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Jueves, 16 de enero 2020, 11:49
En el contexto de la construcción de un paseo marítimo en el entorno de la playa de San Juan de la Canal, junto a una afloración natural de sílex se recogieron numerosas piezas líticas, muchas de ellas en un único yacimiento (San Juan de ... la Canal III) en el que pudieron recuperarse un total de 2.282 piezas líticas, así como algunos restos cerámicos. Los restos documentan la presencia humana en el Solutrense y en el Calcolítico (también hay un pequeño lote del Paleolítico Inferior y Medio, que convierten al paraje en uno de los pocos yacimientos al aire libre del Paleolítico antiguo que se han descubierto en este tramo de línea de costa) y la existencia de un asentamiento de la Prehistoria Reciente (Neolítico-Edad de Bronce). Así mismo, durante la construcción del tramo de autovía Bezana-Sardinero se localizaron varios yacimientos arqueológicos; en el término de Santa Cruz de Bezana se produjeron algunos hallazgos aislados de materiales líticos prehistóricos en el valle, en las tierras donde se desarrolla el humus.
En cuanto a arqueología de época moderna, en las inmediaciones de la Isla de Castro, frente a la playa de Covachos se hallaron a comienzos de la década de los ochenta una serie de nueve cañones de hierro colado de 2,6 m de longitud, dos anclas, una pelota de munición y otros materiales. Las piezas de artillería se estiman fundidas en los siglos XVII-XVIII. En archivo se encontraron noticias referentes al naufragio de un galeón mercante inglés en la zona en 1641.
Santa Cruz de Bezana cuenta con un destacado patrimonio arquitectónico que incluye diversos ejemplos de residencia pertenecientes a los antiguos linajes locales, muchos de ellos enriquecidos gracias al comercio con las Indias y al auge de la actividad portuaria de Santander durante los siglos XVI al XVIII. Entre ellos destaca el palacio de los castillo-Mancebo de Soto de la Marina, también conocido como palacio de Hondal. Se trata de un conjunto compuesto por dos torres de mampostería con sillares en vanos y esquinales, unidas por un cuerpo central cuadrangular con tejado a cuatro aguas. Su origen se remonta a la Edad Media; se estima que en el siglo XV pertenecía a Pedro Sánchez del Castillo. En el XVII fue reformado, con la probable intervención de maestros canteros procedentes de la Junta de Voto,. Presenta dos escudos en la fachada, uno de ellos con las armas de Castillo y otro con las de Mancebo, que se cree mandado colocar por Juan Antonio Mancebo en el siglo XVIII. Otras muestras de interés son la casa de los Portilla de Maoño, construida en el XVIII; la casa de Respuela, en Santa Cruz de Bezana, que perteneció a Manuel Respuela, sacerdote en la localidad en 1752; y la casa de los Torre-Tagle de Maoño, precedida por una portalada que incluye el escudo de armas. En un reloj de sol consta la fecha de construcción: 1765. En este último caso, de la primitiva vivienda se han conservado el zaguán y los hastiales, después de la rehabilitación del bloque en la década de los ochenta del pasado siglo.
Respecto de la arquitectura del siglo XIX, han de señalarse dos ejemplos: el edificio de las antiguas escuelas de Santa Cruz de Bezana, edificadas en 1822; y la casa de los Portilla de Maoño, fechada en 1830, ambas deudoras del estilo de los siglos anteriores. En cuanto a la arquitectura del siglo XIX y principios del XX, son de destacar varias residencias particulares decimonónicas levantadas en la capital del término municipal; una casa cubo de tres alturas y mezanino, construidas en Sancibrián; los dos panteones finiseculares de inspiración gótica levantados en el cementerio de Maoño para la familia Presmanes; el ayuntamiento, erigido en 1910; y las escuelas de Maoño y Soto de la Marina, construidas hacia 1924 sobre dos proyectos de Mariano de la Lastra.
