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Jueves, 16 de enero 2020, 12:10
El cuévano. Este término municipal, al igual que las restantes villa pasiegas, ha conservado su característica forma de vida propiciada, en gran medida, por su aislamiento y una cultura popular de gran originalidad e interés etnográfico. Un elemento fundamental de las gentes de San ... Pedro del Romeral es el uso y la fabricación del cuévano, en el que se transportaba comida para el ganadero y sus animales, así como todo lo necesario en la 'muda'. Consiste en un cesto grande y hondo de sección cuadrangular, más ancho por la boca que por el fondo, trenzado con varas de avellano y cortado con luna menguante que se porta a la espalda a modo de mochila. Entre los distintos tipos existentes se encontraban los cuévanos 'niñeros', empleados para el transporte de niños, que presentaban como singularidad una pequeña capota lateral, y los cuévanos 'giro o bombo', caracterizados por su forma cónica, que estaba construido con varizas de avellano sin descortezar. Pero, sin duda, el más utilizado en San Pedro del Romeral es el cuévano 'romeralo', el más fuerte y tosco, que servía para llevar la hierba y constituía el elemento de transporte esencial en las 'mudas' para cualquier otra mercancía.
El 'Palu'. Otro elemento inseparable del pasiego es el 'palu o palancu', que servía para salvar los innumerables accidentes físicos en una zona topográficamente difícil. Este palo era de avellano descortezado y curado, lo que le proporcionaba la adecuada flexibilidad y resistencia. Debía tener una cuarta y media más de altura que el dueño y de la utilización de este palo surgió el salto pasiego, una actividad deportiva de competición destinada a medir la destreza y capacidad de los jóvenes pasiegos.
Nodrizas pasiegas. En el siglo XIX se hicieron célebres en toda España las amas de cría, siendo durante décadas una ocupación tradicional para las mujeres pasiegas, que según relatan las crónicas eran excelentes nodrizas y la calidad de su leche era reconocida en todo el país desde antiguo. De esta forma, en las mejores casas, e incluso desde el Palacio Real, se solicitaban sus servicios.
Helados. Otro oficio tradicional en el municipio fue la fabricación de barquillos y helados. Uno de los negocios de mayor trascendencia fue el emprendido por Luis Ortiz, empresario nacido en 1889 en San Pedro del Romeral, que puso en marcha el que sería origen de la multinacional MIKO. Al cumplir los 15 años este joven atravesó los Pirineos y se dedicó a la venta de barquillos en Francia, donde, pese a sus difíciles comienzos, logró sacar adelante su negocio, modernizando con los años su modo de producción y ganando en importancia.
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