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Jueves, 16 de enero 2020, 10:04
En el término municipal de San Vicente de la Barquera se han identificado numerosos yacimientos arqueológicos, que abarcan del Paleolítico a fases más recientes de la Prehistoria. Algunos de ellos ubicados en cuevas como el Barcenal I, la Sirpe I y II y la covacha ... de la Zorra –ésta incluye manifestaciones de arte esquemático–. Otros se localizan al aire libre, entre ellos algunos encuadrables dentro del fenómeno del megalitismo. Es de destacar el conjunto megalítico de La Raíz-Piedrahita, a 1 km al noroeste del núcleo de El Barcenal. Se trata de un grupo de cuatro estructuras sepulcrales de 6 a 24 m de diámetro, datados en época calcolítica. Así mismo ha de reseñarse el dolmen Cotero de la Mina ubicado en el paraje homónimo de El Hortigal. Fue descubierto en 1981; fue levantado con piedras calizas, sobre una elevación arcillosa. Durante su investigación se descubrió una serie de piezas líticas, fragmentos de cerámica y varios restos humanos –se trata de la primera vez que se produce este hallazgo en un contexto megalítico en Cantabria–.
La villa de San Vicente de la Barquera fue un importante paso de la ruta costera del Camino de Santiago. El auge que este fenómeno le dio al núcleo debió de mover a Alfonso VIII, en 1210, a otorgarle carta puebla. Todo ello supuso un importante desarrollo de la villa, que en la actualidad cuenta con un destacado patrimonio monumental y cuya Puebla Vieja fue declarada Bien de Interés Cultural en 1987. Con un trazado irregular, caracterizado por una singular forma elíptica debida a la colina sobre la que se asienta, la puebla vieja concentra la mayoría de los edificios de interés, rodeados por una muralla de poca altura de la que aún quedan algunos tramos y puertas, como la de Asturias o del Peregrino, la de la Barrera y un portillo al norte. El enorme desarrollo que experimentó la villa desde el siglo XIV impulsó el crecimiento de la puebla por los arrabales: el de la Mar concentraba las actividades portuarias y pesqueras y el de Tenerías las viviendas y tiendas de los artesanos. Cerrando la muralla se encuentra el Castillo del Rey, que debe datar originariamente del siglo VIII, con la repoblación de Alfonso I. Sin embargo, los actuales muros debieron de levantarse en el siglo XIII, con la concesión del fuero de la villa en el año 1210. Está construido en mampostería, con esquinas en sillares, sobre un montículo rocoso que le da un aspecto de grandiosidad pese a su modesto tamaño. Presenta una torre cuadrada al este y una pentagonal al oeste, unidas por un cuerpo central que estuvo abovedado. El castillo está restaurado desde los años noventa, y, en la actualidad, acoge exposiciones y un museo de la historia local. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985.
Otros elementos de interés del casco viejo son la Torre del Preboste, la casa de los Corro y el Hospital de la Concepción. La torre del Preboste, se encuentra situada junto a la puerta de la Barrera, en el lado sur de la muralla, construida en sillarejo, con carácter defensivo. El edificio debió de servir como sede para la recaudación de impuestos durante la Edad Media, desempeñando posteriormente la función de cárcel pública de la villa. La casa de los Corro, conocida tambinscripción «Angelus Pelayo». Por último, el Hospital de la Concepción (actual sede del ayuntamiento) fue mandado construir en a mediados del siglo XVI por el inquisidor Antonio del Corro, canónigo e inquisidor de Sevilla, para acoger a los pobres enfermos de la villa. Su fachada, de gusto clasicista y decoración plateresca, hace uso de la secuencia dórico-jónico, entre los tres balcones abiertos en el piso noble están colocados dos escudos blasonados relacionados con el fundador. Se considera que el edificio fue proyectado en Andalucía y se le relaciona con los trabajos de Andrés de Valdevira y Hernán Ruiz. Por último reseñar, el llamado fuerte de Santa Cruz de Suaz, batería construida en tiempos de Felipe II, inventariada en 2004.
En el municipio de San Vicente de la Barquera se localizan varias construcciones religiosas de interés, entre ellas, Nuestra Señora de los Ángeles (San Vicente de la Barquera), el convento de San Luis (San Vicente de la Barquera), la capilla de la Virgen de la Barquera (San Vicente de la Barquera), la iglesia parroquial de Gandarilla y la iglesia de los Tomases de la Acebosa.
Nuestra Señora de los Ángeles, uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica de Cantabria, se alza en la parte alta del casco antiguo de San Vicente de la Barquera. Fue mandada construir por Alfonso VIII, a raíz de la concesión del fuero en 1210, que supuso el comienzo de una época de esplendor en la villa. Se trata de un templo con planta de tres naves cubiertas por bóvedas de crucería que terminan en ábsides poligonales. Las naves fueron iniciadas en el siglo XIII y en el siglo XV se añadieron varias capillas laterales; en aquellos siglos se terminaron las portadas de las fachadas occidental y meridional ornadas con relieves alegóricos. En 1530 el templo se amplió por la cabecera, construyéndose el crucero, la capilla mayor y la sacristía; en las mismas fechas se construyó la capilla de los Corro y la portada de la sacristía. A finales del siglo XIX se le añadió el cuerpo neogótico de campanas.
