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Jueves, 16 de enero 2020, 10:06
El municipio de Valdáliga comprende siete núcleos de población: Caviedes, Labarces, Lamadrid, Roiz (capital), San Vicente del Monte, El Tejo y Treceño.
Caviedes. Este pueblo situado a 3,3 km de Roiz cuenta con 250 hab. (2004), repartidos entre el núcleo del mismo nombre ... y los barrios de San Pedro y Vallines. Tiene una altitud sobre el nivel del mar de 100 m. Aquí se halla la iglesia de los Santos Justo y Pastor, así como la casa-torre de los Caviedes. También es posible observar algunos ejemplos de viviendas blasonadas, como la ubicada en el barrio de La Corraliega, que se corresponde con el tipo de casona barroca el siglo XVIII, aunque ha sufrido diversas reformas, al igual que la del barrio del Cotero, de la misma época. Otra casona barroca, con las armas de los González de Prío, se halla en el barrio de Vallines y se accede a ella a través de una sencilla portalada, con arco de medio punto.
Situado cerca del lugar de Roíz, situado en el centro del valle de Valdáliga, se pobló también en los tiempos alto medievales, a una altura de 100 metros sobre el nivel del mar, y junto al monte común llamado monte Corona que a lo largo de la historia estuvo poblado de robles, hayas y arbustos autóctonos. El Becerro de las Behetrías describe a los habitantes de este lugar como habitantes que tenían el doble régimen de solariego y abadengo y que la dependencia de la abadía era la del importante Monasterio palentino de San Andrés del Arroyo, mientras que el señor que allí tenía vasallos era por entonces Diego Gutiérrez de Cevallos, el Almirante de Castilla.
Su Iglesia parroquial dedicada a San Justo y Pastor fue construida a principios del S. XVIII; durante la guerra civil sufrió grandes destrozos. A ella pertenecen las dos ermitas situadas junto al monte corona, la de San Antonio, también de mediados del S. XVIII, con cúpula en el crucero, y la de Santa Cruz, hoy destruida.
En Caviedes se vivía de la ganadería y de la agricultura y se recogían entre otros productos, maíz, alubias, manzanas y hortalizas. Abundaban los castaños y nogales; los ganados pastaban en la Merindad de Campóo y en el valle de Cabuérniga y el monte común llamado monte Corona tenía el concejo otro pedazo de monte «La Calanería» y dos pedazos de sierra erial en los sitios de Jerrota y Jano.
Labarces. Esta localidad está enclavada en la parte oeste del municipio, a una distancia de 6,2 km de Roiz y a 180 m de altitud. Aunque la mayoría de sus 303 hab. (2004) se concentran en el núcleo de Labarces, una parte de los mismos se distribuye por sus barrios de Caviña (48 hab. 2004), La Mata (12 hab. 2004) y Villanueva (47 hab. 2004).
En cuanto a la historia de Labarces, el lugar se pobló a lo largo de la época Medieval, configurándose dos barrios: Galbanes y Labarces y sus gentes eran, como en el resto del valle de condición libre, escogiendo al señor que querían y en este tiempo al poderoso Gutierre Díez de Cevallos. Situado en una loma y rodeado de pequeños montes de abedules, acebos, avellanos, espinos y otros arbustos, tenía como principal riqueza forestal el monte Corona, con plantaciones de robles, hayas y alisas. Se producía en sus tierras de secano, labrantías y de sembradura maíz, alubias, patatas, castañas, nueces y pastos.
La iglesia parroquial estaba bajo la advocación de San Julián Mártir, construcción del S. XVII, con una torre de principios del S. XX y el edificio más antiguo es la ermita del endrinal, de principios del S. XVI, con vestigios de estilo románico y gótico y canecillos al exterior. Posteriores son la ermita de la Virgen del Camino, del S. XVII, y también de este siglo, la capilla de Barcenal con un retablo popular.
