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Jueves, 16 de enero 2020, 11:54
Se conocen en Camargo unos ochenta yacimientos arqueológicos donde se han encontrado restos que abarcan del Paleolítico Inferior a la Edad Media. El yacimiento paleolítico al aire libre de La Verde, junto con los de las cuevas de El Pendo, El Ruso (Igollo), El Mazo ... y El Juyo (Igollo) son los más destacados; en ellos se han obtenido restos óseos e interesantes colecciones de útiles de piedra y hueso del Paleolítico. Son muy abundantes las piezas y fragmentos de cerámica neolítica, hallados en más de treinta cuevas y yacimientos camargueses. También se han obtenido algunos objetos metálicos de la Edad del Bronce.
La cueva de El Pendo, en Escobedo, fue descubierta en 1878 y las primeras investigaciones se deben a Marcelino Sanz de Sautuola. Después, en la primera mitad del siglo XX y gracias a las sucesivas campañas dirigidas por el Padre Carballo, se encontraron piezas de gran interés, como el conocido bastón de mando. Finalmente, en las actuaciones arqueológicas de 1997-98 salió a la luz un gran friso de 3 metros de altura por 25 metros de longitud en el que pueden contemplarse 23 figuras de color rojo: diez ciervas, dos caballos, un bóvido, una cabra y nueve signos. A partir de este último hallazgo la cueva se acondicionó para poder ser visitada. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1997 (en la misma declaración fue también protegida la cueva de El Juyo).
De la época romana cabe destacar en el 2002 el Yacimiento del Cementerio de Maliaño en el cual se localizan, entre otras estructuras, los vestigios de unas termas de finales del siglo I d. C. Fué declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica. Junto a ellas se han encontrado restos de la estructura de una casa que podría formar parte de un asentamiento urbano, probablemente vinculado a las explotaciones de mineral de hierro del entorno. Es también interesante en el contexto de la romanización el Ostrero de Maliaño, un vertedero perteneciente a una vivienda de carácter indígena desaparecida. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 2002.
Las muestras de arqueología medieval también son numerosas en Camargo. Han aparecido cuatro necrópolis, siendo la más conocida la de San Pedro de Escobedo. Próximos a ella se encuentran los restos altomedievales del llamado Castillo de El Collado, también en Escobedo descubierto por Jesús Carballo y recientemente objeto de campañas de excavación arqueológica. Las ruinas de la fortaleza fueron declaradas en 2004 Bien de Interés Cultural. En distintas cuevas del municipio y en algunos yacimientos al aire libre se han descubierto un buen número de enseres de cerámica medieval. Por último señalar el hallazgo de una amplia necrópolis en San Pedro de Escobedo que contiene restos altomedievales con otros de Edad Moderna en los terrenos adyacentes al templo.
En Camargo se localiza un interesante patrimonio civil de la Edad Moderna del cual caben destacar en particular la torre del Marqués de Villa puente y la casa y finca de Velarde, ambas en Muriedas. La torre del Marqués de Villapuente, situada en Muriedas y actual sede del Ayuntamiento de Camargo, responde a los parámetros del manierismo a pesar de haber sido construida hacia 1727. Está levantada en piedra de sillería procedente de las canteras de Escobedo y cuenta con tres pisos en los que se distribuyen vanos con dovelas adinteladas y diversos motivos decorativos, destacando los sillares almohadillados del segundo, las pilastras angulares del superior y las gárgolas en forma de cañón. La torre forma parte de un palacio que ha sufrido algunas modificaciones; el conjunto cuenta con una portalada exenta de estilo militar e influencia clásica. La obra fue encomendada por José de la Puente y Peña. En la actualidad ofrece un aspecto muy modificado tras un largo periodo de abandono y su remodelación sobre un proyecto del arquitecto Alfonso de la Lastra. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1982.