La iglesia atesora un patrimonio escultórico de primer orden del que destacan las piezas de la capilla de los Corro, que custodia el sepulcro de alabastro de dos miembros de la familia realizado hacia 1400 y la figura de mármol del Inquisidor Antonio del Corro, una de las mejores piezas de la escultura funeraria española renacentista, diseñada por el arquitecto andaluz Hernán Ruiz 'el Joven' y ejecutada por el escultor castellano Juan Bautista Vázquez 'el Viejo', discípulo de Berruguete, entre 1553 y 1562. El retablo mayor fue realizado hacia 1675-1680 por el maestro ensamblador Pedro de la Puente Tolnado (se plantea la intervención de Juan de Tolnado Herrera, autor de otros retablos que tienen un importante número de similitudes con éste) y dorado hacia 1693 por Simón de Haro; responde al estilo prechurrigueresco e incluye algunos elementos novedosos (columnas salomónicas y cierre en semicírculo del ático); está presidido por Nuestra Señora de los Ángeles, talla gótica de finales del siglo XV. Por último señalar que la capilla de la familia Mata, custodia un retablo del XVIII que alberga la imagen del Santo Cristo de los Afligidos. La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles fue declarada Monumento de Interés Histórico en 1931.
El convento de San Luis está también en la villa de San Vicente de la Barquera, junto al extremo occidental del puente de la Maza. Construido en el siglo XV, después de la invasión francesa y los procesos de desamortización del siglo XIX, fue abandonado y la fábrica se arruinó. En la actualidad se conserva una gran parte de los muros, ábsides, arcos góticos y fragmentos de las bóvedas rodeados por una cuidada vegetación. La iglesia presentaba una sola nave con capillas hornacinas, cabecera poligonal, transepto y coro a los pies. Se empleó mampostería en los muros, en los que se conservan restos de policromía, y sillería para el despiece de vanos y pilares. El claustro, cocina y refectorio responden al estilo barroco. Su origen se remonta a la llegada de los franciscanos a la villa en 1454. La construcción del convento se inició bajo el patrocinio de la casa Guevara una década más tarde, hacia 1468, cuando la comunidad se instaló en este lugar situado junto a la ría. En 1517, cuando Carlos I llegó a España con 17 años para ser coronado rey, se hospedó en este lugar, a la espera de recuperarse de una enfermedad. Durante toda la Edad Moderna, la mayoría de las familias nobles de la villa hicieron donaciones a la comunidad: Guevara, Calderón de la Barca, Oreña, Castillo... a construir sus capillas funerarias en el interior del templo. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1992.
La capilla de la Virgen de la Barquera se encuentra junto a la entrada del puerto. Aunque se ha documentado la existencia de un edificio medieval en el XV, la actual fábrica fue erigida entre los años finales del siglo XVII y el primer tercio del XVIII fue levantado con el propósito de albergar a los devotos de la Virgen de la Barquera durante las festividades populares. La capilla consta de un volumen rectangular con muros armados con piedra de mampostería y sillería en los esquinales, contrafuertes y cercos de los vanos. Se trata de una única nave central de tres tramos formados por arcos tajones de medio punto que se apoyan sobre pilastras y soportan bóvedas de terceletes en sus dos primeros tramos y bóveda rebajada en la cabecera, dividida en segmentos por gallones. En la cabecera de la nave, a ambos lados del retablo de estilo neoclásico (1820), se abren unas puertas que dan acceso a la sacristía, y que presenta una tipología constructiva semejante a la de la nave principal, aunque con unas dimensiones sensiblemente reducidas. El edificio se atribuye a Toribio Sánchez de Lamadrid. Según la leyenda la Virgen de la Barquera llegó a este lugar en una embarcación sin tripulación, ni velas, ni remeros. En su honor se celebra la fiesta de la Folía, de interés turístico nacional, con la procesión marítima de la imagen.El santuario fue incluido en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria en 2001.
La iglesia parroquial de Gandarilla es un edificios del siglo XVII, con nave en bóveda de cañón y cúpula en el crucero. El retablo mayor es un buen ejemplo del barroco popular del XVIII. La iglesia de Nuestra Señora de los Tomases fue edificada entre 1897 y 1899 sobre un proyecto de Manuel Casuso, que sustituyó a un antiguo santuario localizado entre la Acebosa y Abaño. Finalmente, en la localidad de Abaño pueden verse las ruinas de la capilla de un antiguo lazareto: el de San Lázaro, inventariado en 2003, del siglo XIII, en las cuales pueden distinguirse varias pinturas murales de embarcaciones de gran interés.
Fuera del espacio ocupado por la puebla vieja cabe destacar el puente de la Maza, imponente obra de ingeniería que comenzó a construirse en piedra en el siglo XVI, sobre otro anterior de madera. Se levantó a partir de 1590; en su época, en la que llegó a contar con 32 arcos, fue considerado como uno de los puentes más grandes del reino. Durante la Guerra Civil restultó en parte arruinado. Tras la reconstrucción se procedió a ensancharlo. Otra pasarela a reseñar en el municipio es el puente de Tras San Vicente o Puente Nuevo, quedando encargado del proyecto el padre Pontones y siendo construido en 1799.
Aunque en estado ruinoso, se conservan en el municipio los restos de varios molinos de marea. El más reconocible, especialmente cuando hay marea baja, se halla en el brazo Mayor o más occidental de la ría. En San Vicente de la Barquera se pueden también observar los restos de un reducido complejo hidroeléctrico. Sobre el río Gandarillas, a la altura de El Hortigal, hay una pequeña presa de hormigón que, por una tubería, desvía el agua hasta una central, en el paraje denominado Entrambosrríos. Aguas arriba, a pocos metros de distancia, existe otra presa, sobre la que están las ruinas de otra instalación.
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