Bedoya. Presenta dos escudos entre laureles con las armas de Celis y de Bedoya. En la actualidad, este bloque es sede de exposiciones.
A lo largo de la Edad Moderna, sobre todo a partir de finales del siglo XVII y durante todo el XVIII se edificaron en Potes diversas casas señoriales de interés en las cuales intervienieron canteros lebaniegos, de Val de San Vicente y Trasmiera. Entre los ejemplos supervivientes se cuentan la portalada de la casa de Linares (también identificado como convento de jesuitas), la casa de La Canal y la casa de Cossío y Otero. La portalada está relacionada con la casa de Santiyán (1687) de Puente Arce (Piélagos), en la cual había participado como maestro de obra Rafael de Casuso, vecino de Villaverde de Pontones, y más tarde había pasado a dirigir un equipo de canteros en Liébana. La casa de La Canal se fecha a finales del XVII, principios del XVIII y presenta fachada de sillería de dos pisos con entrada bajo en arco de medio punto flanqueado por dos ventanas y tres balcones con puertas acodilladas en el superior. Perteneció a una familia cuyo mayorazgo se fundó en 1657, en la persona de la Francisco de La Canal Enríquez. Junto a ella se alza la casa de Mier, antes también perteneciente a La Canal. La casa de Cossío y Otero es un bloque rectangular, con una singular portada de arco de medio punto acodillado (en Cantabria sólo sigue esta solución la iglesia de San Martín de Cigüenza). Está vinculada a Francisco de Cossío y Otero, en 1699 miembro del Consejo de su Majestad e Inquisidor Apostólico en la Inquisición de Navarra, Arzobispado de Burgos; llegó a ser arzobispo de Santa Fe de Bogotá en 1706 y virrey y capitán general de Nueva Granada; se considera que la casa fue levantada hacia 1743, ya bien por Manuel de Cossío y Otero, sobrino de Francisco y Abogado de los Reales Consejos, ya bien por Francisco Antonio de Cossío, abogado en la Real Chancillería de Valladolid. Otros edificios de la época de interés son la torre de Calseca, con un escudo de armas y una inscripción que la fecha en 1741; la casa que habitaron Jesús de Monasterio y Concepción Arenal, con un escudo del siglo XVIII; y la torre de la familia Osorio, con una inscripción con el año 1743.
En cuanto a la arquitectura resultante de la reconstrucción de los años cuarenta, es de destacar la remodelación del centro urbano, a partir de entonces articulado a partir de una plaza-mercado urbanizada en varias alturas que enlaza con el puente de la carretera Potes-Espinama. Fue proyectada por Juan José Resines del Castillo, arquitecto jefe de la Dirección de la Oficina Comarcal de Potes de la DGRD, junto a D.V. Lavín, jefe técnico de proyectos de la DGRD. Entre los edificios de nueva planta de este periodo se incluyen el Hospital y Centro Rural de Higiene (1940); la casa-cuartel de la Guardia Civil (1945), a partir de la fachada de una casa de 1807; Correos y Telégrafos (1945) y el nuevo ferial (1949). Todos ellos contaron con la intervención de Resines.
Por último reseñar el monumento dedicado al violinista y compositor Jesús de Monasterio, obra del escultor catalán Pedro Estany; el pedestal se debe a Manuel Posada Noriega. Fue inaugurado el 30 de septiembre de 1906. También ha de señalarse aquí que en Potes se conserva uno de los hórreos que han sobrevivido en la comarca de Liébana.