La casa y finca de la familia Velarde es una construcción de planta cuadrangular y tejado a cuatro aguas, con el muro de la fachada principal de ladrillo colocado a canto en horizontal y dispuesto en retícula ortogonal de madera (durante la restauración acometida en los años sesenta proyectada por el arquitecto provincial Ángel Hernández Morales se procedió a levantar el revoque original que la cubría, demoler una torre y una socarreña) y los hastiales de mampostería y sillería en los vanos y esquinas. Se accede a la finca en la cual se halla a través de una portalada del siglo XVIII en cuyo friso se encuentra un escudo muy deteriorado en el cual se podían ver las armas de Velarde. La edificación fue levantada a finales del XVII, comienzos del siglo XVIII y se considera que se trata de la casa mencionada en el testamento fechado en 1714 de Antonia Velarde de la Calva, esposa de Francisco de la Puente. Ambos, padres de Rosa de la Puente Velarde, casada desde 1729 con José de Velarde y Velarde. También se ha barajado la posibilidad de que se trate de la casa aludida en otro testamento otorgado en 1706 por Ambrosio Velarde Calderón. A finales del XVIII, habitó en esta casona el capitán del ejército Pedro Velarde y Santiyán, protagonista junto al también capitán Luis Daoiz del levantamiento que tuvo lugar el 2 de mayo de 1808 en Madrid contra las tropas napoleónicas y costó la vida a ambos militares. La casa y la finca fueron declaradas en 1985 Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico y desde el año 1966 continentes del Museo Etnográfico de Cantabria
Otros edificios de la Edad Moderna de interés de Camargo son la casona de los Agüero (Cacicedo), de mediados del siglo XVII; la casa de Reigadas (Camargo) de finales del siglo XVII, que se considera pudo ser encomendada por Ignacio de Reigadas, veedor y proveedor general de fronteras de las armadas de las Cuatro Villas de la Costa de la Mar en 1684; la casa torre Herrera en (Igollo), encargada por el caballero de Alcántara Tormas de Herrrera, Tesorero General de la Santa Cruzada y familiar de la Inquisición en 1680; el palacio de los Herrera (Herrera), levantado en el último tercio del XVII; la casona de Benito de la Torre Herrera (Igollo), que se estima construida a instancias de Tomás de Herrera a finales del XVII; y la portalada de la casa de los Puente Herrera (Igollo), de la segunda mitad del siglo XVII.
También son dignos de mención algunos edificios de finales del XIX, principios del XX, entre ellos destaca el complejo de escuelas y viviendas para maestros, financiado por el indiano Agapito Cagiga e inaugurado en 1926 y levantado sobre un proyecto del arquitecto Javier González Riancho. En estas instalaciones se ubica el llamado Museo Escolar: una colección de más de un millar de objetos pedagógicos (muchos de ellos pertenecientes al legado de Agapito Cagiga) expuestos en su mayor parte en el ático que aloja el reloj. Entre los elementos presentados se incluyen varios que permiten recrear un aula tradicional, con mobiliario utilizado en los centros educativos de los últimos cien años.
En Camargo se localizan varios edificios religiosos de interés, entre ellos se cuentan la iglesia de San Pedro (Escobedo), Nuestra Señora de Solares (Camargo), San Miguel (Camargo), San Miguel de la Calva (Revilla), San Pedro Advincula (Cacicedo), San Juan Bautista (Maliaño), Santa Eulalia (Igollo), San Julián (Herrera), Nuestra Señora del Carmen (Revilla), San Vicente (Muriedas), el convento de las Carmelitas Descalzas y la capilla del Carmen (Maliaño).
San Pedro de Escobedo es un templo de tres naves de tres tramos, con capilla mayor cuadrada (a la cual se abre la sacristía) y torre a los pies. La capilla mayor y los tres tramos inmediatos de las naves están cubiertos por bóvedas de crucería. La portada, en arco de medio punto, está formada por dovelas decoradas con motivos ornamentales; está fechada en 1652. La presencia de tumbas de lajas sin ajuar fechables en el siglo IX lleva a considerar la presencia en el lugar de un antiguo monasterio altomedieval. La construcción actual se remonta sin embargo a la Edad Moderna, así, la capilla mayor se estima levantada en las primeras décadas del siglo XVI, siendo concluidas las naves en el siglo XVIII. Los muros del presbiterio están decorados con una serie de pinturas murales realizadas a mediados del XVI. En la nave de la epístola se hallan alegorías de los pecados capitales, en la del evangelio una última cena y en el testero una serie que ilustra las leyendas sobre la vida de San Pedro. El retablo mayor es una obra de finales del XVI (la policromía fue contratada en 1594), se considera contratado al taller burgalés de Juan de Bueras, Jerónimo de Bueras, Juan de Bueras de la Torre y Pedro Jacques de Bueras.
