Borrar

Historia

Jueves, 16 de enero 2020, 09:52

El municipio de Ruente se conformó con la suma de tres de los diez concejos que integraban el valle de Cabuérniga, uno de los de la Merindad de las Asturias de Santillana, en su parte septentrional. La mención más antigua de dicho valle como territorio administrativo data del año 824, en la Carta Puebla de Brañosera. De ese periodo se han documentado una necrópolis alto medieval y los restos prerrománicos de la ermita de San Fructuoso de Lamiña. En las excavaciones arqueológicas aparecieron restos de construcciones anejas a la actual ermita, que muy posiblemente correspondan al monasterio de San Fructuoso de Lamiña, citado a fines del siglo X en la escritura fundacional del Infantado y Abadía de Covarrubias. También se conserva en el interior de la ermita un sarcófago prerrománico, decorado con figuras romboidales y esvásticas inscritas en círculos, así como con cordones de sogueado, gran cruz y motivos vegetales.

Así fue como parece que en torno al año 1000 se fueron formando una serie de lugares y aldeas llamadas Barcenillas, Lamiña, Ucieda y Ruente, cuyo proceso constitutivo habría de generarse a través del asentamiento de colonos y labriegos, en las proximidades de las viejas iglesias y monasterios.Una nueva noticia documentada existe del monasterio de Santa María de Ucieda, dependiente del de Cardeña, del cual se conserva mención escrita sobre la posesión de heredades por parte de la abadía de Cervatos, en el año 999. Pero aquella vinculación de Cardeña se generaliza al resto de las localidades, como se comprueba en el siglo XII, con respecto a la iglesia de Santa María Magdalena, de Ruente. Ello no fue exclusivo de una absoluta dependencia señorial de abadengo el tiempo en que éstos fueron los centros de poder económico y de colonización agraria, puesto que otras vinculaciones aún más antiguas aparecen mencionadas en los textos altomedievales: la cesión de la mitad de la iglesia de Santa María del Yermo, que a finales del siglo IX había alcanzado la plenitud de su desarrollo, y la dependencia de San Fructuoso de Lamiña al Infantado de Covarrubias.

Según se constata en el Becerro de las Behetrías (1351), el proceso señorializador toma el relevo con el protagonismo económico y administrativo al régimen de abadengo y convierte aquellos lugares de gentes libres y de condición de behetría, voluntariamente ligada a los vínculos de naturaleza locales y dependientes de la poderosa Casa de la Vega, que, junto con la de Castañeda, compartió el vínculo señorial sobre los vecinos de Santillán de Ucieda.

La vinculación a la Casa de la Vega aparece plena ya en el Apeo de 1404, tanto para Santillán de Ucieda como para Santa María de Ruente. En el inventario de bienes de doña Leonor de la Vega realizado en 1432, junto a Ucieda y los otros grandes lugares del valle se incluye Barcenillas, cuyos vasallos labradores pagan el tributo de 'montazgo', manifestación evidente de que la riqueza de aquellos montes madereros habían de ser explotados por las serrerías.

En el Catastro de la Ensenada (1752) se detalla precisamente la riqueza de los bosques y pastos comunes y de las tierras donde se siembra maíz, alubia, lino y nabos, complementando la riqueza ganadera, el medio de vida de aquellos labradores del Real Valle de Cabuérniga.

Desde el primer momento, en los albores del régimen constitucional, Ruente formó un municipio propio, que integraba los tres lugares citados. En un principio dependía del partido judicial de Puentenansa, después pasó al de Cabuérniga y actualmente pertenece al de Torrelavega.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Historia