En Potes se conserva un notable conjunto de construcciones religiosas, todas ellas reflejan la azarosa historia del municipio, son de reseñar las iglesias vieja y nueva de San Vicente y el convento de San Raimundo de Peñafort. Destaca la iglesia vieja de San Vicente, cuyo origen se remonta al siglo X, si bien los elementos constructivos más antiguos se datan en el siglo XIV. En un principio constaba de una única nave, de cuatro tramos separados por contrafuertes en el exterior y por machones en el interior. A finales del XV, principios del XVI, le fueron añadidos otros elementos, como la capilla mayor, de planta cuadrada y bóveda de crucería simple octopartita; la sacristía, al sur de la nave mayor; y la torre, adosada al hastial occidental, con estructura gótica aunque con troneras en arco de medio punto. Se fecha en el XVII la conclusión de toda la fábrica con la construcción, en la fachada norte tras la torre, de otra nave de cinco tramos cubiertos con bóvedas de crucería. Ésta nave es conocida como capilla de San Felipe Neri; en la actualidad acoge la oficina de turismo de Potes y una sala de exposiciones. Durante las obras de saneamiento de Potes se localizó un cementerio medieval con tumbas de lajas asociadas a la iglesia. La iglesia fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 2000.
Junto a este templo se alza la iglesia nueva de San Vicente, un edificio en obras a comienzos del XIX (se paralizaron en tiempos de la invasión napoleónica), que fue concluido en 1905. En 1948 la Dirección General de Regiones Devastadas se hizo cargo de su restauración tras la Guerra Civil. En su interior alberga varios retablos procedentes del antiguo convento dominico de San Raimundo, entre ellos el de la familia de Canal y Mier de mediados del XVII, así como dos grandes lienzos de interés.
El convento de San Raimundo de Peñafort fue fundado en 1606, construido a lo largo del XVII con trazas traídas de la villa ducal de Lerma a comienzos de dicha centuria y ocupado por una comunidad de dominicos. Cedido por la junta superior de venta de Bienes Nacionales el 20 de enero de 1843 a la Sociedad Económica de Liébana para su instituto. En el Diccionario geográfico, histórico y estadístico (1848-1850) de Pascual Madoz es descrito como edificio dónde se celebran sorteos de quintas y otros actos públicos, estando abierta su iglesia al público. Conserva la fachada y el claustro, sencillo, con arcos de medio punto de tipo herreriano, tal vez del siglo XVII-XVIII. Entre las piezas que conserva del antiguo cenobio se cuenta una lápida sepulcral sacada del suelo, dedicada a Diego de Obeso y fechada en 1687.
Entre los santuarios menores se cuentan la ermita de la Virgen del Camino, la ermita de la Virgen de Valmayor y la ermita San Cayetano. La ermita de la Virgen del Camino, situada en el barrio de La Serna, fue edificada en 1777, según reza la inscripción, y presenta una importante labor de cantería en su portada; alberga un retablo del XVIII y dos cuadritos dedicados al beato Ludovicus Bertrand y Santa Inés de Monte Policiano del siglo XVII-XVIII. La Virgen de Valmayor, en la ladera de una montaña al sur de la villa es una de las más populares de Potes; su origen se remonta al siglo X, aunque la actual fábrica es gótica, del siglo XVIII; custodia un retablo fechado en 1792 y un lienzo de Jesucristo del XIX. Por último, junto al puente que lleva su nombre, se encuentra la capilla de San Cayetano, pequeña construcción del siglo XVII con enrejado de madera que pertenece a la casona de los Bustamante, guarda un retablo del XVII.
En Potes confluyen los valles de Cabezón de Liébana, Camaleño y Vega de Liébana. En su casco histórico confluyen varios cursos que salvan distintos puentes, los más antiguos son el puente de San Cayetano, de origen medieval y construido sobre el río Quiviesa, y el puente de la Cárcel, tendido sobre el Deva. En el marco de la reconstrucción de la villa acometida en los años cuarenta se levantó un nuevo puente en el centro de la localidad, junto a la plaza del mercado. La obra parte de un diseño firmado en febrero de 1940 por D.V. Lavín jefe técnico de proyectos de la Dirección General de Regiones Devastadas. Se trata de una pasarela sostenida por un arco apuntado apoyado entre pilastras construida en piedras de Valmeo, La Ventosa y Peñarrubia por penados cedidos por el Patronato de Redención de Penas por el Trabajo.
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