Naturaleza

El municipio de Tudanca cuenta con una elevada calidad paisajística, poco quebrantada a lo largo de los tiempos gracias a la baja densidad de población y a la abrupta topografía, que ha motivado el escaso desarrollo de la red de carreteras, reducida casi exclusivamente a la comarcal que discurre paralela al río Nansa.

Desde el punto de vista geológico, este territorio cuenta con varios lugares de gran interés científico y didáctico. Así, la zona alta del municipio forma parte de un anticlinorio cuyos flancos, compuestos por conglomerados y areniscas rojizas del Triásico, pueden verse con facilidad en varios tramos de la Hoz de Bejo, entre la Cohílla y Tudanca. Se trata de un lugar excelente para la observación de las numerosas estructuras sedimentarias que contiene esta serie estratigráfica.

Al anticlinorio anterior le sucede un gran sinclinorio hacia el norte, en el que, sobre las areniscas triásicas, aparece una sucesión de calizas jurásicas y de areniscas y arcillas de las facies Purbeck y Weald (Jurásico-Cretácico). Esto hace que en las inmediaciones de Santotís se encuentre el mejor lugar para la observación de la serie jurásica de la región.

Por último, al sureste del municipio se encuentra la turbera del Cueto de la Avellanosa, a 1.300 m de altitud, que presenta varios cortes que permiten ver su estructura interna.

Ríos. El municipio de Tudanca se encuentra atravesado por el río Nansa, que lo recorre de sur a norte. A él se unen algunos pequeños afluentes, normalmente en forma de barrancos, dado el carácter marcadamente abrupto del relieve en esta zona. Son los casos del barranco de Jalgar y el de Vaho Sobayo, que se unen al curso principal poco más abajo de la Hoz de Bejo.

Son de destacar las modificaciones que el aprovechamiento hidroeléctrico por parte de la empresa Saltos del Nansa S.A. han introducido en la cuenca fluvial. Sobre el territorio municipal se encuentra la presa de la Cohílla y el embalse de La Lastra, además de varios canales y conducciones de agua.