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Jueves, 16 de enero 2020, 10:18
Flora. La vegetación autóctona fundamental es de praderas, repoblaciones de eucalipto y bosque fluvial, alisos, sauces y fresnos, a los que se ha añadido una especie asiática invasora: la reinutria (Fallopia japonica). Algunos prados ganaderos se han visto invadidos por el espinoso cardo Mariano, ... especie mediterránea famosa en fitoterapia en relación con problemas hepáticos. Además, especies vegetales como la hiedra, los helechos, el sauco, la madreselva, el diente de león, la manzanilla común, el muérdago, la genciana azul, el junco, el orégano, el tomillo rosa, la hierbabuena o menta, el laurel, etc., embellecen el fértil suelo de este término.
La finca de la Sociedad Puente San Miguel, S. A., que perteneció a Marcelino Sanz de Sautuola y hoy a la familia Botín, constituye una de las mayores concentraciones de árboles singulares de la región, con una gran variedad de especies y numerosos ejemplares centenarios. La propiedad está dividida en una zona de bosque y otra de jardín, al que se accede a través de una portalada diseñada por Javier González Riancho y construida en 1910. Este parque botánico tiene una extensión de 10 hectáreas y en él se encuentran representadas multitud de especies arbóreas plantadas en diferentes épocas por las sucesivas generaciones de la familia Botín-Sanz de Sautuola, singularidad que le llevó a convertirse en el único Bien de Interés Cultural con la categoría de Jardín Histórico en Cantabria (1986). Entre la cantidad de árboles que alberga la finca (tejos de Irlanda, Araucaria araucana, pinsapo, etc.), quizás el más abundante sea el castaño de Indias, y, de entre éstos, el más destacable es uno que se encuentra junto al jardín que diseñara el famoso pintor y paisajista sevillano Javier de Winthuysen, con un tronco de 3 metros de circunferencia. De los ejemplares arbóreos dignos de mención, es preciso reseñar una excepcional magnolia con más de doscientos años, 12 metros de altura y 3,3 de perímetro en la base, considerada por algunos expertos como la mejor de Europa; un espectacular cedro del atlas de más de 30 m de altura; o una metasecuoya –especie descubierta en China en los años cuarenta–, que fue traída de Londres y que es una de las primeras de este tipo plantadas en Europa. Igualmente, llaman la atención las alineaciones de plátanos de sombra; la avenida de jóvenes hayas desde la portalada a la casa; los sobresalientes arces rojos que flanquean el camino a la iglesia de la finca, o el paseo con alcornoques.
La relación de árboles singulares de Reocín se extiende a otros núcleos de población del municipio. Así por ejemplo, en la finca del Molino de Santa Isabel de Quijas, junto al río Saja, está situado el tejo del palacio de Villatorre. En Barcenaciones cabe destacar un cedro de atlas, que mide 26 m de alto y tiene 4,4 m de perímetro en la base, así como un cedro del Líbano y un ciprés común, emplazados en la finca San Juan, cuyas dimensiones en ambos casos alcanzan los 22 m de alto y 4,4 m de perímetro en la base. En otra finca de este mismo pueblo, la de La Quinta de San Raimundo, se localizan un cedro del Himalaya, de dimensiones similares a los anteriores; una espectacular secuoya de más de 35 m de altura y 6,4 m de perímetro en su tronco; y una tuya gigante, de 25 m de alto y 5,7 m de tronco en la base. Tejos, encinas, cipreses, tuyas, pinos, castaños, robles, avellanos, nogales, chopos, eucaliptos, fresnos, y frutales como perales, manzanos, cerezos, ciruelos... completan el conjunto arbóreo de este municipio.
Fauna. Desde el punto de vista faunístico, el valle de Reocín consta de una gran variedad de especies animales, entre las que cabe destacar, dentro de las más peculiares, mamíferos como el murciélago, topo, comadreja, erizo, zorro, garduña, tejón y musaraña; anfibios como la rana esculenta, la rana de San Antonio y el sapo común; y reptiles entre los que se encuentran la lagartija roquera, el lagarto verde –que sólo es de este color cuando alcanza la edad adulta, ya que las crías son de color pardo– y la víbora europea común, que es una serpiente venenosa que mide como máximo 60 cm de longitud y se alimenta de pequeños roedores.
También son numerosas las especies avícolas presentes en esta zona de la región, entre las que cabe citar al busardo ratonero, cuya abundancia se debe a que sus cazaderos preferidos son los prados de siega o zonas agrícolas; la gallineta común, que es una de las más abundantes de Cantabria; la paloma bravía, una especie salvaje ancestral de las palomas que actualmente pueblan parajes tanto urbanos como rurales, y la paloma torcaz, que habita en los bosques de robles de Cantabria, aunque son detectadas también en parques y jardines; el mochuelo europeo, el rapaz más conocido tanto por ser visible, incluso en pleno día, como por los curiosos movimientos que realiza al acercarse a una persona; así como la chocha perdiz, la tórtola turca, el cuco, la lechuza común, el vencejo común, el mirlo acuático, el petirrojo, el reyezuelo listado, la curruca capirotada, el gavilán común y la corneja negra, entre otras muchas.
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