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Jueves, 16 de enero 2020, 10:04
Las masas forestales autóctonas, en las que predominan los robles, castaños, alisos, sauces y encinas, junto a un buen número de especies exóticas, sobre todo eucaliptos y chopos americanos, y aquellas adaptadas a los medios de acantilados, rías y marismas conforman el rico tapiz vegetal ... de este municipio. Importantes superficies de encinar se localizan por ejemplo al sureste del núcleo de Abanillas, en Prío, en Pechón o en San Pedro de las Baheras. En estos encinares puede encontrarse el labiérnago o grazo, arbusto muy escaso en los encinares de la comarca costera occidental.
Entre la comunidad faunística de los bosques mixtos de frondosas se encuentran anfibios como la salamandra o el sapo común; reptiles como el lagarto verde; y aves como el cárabo, el mochuelo, la chocha perdiz, zorzales y córvidos, entre otros. También destacan mamíferos carnívoros como el gato montés, el zorro, la gineta, la comadreja, el tejón, la garduña... y herbívoros como el jabalí y el corzo.
Los eucaliptales y pinares ocupan las laderas de las sierras planas de Pechón y Prellezo, en las que perviven también pequeñas manchas de encinas y castaños, entremezclados con matorrales de brezos y escajos. La culminación de estas sierras ofrece una vegetación de cultivos y praderías, en el caso de El Llano de Pechón y del pinar de Monterrey, en la Jerra, en las que la fauna más representativa la constituyen luciones, lagartijas, salamandras, aguiluchos pálidos, cernícalos, mochuelos, topos, conejos, etc.
En los cantiles rocosos se refugia una flora peculiar, adaptada a la elevada salinidad del ambiente litoral, entre las que se encuentran el cenoyo y el llantén de mar, y especies más sorprendentes como el olivo o acebuche y la ruda. Estos lugares son con frecuencia refugios para aves como la gaviota reidora o la argentea y patiamarilla, así como para el cormorán grande y el moñudo, el halcón peregrino, el cernícalo o el colirrojo tizón. También reptiles, como la lagartija común o el lución, y mamíferos, como el zorro o la comadreja, habitan este ecosistema.
Por su parte, las rías y las marismas son biológicamente las zonas más ricas y productivas, tanto desde el punto de vista faunístico como vegetal. En este sentido, sus plantas son las características de suelos siempre húmedos o encharcados con aguas salinas (seda de mar, borraza, junco marino, carrizo, coclearia, etc.).
Respecto a la vida animal, en el entorno de las rías es fácil observar aves permanentes y migratorias, entre las que se encuentran el ánade real, el zarapito, la garceta común y la garza real, entre otros. Además, abundan los pequeños organismos invertebrados en las aguas, arenas y fangos, tales como gusanas, berberechos, navajas, almejas, mulatas... que a su vez son el sustento alimenticio para moluscos, crustáceos y peces. Las aves limícolas (zarapito real, correlimos común, agachadiza o laguneja...) también recorren este ecosistema cuando la bajamar deja al descubierto los arenales fangosos. Asimismo, el grupo de las zancudas, entre las que se encuentran la grulla común y las garzas real e imperial, se dejan ver en este tipo de enclaves, al igual que una gran variedad de aves marinas y especies anfibias.
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