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Jueves, 16 de enero 2020, 12:01
En el poblamiento prehistórico del Alto del Gurugú se encuentra una amplia secuencia de ocupación que se inicia en el Paleolítico Superior, continúa en el Neolítico y alcanza la Edad del Hierro. Así mismo es de señalar el desarrollo, durante la década de los ... noventa del pasado siglo, de campañas arqueológicas en dos de los santuarios más emblemáticos de El Astillero: Nuestra Señora de Muslera y Nuestra Señora de los Remedios. En el primero se recuperaron restos que van del siglo XIV al XIX y revelan una contradicción entre los materiales recuperados y las fuentes escritas, que aportan fechas muy anteriores. En el segundo templo se sondeó el pavimento original y se recuperar un pequeño muestrario de objetos.
Uno de los edificios civiles más antiguos de El Astillero es la casa de Fuente, del barrio de Suliejas, levantada en el siglo XVIII, construida para Sebastián de Fuente. Tiene dos alturas y una solana corre entre los hastiales en el piso superior.
Edificio del Ayuntamiento de Astillero, de 1878.Son numerosas las construcciones decimonónicas y de principios del siglo XX que pueden verse en el municipio. Entre ellas se cuenta el edificio de la casa consistorial, levantado en 1878 sobre un proyecto del arquitecto de la Diputación, Alfredo de la Escalera y Amblard, que en un principio albergó en sus bajos las escuelas de enseñanza primaria, siguiendo un modelo francés, que posteriormente se trasladaron a La Planchada. En los noventa del pasado siglo fue pintado de color azul y se añadieron en el frente varios relieves cerámicos que simbolizan el pasado minero e industrial del municipio.
Entre las residencias y viviendas destacadas levantadas en las últimas décadas del XIX y principios del XX son de reseñar 'La Fontona', cuya estructura metálica fue elaborada con los restos del buque Cid, hundido en 1873, que aloja la casa de Cultura; Villa Rosario, a veces llamada la Casa-Palacio de La Generala, en la calle Juenga de Guarnizo, con un llamativo remate decorado con motivos militares enmarcando un gran reloj; y la Quinta Eloisa, situada en la calle Bernardo Lavín, fechada en 1923, como muestra de las corrientes arquitectónicas regionalistas que dominaron la Cantabria de principios del siglo XX.
Entre los edificios religiosos a destacar de Astillero se cuentan Nuestra Señora de Muslera (Guarnizo), Nuestra señora de los Remedios (Guarnizo) y la iglesia de San José (Astillero).
Nuestra Señora de Muslera de Guarnizo es un templo de antiguo origen. Gracias a un documento fechado en el año 857, se sabe que en la Edad Media había dos iglesias bajo la misma advocación a ambos lados de la ría de Solía. El situado en la orilla de Guarnizo se llamaba Nuestra Señora de Sobelías y el de Pontejos, Nuestra Señora de Muslera, que custodiaba la imagen homónima, más tarde trasladada al santuario de Guarnizo. Este hecho que se cubre de ropajes milagrosos está recogido en un documento de 1552. En la actualidad no se conserva ningún resto del edificio primitivo, de hecho los materiales más antiguos que aportaron unas excavaciones realizadas en él, a comienzos de la década de los noventa del pasado siglo, están datados en la Baja Edad Media. La ausencia de materiales se considera debida reformas posteriores del templo, donado en el siglo XV al monasterio de Santa Catalina de Monte Corbán. A raíz de aquella anexión, se elevó su altura y se cubrió con una bóveda de crucería de tradición gótica de ocho nervios, apoyados en capiteles figurados. De aquella época son los relieves que aluden a Santa Catalina de Alejandría y San Jerónimo, homenaje al monasterio de Corbán. La nave central de la iglesia fue nuevamente reformada en el siglo XVII, momento en que comienza la actividad del astillero. Contemporáneo es el retablo mayor (reformado en el siglo XIX), que cobija una una pequeña imagen de madera policromada de la María que se considera ejecutada en siglo XV. Una tradición cuenta que ésta se apareció en la red de unos pescadores. A finales de la década de los noventa del siglo XX, el santuario fue restaurado.
Nuestra Señora de los Remedios de Guarnizo está documentada desde 1525. La iglesia fue reformada a comienzos del siglo XVII. La iglesia fue nuevamente reformada y reparada a lo largo del siglo XVIII. Esta iglesia ha sufrido constantes obras y añadidos que alteraron incluso su concepción arquitectónica original, como el traslado de la espadaña. La obra fue nuevamente restaurada en los años cincuenta del siglo XX. En 1992 se realizaron obras de rehabilitación que permitieron conocer las distintas fases de construcción por las que pasó la iglesia y, en 1999, la ermita fue incorporada al Plan de Rehabilitación del Patrimonio Histórico Local, realizándose diversos trabajos dirigidos en buena medida a devolver el aspecto original al templo. Durante los trabajos de restauración se descubrieron pinturas en las bóvedas, que se consideran ejecutadas en el siglo XVIII. Custodia un retablo churigueresco de finales del siglo XVII, que originariamente se encontraba en el santuario de Nuestra Señora de Muslera.
San José de Astillero es otra construcción de gran relevancia en Astillero. La primitiva capilla fue construida en 1720 y ampliada en 1746 con dos capillas en la parte opuesta a la torre. En 1890 se derribó la primera capilla, construyéndose sobre su solar otra más amplia de planta octogonal. En 1947 el edificio fue demolido y se construyó un nuevo templo de tres naves, proyectado por Juan José Rasines, de inspiración románica, techo de estilo mudéjar y torre de doble campanario. Se inauguró en 1949. En su interior destaca el retablo de la nave del lado del Evangelio, de estilo churrigueresco, procedente de la antigua edificación y datado en el siglo XVIII. Otra obra mueble de interés del interior es un Cristo Yacente del escultor santoñés Víctor de los Ríos.
Por último reseñar la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, levantada en 1945 junto a la estación de tren de Guarnizo.
La gran actividad industrial –de extracción de hierro y de construcción naval– que dio origen al Astillero ha dejado algunas muestras singulares. Entre ellas sobresale el cargadero de la Orconera, utilizado para cargar las bodegas de los barcos con el mineral extraído de la sierra de Peña Cabarga y transportado en vagonetas hasta Astillero. Fue construido entre 1891 y 1894 por José Mac Lennan y estuvo en funcionamiento hasta la década de los 70. Según el proyecto original, la longitud del embarcadero era de 67 m y su altura de 8 m y su estructura estaba compuesta de seis tramos metálicos de 11 m, sobre los que se apoyaba una viga de celosía de hierro forjado que alojaba dos vías sobre las que discurrían los vagones cargados con el mineral.
También son llamativas las chimeneas de 'La Cantábrica', último vestigio de la actividad de la refinería de petróleo de finales del XIX. Su construcción data de 1881, fecha en la que se inauguró la fábrica. Se conservan también un pozo y un pequeño edificio de la primitiva industria.
Por último reseñar el elegante edificio de la Electra de Viesgo, erigido en 1909 y 1911 en Guarnizo el edificio , que sigue los modelos de las fábricas que entonces se construían en Cataluña, combinando ladrillo, hierro y cristal.
Por último, en cuanto a ingeniería viaria, citar los restos del puente de Solía. Se trata del único vestigio de arquitectura medieval que se conserva en Guarnizo. Su existencia está registrada documentalmente en 1448 y constituía la vía más sencilla de unión con Santander.
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