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Patrimonio

Jueves, 16 de enero 2020, 10:10

Patrimonio arqueológico

En la collada de Llaves, en el centro de la sierra de Peñarrubia, a una altura media de 1.100 m, desde la cual se divisan los picos Virdio de Treslajorá y Gamonal, se localizaron a mediados de los noventa seis estructuras dolménicas. Se asientan sobre pequeñas elevaciones del terreno y consisten en cámaras formadas por losas de arenisca y cubiertas por cascajo calizo. Están datadas en torno al 3.000 a. C. en época Neolítica-Calcolítica. En un extremo se localizó un menhir de 240 cm. Otro yacimiento megalítico de la zona es Cires, compuesto por 14 túmulos (cuatro de los cuales se encuentran en Peñarrubia).

También revisten importancia los testimomios prehistóricos situados en un abrigo rocoso, a 30 m por debajo de la cumbre del monte de Santa Catalina. Se trata de dos paneles sucesivos en los cuales se practicó una serie de grabados rupestres de los denominados fusiformes, acompañados de tres cazoletas, atribuibles tanto al Paleolítico como a la Prehistoria reciente. En la cima de este monte, en un paraje conocido como Bolera de los Moros, a 756 m de altura, se encuentran los restos de una fortaleza altomedieval compuestos por distintos lienzos de muralla de planta rectangular, que incluye vestigios identificados con una torre y una atalaya. La plaza conoció dos momentos de uso: el primero, a mediados del siglo VIII, y el segundo, a mediados del IX.

Ruinas de la fortaleza altomedieval de Bolera de los Moros.

Patrimonio civil

En Peñarrubia han sobrevivido vestigios del complejo sistema defensivo levantado a lo largo de la Edad Media en la zona. Además de los restos de la fortaleza altomedieval de Bolera de los Moros, todavía se conservan restos de tres torres góticas: El Pontón (también conocida como torre de Linares, Bien de Interés Cultural desde 1992), Berdeja y Piedrahíta. La primera, edificada entre el siglo XIV y el XV, ha sido completamente reconstruida; con 14 metros de altura, está rematada por almenas. Las otras dos están en ruinas. Estas tres plazas pertenecieron al linaje de los Linares, señores de Peñarrubia en la Edad Media y Moderna, que, todavía en el XVIII, seguían habitando la de El Pontón.

Además de estas muestras de arquitectura defensiva y de numerosos ejemplos de edificaciones populares que pueden verse en las distintas localidades del municipio, hay que señalar que en La Hermida cuenta con un interesante ejemplo de arquitectura decimonónica: el Gran Hotel inaugurado en 1881, donde se alojaban los visitantes que acudían al balneario de La Hermida.

Torre de Linares, edificada entre el siglo XIV y el XV.

Patrimonio religioso

En el término de Peñarrubia se localizan varias construcciones religiosas de interés, entre ellas, la iglesia de San Andrés (Linares), la iglesia parroquial de Cicera y San Juan (Piñeres).

San Andrés de Linares es un templo que, a pesar de las intervenciones posteriores, cuenta todavía con una interesante decoración escultórica románica en los canecillos del muro sur y en el arco triunfal, datada en el siglo XIII, así como una representación de la última escena ejecutada en la segunda década del siglo XVI sobre un muro. Custodia un retablo mayor neoclásico de finales del XVIII-comienzos del XIX y uno en el evangelio fechado en 1659.

La iglesia parroquial de Cicera se remonta al siglo XVIII, guarda un retablo mayor churrigueresco enmarcado por dos cortinas pintadas y dos menores de piedra. San Juan de Piñeres contiene algunos elementos románicos; no obstante, la mayor parte del templo es producto de reformas de los siglos XVII y XVIII. Por último, hay que reseñar la iglesia parroquial de La Hermida, construida en los años setenta del siglo XX.

Entre los santuarios se cuentan la ermita de San Pedro de las Caldas, cuyo origen se remonta a un antiguo monasterio documentado en el siglo VIII; la ermita de San Pelayo, emplazada en un alto sobre La Hermida, datada en la primera mitad del siglo XIII; la ermita de Santa Cilde de Cicera, en ruinas; la capilla de Nuestra Señora del Valle, del siglo XVI, con un retablo barroco; la ermita de Santa Catalina, entre Piñeres y Cicera, de los siglos XVII- XVIII; la capilla de Santa Ana, de difícil datación; y la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles, en la finca del balneario de La Hermida.

Vista de la iglesia parroquial de Cicera.

Patrimonio industrial

La propia carretera construida sobre el desfiladero de La Hermida entre Panes y Potes es una de las obras de ingeniería de más trascendencia para Peñarrubia y una de las más importantes de Cantabria. Comenzó a construirse a comienzos del siglo XIX y fue concluida a lo largo de la centuria. Esta vía contribuyó al aislamiento de las localidades del interior del municipio, que vieron cómo el tráfico de personas y mercancías se desplazaba en beneficio de aquellas situadas sobre el curso del Deva. El proyecto de la carretera se debe al ingeniero toledano Francisco Sánchez y Sánchez, autor de todos los puentes que la cruzan.

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