A esta jurisdicción del valle de Valdáliga también pertenecía el lugar de La Revilla, pueblo formado por tres barrios; Valles, Sierra y Oyambre. Posteriormente pasaría a formar parte de San Vicente de la Barquera.
Lamadrid. Sus 420 hab. (2004) están distribuidos por los numerosos núcleos que se encuentran diseminados por esta localidad, tales como Las Arenas (55 hab. 2004), Arguedes (32 hab. 2004), La Cantera (38 hab. 2004), La Cotera (43 hab. 2004), La Hoya (14 hab. 2004), Losvia (59 hab. 2004), La Peñía (40 hab. 2004), Radillo (14 hab. 2004), San Salvador (14 hab. 2004), Sejo de Abajo (49 hab. 2004) y La Venta (62 hab. 2004). Dista 6,5 km de la capital y tiene una altitud de 115 m. El edificio civil más importante de Lamadrid es el conjunto palacial de Losvía compuesto por un bloque del XVIII con balcones de púlpito en la fachada y las ruinas de una torre medieval. Posee una capilla aneja con un bello retablo barroco, de mediados del siglo XVIII, en madera sin policromar. Asimismo, esta localidad cuenta con otras viviendas y palacios, como la situada en el barrio de La Peñía, con cubierta a dos aguas, fachada de sillería, arcadas en el soportal, balcones de forja y escudo con las armas de Lamadrid, Rubín de Celis y Cossío; o varias viviendas del barrio de La Hoya.
Se formó como aldea del valle de Valdáliga en la Alta Edad Media, y sus habitantes gozaron de la misma condición que el resto de los vecinos de los valles, es decir, ser de behetría y escoger por señor a quien quisieran. Así, en 1351, y según el Becerro de las Behetrías, se precisa que el señor de Lamadrid era Diego Gutiérrez de Cevallos, el Almirante de Castilla, que extendió sus dominios sobre el valle, y que los transmitiría su hija, doña Elvira y, esta a su vez, a su hija Mencía de Ayala.
En este lugar se edificó una torre medieval, y en época moderna una casona montañesa llamada «palacio de Los Vía», aneja a la cual se encuentra una capilla barroca con retablo del S XVII. El templo parroquial es un amplio edificio del S. XVII con cubierta abovedada, y está dedicado a la advocación de San Martín, obispo, y las tres ermitas del concejo consagradas a San Juan Bautista, San Román y Santa Mariana.
En el pasado los habitantes del lugar vivían los prados segaderos, de las tierras de sembradura y de los pedacitos de huerta pegados a las casas. Además, se destaca la explotación del monte poblado de robles. El ganado se llevaba a los puertos de Campóo y Pernía en los tiempos de verano, y como curiosidad conviene destacar el número de veintinueve pies de colmenas y la caza de liebres, zorros, lobos, jabalís y sordas.
Roiz. Es la capital municipal, se asienta en terreno montuoso, a 50 m altitud y dista 58 km de Santander. Sus 401 hab. (2004) están repartidos en los barrios de Bustillo (15 hab. 2004), Bustriguado (58 hab. 2004), La Cocina (47 hab. 2004), La Concha (30 hab. 2004), La Cotera (17 hab. 2004), Las Cuevas (84 hab. 2004), La Ganceda (40 hab. 2004), El Mazo (23 hab. 2004), Movellán (56 hab. 2004), La Puente (3 hab. 2004), El Vear (8 hab. 2004) y La Vega (20 hab. 2004). Atravesado por las aguas del río y arroyo llamado Bustriguado, que recibe las aguas del sitio llamado Rocueva, se pobló la aldea de Roiz en la Edad Media, nombre que es también propio de un apellido patronímico derivado del nombre Roy o Rodrigo.
