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Jueves, 16 de enero 2020, 10:10
En el término municipal de Lamasón se encuentran varios yacimientos en cavernas de interés arqueológico. En La Venta de Fresnedo se halla Los Marranos, una cavidad cercana da la orilla del Lamasón, explorada en 1978. Custodia diversas manifestaciones de arte rupestre paleolítico. Ejecutadas en color ocre oscuro, se encuentran en la pared izquierda. Se trata de representaciones abstractas de puntos y líneas. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2000. La cueva de las Margaritas de Herrerías que alberga un yacimiento de oso de las cavernas. Reviste especial interés pues contiene restos de dos especies: Ursus deningeri Von Reichenau, del Pleistonceno medio y Ursus spelaeus Rosenmüller-Heinroth, del Pleistoceno superior.
También en Lamasón se conservan varios emplazamientos de hábitats cantabrorromanos. Se trata de los yacimientos de El Llano y Tanea. El primero se encuentra en un flanco del Cueto Sobrelapeña en Quintanilla y consiste en varias alineaciones de muros y estructuras ciclópeas. En Tanea, también en Quintanilla, se han localizado más de una docena de estructuras de plantas circulares y elípticas. En cuanto a su cronología se baraja la posibilidad de que daten del Hierro II.
En cuanto a testimonios de época romana, se han descubierto restos de una vía que habría estado destinada a enlazar Liébana con la cuenca del Nansa (el camino ascendería hacia el collado de Pasaneo, discurriría por el Senderuco de los Caballos, Venta de los Lobos, Traslaventa y Balaconcha para finalizar en Río). Así, en un tramo de 2 km entre Prao Mingo y Traslaventa, se localizaron tramos empedrados o excavados de una anchura que va de los 3,4 a los 5,2 m de anchura. La existencia de estos restos corrobora una hipótesis apoyada hasta entonces en un análisis toponímico.
El municipio posee una importante arquitectura civil, culta y popular, destacando varias casonas con solana y soportal. Quizá las más conocidas son las localizadas en Quintanilla: una que porta las armas de Agüero, en Dosal, con soportal de dos arcos de medio punto, y la denominada como 'casona del Arco', a la entrada del pueblo, en medio del antiguo camino, que pasa bajo ella a través de un arco.
En cuanto a la arquitectura popular, hay que señalar las alineaciones de casas bien conservadas en todo el municipio, como es el caso de Sobrelapeña o Lafuente. Estas disposiciones alineadas se sitúan en torno a antiguos caminos; así, en Sobrelapeña se ubican junto al camino de Liébana. Destacan, asimismo, conjuntos de casas en hilera entre las que sobresalen los de origen medieval.
Por otra parte, el conjunto de invernales conocido como Cotero Moso y Monegrillo son muy interesantes, ya que es una excepcional agrupación situada en la cabecera del río Tanea, representativa del aprovechamiento tradicional de los prados con usos ganaderos en el valle.
En el término de Lamasón se localizan numerosos núcleos de población, entre Santa María (Sobrelapeña) y Santa Juliana (Lafuente).
Santa María de Sobrelapeña es uno de los templos más antiguos del municipio. Se alza sobre una pequeña loma, presenta restos de obra románica de la primera mitad del siglo XII, con añadidos posteriores de los siglos XVI y XVII. Al exterior tiene torre prismática, nave y capilla más elevada. En el interior hay unas interesantes arquerías pareadas en los muros del presbiterio, con arcos de medio punto sobre cimacios de caveto. Los capiteles tienen decoraciones de volutas y muestran la Adoración de los Reyes Magos y una escena de difícil interpretación.
Santa Juliana de Lafuente es un templo de pequeño tamaño, tiene una sola nave y ábside semicircular. La puerta dispone de columnas con capiteles vegetales y arquivoltas simples. En el interior, el arco triunfal se apoya sobre capiteles historiados y cimacios vegetales. Su edificación puede fecharse a finales del siglo XII y principios del XIII. Muy próxima a ella y sobre la tapia de una antigua casa con portalada se hallan dos esculturas muy primitivas denominadas 'la pareja de Lamasón'. Una de ellas es una efigie femenina en la que reza una leyenda del año 1625: «Cuantos pasan que no vuelven», al parecer porque se sitúa en el camino del cementerio. La otra representa la cara de un hombre. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1984.
Otros templos de interés de Lamasón son la iglesia de Santa María de Sobrelapeña, con restos románicos; la iglesia de San Miguel Arcángel de Cires, del siglo XVII, con interesante imaginería popular; y la ermita de San Bartolomé, en Quintanilla, obra de los siglos XVII o XVIII, de estilo popular y rústico, que contiene tres retablos de mediados del siglo XVIII.
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