Nuestra Señora de Solares de Camargo es un templo de una nave con capilla mayor cubierta por una bóveda de crucería. Está documentado en el año 1445, remontándose la construcción actual al siglo XVI, en que fue reedificada. Es de destacar su portada monumental, del XVII sobre sillares de dos colores, con dovelas cajeadas adornadas con motivos tallados. Alberga un retablo mayor, obra de Francisco de Barros, del último tercio del siglo XVII, que aloja un llamativo descendimiento.
San Miguel de Camargo es un templo de una nave de tres tramos con capilla mayor cuadrada (la sacristía se abre tras el testero) y dos capillas laterales abiertas en el tercer tramo de la central, todas ellas cubiertas por bóvedas de crucería. La capilla mayor se fecha en el siglo XVI, siendo cerrada la nave a lo largo del XVII (en las mismas fechas hubieron de abrirse las capillas laterales). La portada principal se fecha a finales del XVI. El cuerpo superior de la torre, situada a los pies, fue elevado en el siglo XIX. El retablo mayor fue vendido en 1977, todavía custodia dos colaterales fechables en la última década del siglo XVII. El templo fue rehabilitado en 2005, siendo descubierta en la restauración una ventana de filiación románica.
San Miguel de la Calva de Revilla es un templo de una nave de tres tramos con capilla mayor cuadrada y testero poligonal, cubiertas por bóvedas de crucería. La iglesia está documentada desde el año 1111, el ábside se remonta al siglo XVI y el grueso de la iglesia fue reedificada y ampliada en 1930. Custodia un retablo mayor del XVII (hacia 1640), que se estima realizado por artesanos de Siete Villas, con un tabernáculo de dos cuerpos.
San Pedro Advíncula (ad vincula) (antes de San Pedro y San Felices) de Cacicedo es un templo de una nave con capilla mayor cubierta por cúpula fingida sobre trompo-pechinas que da paso a un testero ochavado; junto a ella se abren una capilla privada con cubierta de crucería y una sacristía. Fue construida sobre uno de los templos más antiguos datados en Cantabria, está documentado en el testamento de Ordoño I de Asturias (850-866) y en su interior se recuperó una cruz del XIII. El edificio actual se remonta, sin embargo, al siglo XVII (la erección de la capilla mayor y la privada fueron reedificadas a partir de 1668, siendo concertadas con el arquitecto Francisco de la Mampuesta). Custodia un retablo mayor contratado en 1679 con Diego de Tolnado, policromado hacia 1700 por Francisco y Jacinto de la Castañera Obregón. En el evangelio se halla un retablo prechurrigueresco realizado hacia 1670.
San Juan Bautista de Maliaño declarada Bien de Interés Cultural en 1993, fue construida en el siglo XVII, interviniendo entre otros el maestro de cantería Bernabé de Hazas. El templo fue edificado con el propósito de alojar en él los restos mortales de Juan de Herrera y cumplir así con lo dispuesto en el testamento del arquitecto, cuya familia era originaria de Maliaño. Tiene planta basilical de tres naves con torre a sus pies y está levantada con piedra de Trasmiera y Escobedo. A lo largo de su historia ha sufrido diversas reformas que han cambiado la fisonomía original del templo; hacia 1890 fue parcialmente reconstruida por el religioso Eustaquio de la Puente; la última de relevancia, en 1949, se saldó con el hallazgo de los restos de Juan de Herrera, que hoy reposan bajo una lápida junto al presbiterio.
Santa Eulalia de Igollo es un templo de una nave con capilla mayor cuadrada cubierta por una bóveda de crucería a la que se abre la sacristía. La iglesia aparece documentada en 1025, no obstante la actual construcción se remonta a finales del siglo XVII, así, en 1696 fueron redactadas las condiciones para su reedificación por parte del maestro Juan de Bedia. Custodia un retablo mayor realizado hacia XVIII, similar al de San Julián de Herrera. En el evangelio se localiza un retablo que se estima procede de la ermita de Nuestra Señora de la Vega, datado hacia 1650 y atribuido a Juan de Tolnado Herrera.
San Julián de Herrera es un templo de planta de cruz latina con cabecera cuadrada, el crucero cubierto por una cúpula encamonada (fingida), capillas laterales con similar cubierta y los dos tramos de la nave con lunetos (también fingidos). La traza se atribuye a Francisco de la Riva Velasco, en una escritura fechada en 1659 (la iglesia fue concluida en 1662). Destaca en su interior el retablo mayor de estilo prechurrigueresco, contratado en 1679 y ejecutado sobre una traza de Francisco de Barros, por los ensambladores Benito de Palazuelos y Juan de Barros, así como los retablos colaterales fechados en 1662 y 1670.