En la Edad Media las gentes de esta aldea tenían la condición de vasallos de behetría, y por tanto habrían de escoger un señor, aún cuando, como señala el apeo de 1404, la justicia de este lugar cayó por concesión del rey en manos de doña Mencía de Ayala y Cevallos, señora del valle de Valdáliga. Por entonces, se edificó una torre medieval de porte similar a las tan abundantes torres de las Asturias de Santillana. Este lugar fue uno de los más habitados de dicho valle.
En el pasado la ocupación de los vecinos de Roiz fue la propia de las actividades agrarias y ganaderas, la cría del ganado vacuno y ovino que en verano se enviaba a los puertos de Campóo, Polaciones y Cabuérniga, las plantaciones de maíz y alubias y el aprovechamiento de los bosques poblados de robles, hayas, castaños, nogales, manzanas y otros arbustos. Además existía la explotación de minas de carbón, de piedra y de hierro y canteras de yeso.
La Iglesia de Roiz fue construida en 1743, según Madoz, sobre una anterior habitación de monjes, y destaca de ella la portad, el retablo y las imágenes. En el barrio de Las Cuevas se encuentra la capilla de la Torre, del S. XVIII, con su portada y escudo, y en este pueblo se significa el recinto formado por la torre y Palacio de la Vega, al que se accede por una portada de tres cuerpos de altura. Del patrimonio civil de la localidad ha de reseñarse el palacio de la Vega, ubicado muy cerca de la iglesia parroquial, un monumental complejo al cual se accede a través de una monumental portalada de tres cuerpos con escudo barroco y rematada en cruz y bolas herrerianas; la casa natal del arquitecto Juan de Herrera (1530–-1597), situada en el barrio de Movellán, con dos plantas y solana de tres tramos entre cortavientos; y los palacios de los Sánchez de Movellán (antes conocidos como torres del mayorazgo de los Vélez de Guevara) levantados en recintos independientes, uno frente al otro, separados por la carretera. El situado a la izquierda, en dirección a Las Cuevas, es un bloque de tres plantas con balconadas corridas y torre de cuatro tramos; está adosado a él una capilla construida en el siglo XVIII que guarda una imagen de San Juan del siglo XVI. El segundo bloque está formado por una torre de origen medieval cuadrangular, con pequeños vanos y cubierta a cuatro aguas, al cual se adosan varios edificios de época renacentista.
En el límite con Herrerías y Rionansa, cerca de Celis, en el alto de La Florida, se abre la cueva del Soplao, declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Lugar Natural en 2005. En Roiz nació el jugador de bolos Calixto García Gómez (1944).
San Vicente del Monte. En este pueblo situado en el extremo sureste del municipio residen 217 hab. (2004), 104 hab. (2004) en su núcleo principal y el resto en sus diferentes barrios: Birruezas (55 hab. 2004), Las Casas Nuevas (11 hab. 2004), Los Corrales (8 hab. 2004) y La Ría (39 hab. 2004). Es el núcleo más alejado de Roiz, de la que dista 11,3 km, y también el de mayor altitud (317 m). Tiene un importante templo parroquial del S. XVIII y junto a un camino vecinal se encuentro un valioso humilladero de finales de este siglo.
El Tejo. Localidad ubicada en el extremo norte del término municipal, compuesta por los barrios de Cara (64 hab. 2004), Ceceño (131 hab. 2004), Larteme (69 hab. 2004) y Santa Ana (44 hab. 2004), en los cuales reside un total de 308 hab. (2004). Su altitud es de 50 m y la distancia de Roiz, de 8,5 km. La localidad leva el nombre del árbol de mediana altura y crecimiento lentísimo que puede vivir hasta mil años. Los cronistas de época romana como Plinio, Floro y Silio Itálico señalaron que los cántabros mataban a sus ancianos, no aptos para la guerra, con el veneno extraído del fruto de este árbol.
Probablemente, El Tejo nació como una Eclessia, es decir, su poblamiento se fijó por la concurrencia de algunas gentes que cultivaron las tierras cercanas al pequeño Monasterio que allí se fijó, en el cual conocemos que en los años 1179, el rey de Castilla y león Alfonso VIII, le concedió varias heredades. Aún que da este monasterio una ventana románica con arco de medio punto y algunos canecillos, también románicos, manifestación de aquella arquitectura rural del S. XII. Esta localidad se vinculó a la Orden de San Juan de Acre y así se documenta en 1351 y 1404, al constatarse tal vinculación en el Becerro de las Behetrías. La iglesia parroquial de Santa María posee un ábside gótico con algunos elementos románicos y conserva una imagen de la Virgen con el niño del S. XV. Otros edificios eran las ermitas de San Juan y de San Roque.
Durante el Antiguo Régimen us vecinos conservarán la condición de hidalgos, aún cuando todos eran labradores, ocupándose de las especies conocidas de ganados, de las tierras labrantías y de los prados segaderos. Tenía el concejo de El Tejo un monte en el sitio llamado de las Rozas poblado de árboles de roble que servían para la fábrica de los reales bajeles.
Abundan los castaños y manzanos y se registraron es este catastro 15 pies de colmenas, una taberna y dos molinos harineros: uno de dos ruedas y otro de una. En El Tejo nació el torero Pablo Celis Cuevas (1900–-1969).
Treceño. Ocho barrios se reparten por el territorio correspondiente a esta entidad de población, la más importante desde el punto de vista demográfico, con 511 hab. (2004). Se trata de El Ansar (18 hab. 2004), La Herrería (69 hab. 2004), Hualle (72 hab. 2004), La Molina (50 hab. 2004), La Plaza (197 hab. 2004), Requejo (77 hab. 2004), La Sierra (17 hab. 2004) y El Turujal (11 hab. 2004). Se encuentra a 6 km de Roiz y tiene una altitud sobre el nivel del mar de 87 m. En Treceño pueden verse construcciones de la Edad Moderna como la casa blasonada con las armas de La Mata, en el barrio de La Plaza, que presenta fachada de sillería, adosada a una curiosa casa campesina llana, sin solana y con amplio soportal sostenido por columna de fuste circular. En el mismo barrio se levantó en aquellas centurias el palacio de Movellán, otra casona construida en sillería y blasonada con las armas de los Sánchez Movellán. En el barrio de Hualle hay otros edificios destacados, como es el caso del palacio de La Campa, formado por una torre, una casona y una capilla del siglo XVIII. Por último es de reseñar la llamada casona de la Salceda, incluida en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria en 2001.
En cuanto a la historia de este núcleo, la referencia documental más antigua al mismo consta en el Cartulario de Santillana del año 1098 se recoge la existencia del Monasterio de Santa María de Treceño (propiedad de una mujer llamada Belasquita). Varios regímenes señoriales hubo en Treceño, predominando el linaje de Cevallos que, más tarde, pasaría al señorío del poderoso conde Beltrán de Guevara. Esta villa tuvo cierta importancia dentro del valle de Valdáliga y así se comprueba en la edificación de una torre medieval y en que se constituyó como lugar habitual de reunión del valle.
En el Antiguo Régimen la población y el concejo se dividían en dos feligresías, a la primera le correspondían los barrios de Requejo, la Plaza, Hualle y la Herrería, y a la segunda San Vicente del Monte. El concejo tenía varios montes poblados de robles y hayas, entre ellos parte del famoso monte Corona y en los de San Vicente. Su riqueza principal era la ganadería vacuna, de ovejas, cabrio y de cerda. En Treceño residió la justicia del valle, quedando como muestra de la arquitectura civil la casa con el nombre de «horca y cuchillo», y residiendo el juzgado municipal hasta 1918. Fueron importantes sus salinas, concedidas al almirante Cevallos por el rey Fernando IV. En Treceño nacieron el literato Fray Antonio de Guevara y el religioso Fray Silvestre de Escalante (1717–¿?).
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