El santuario de Nuestra Señora del Carmen (patrona del valle de Camargo) de Revilla. Este templo ha conocido diversas ampliaciones en el XVII y XVIII. Su interior fue restaurado después de un incendio acaecido en la década de los sesenta del pasado siglo.
San Vicente de Muriedas es un templo de una nave con planta de cruz latina de dos tramos con bóvedas de crucería de distinta complejidad, ampliada por el testero con dos tramos más. La iglesia fue construida con las donaciones del marqués de Villapuente, Francisco de la Puente Peña, a partir de 1726, las obras en el testero se acometieron a mediados del XX. El templo ha perdido el patrimonio mueble que custodiaba.
El convento de las Carmelitas Descalzas y la capilla del Carmen de Maliaño levantadas a finales del siglo XVIII (la casa fue contratada en 1786) sobre los planos dados por José Alday Fernández, Maestro Mayor de Obras de la ciudad de Santander, siguiendo un encargo del obispo Rafael Tomás Menéndez de Luarca. El lugar fue residencia de descanso de los obispos santanderinos.
Otros elementos del patrimonio religioso de Camargo son la ermita de San Pantaleón ( Escobedo), levantada entre los siglos XVI y XVII, con un retablo mayor de la década 1665-1675, de estilo cercano al romanismo; las ruinas de la ermita de San José (Cacicedo), fechable hacia el último tercio del XVII; la ermita de Santiago (Camargo), de los siglos XVI-XVII, con un pequeño retablo del XVII; la de la Santa Cruz o de Nuestra Señora de la Cruz (Escobedo), documentada en 1616; la de San Esteban (Escobedo), documentada en 1614 y reedificada en el XVIII; la de La Merced, (Igollo), también llamada capilla de San José, mandada edificar en 1863 e inventariada en 2003; y la de Nuestra Señora de las Nieves de Escobedodel primer tercio del siglo XX.
Por último es de reseñar que en el cementerio de Maliaño, en la Mies de San Juan, junto al aeropuerto de Parayas, se puede contemplar un arco románico sobre capiteles historiados de mediados del siglo XII, que perteneció a una iglesia hoy desaparecida.
En Muriedas se localiza la casa y finca de la familia Velarde, declaradas en 1985 Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico y desde el año 1966 continentes del Museo Etnográfico de Cantabria. Los fondos de este centro estaban compuestos en 2003 por 1.600 piezas relacionadas con los modos tradicionales de vida en la Cantabria rural, excluyéndose los aspectos de etnografía pesquera que son materia de trabajo del Museo Marítimo, clasificadas en aperos agrícolas, herramientas para la transformación de la madera, útiles de cocina, ajuar doméstico, de uso ganadero, útiles de caza, herramientas para la transformación del hierro, formas de iluminación, instrumentos musicales, utensilios para la producción doméstica textil, medios y accesios de transporte, de uso litúrgico, mobiliario popular, sistemas para pesar y medidas de capacidad, utensilios para la transformación de la piedra, indumentaria, calzado y adorno personal y otros objetos. Así mismo han de reseñarse dos elementos singulares de la colección instalados en el jardín mismo: el hórreo trasladado desde Pido (Liébana) y un humilladero procedente de la Hoz de Santa Lucía (Mazcuerras). Por otra parte, es notable el importante archivo de fotografías procedentes de diversas colecciones creado por el museo y compuesto por más de 2.500 imágenes.
En este apartado ha de reseñarse también la colección de arte del ayuntamiento de Camargo que puede dividirse en dos bloques, atendiendo tanto la ubicación como a la gestación de las obras. Por una parte aquellas piezas custodiadas en el edificio de la casa consistorial (la casa del Marqués de Villapuente de Muriedas) y el Centro Cultural municipal La Vidriera, inaugurada en 1989, (que cuenta con una sala de exposiciones). Por otra parte aquellas concebidas expresamente para ser instaladas o presentadas en el llamado Espacio Multidisciplinar Internacional de Arte Contemporáneo, Espacio C, inaugurado en 2001 y ubicado en el Centro de Empresas de Trascueto, en Revilla de Camargo.
Por último, una de las colecciones más singulares que puede verse en Camargo es aquella que conforma el llamado Museo Escolar, ubicada en el Colegio Agapito Cagiga de Revilla de Camargo y compuesta por más de un millar de objetos.
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