Los diferentes arroyos que discurren por este término, como el de Cuartas, Retortío, Reculín, el riachuelo de Palancate y, sobre todo, el de Otero, aún siendo de recorrido escaso, fueron utilizados a lo largo de los siglos como fuerza motriz por los molinos en torno a ellos instalados. Los restos más antiguos conservados son los pertenecientes al molino maquilero de Ronzón, en Sancibrián y el del barrio de La Canal, ambos documentados desde el siglo XV. Del primero se tiene constancia ya en el año 1496; dejó de moler en 1920; y en la actualidad sobrevive parte de su estructura. El molino de La Canal ingresó en el patrimonio de los jerónimos de Monte Corbán, merced a una donación del conde de Castañeda. Por último señalar que en la localidad de Azoños se alzan los vestigios del molino de Pimentón, dedicado a la pimienta.
Entre los edificios religiosos de Santa Cruz de Bezana son de reseñar las iglesias de San Salvador (Vivero, Soto de la Marina), San Vicente (Maoño), San Pedro (Azoños) y Santa Cruz (Santa Cruz de Bezana).
San Salvador de Vivero es un templo de tres naves con cubiertas de crucería de distinta altura con cabecera en dos tramos, testero poligonal y torre a los pies. Aparece citada en el año 818 en el testamento de Ordoño I de Asturias. La siguiente referencia conocida remite a la erección de la ermita de San Judas Tadeo en 1596, situada a los pies de la iglesia actual. El resto de la iglesia fue levantada a lo largo de los siglos XVII y XVIII, siendo levantado el coro hacia 1770 (en estas fechas se estima que fue abovedada la nave principal). No se conserva la obra mueble original.
San Vicente de Maoño es un templo de una nave con capilla mayor de testero plano y torre a los pies. Data del siglo XVII (a dicha centuria se remontan la nave y una capilla abierta en el lado del evangelio); fue sometida a una reconstrucción hacia 1705 que respetó la estructura original de crucería de la cabecera y corrió a cargo de Juan de la Cavada Vedía. Ya en el siglo XX se levantaron la torre (1922) y el coro y las bóvedas de la nave (1926). El retablo mayor fue realizado hacia 1730; aloja un tabernáculo y una imagen de la Virgen Reina con el Niño en su regazo del siglo XVI. En la capilla lateral alberga un retablo dedicado a San Francisco y San Diego de mediados del XVIII.
San Pedro de Azoños es un templo de una nave con capilla mayor cubierta por un artesonado de madera. Está documentado desde 1701 (se estima que pudiera haber sigo construido en el siglo XVII); fue reconstruido en 1791. En aquellas fechas se realizó el retablo mayor, desmontado en 1981 y dividido en piezas (en la iglesia se conservan varias columnas y algunas imágenes).
Santa Cruz de Santa Cruz de Bezana es un templo de tres naves con cubiertas de distinta altura y torre a los pies. El edificio fue construido entre 1905 y 1917, bajo la dirección de Octavio Respuela; la torre se concluyó en 1923 y el salón parroquial –a los pies de la iglesia– entre 1949 y 1963. la iglesia alberga varios retablos neogóticos y uno dedicado a Nuestra Señora del Carmen construido hacia 1658 y dorado en 1681, que se atribuye al ensamblador Juan de Tolnado Herrera. A 200 m se alzaba la antigua iglesia de la localidad, documentada desde 1380 y demolida en 1940, con motivo de la ampliación del cementerio.
Otros edificios a citar son la ermita de San Cibrián, ermita del Carmen de Prezanes, la ermita de Nuestra Señora del Rosario. La ermita de San Cibrián presenta una sola nave; está documentada desde 1427; en 1776 fue remodelada y reedificada en 1865. Alberga una imagen de la Inmaculada Galeona. La ermita del Carmen de Prezanes es un templo de una nave con cabecera cuadrada cubierta por una cúpula sobre pechinas. Fue edificada en el último tercio del XVIII. Custodia un retablo mayor y otro en la epístola ejecutados en las mismas fechas que el edificio.
Nuestra Señora del Rosario de Mompía es una ermita de planta de cruz latina con cubiertas de arista, con un camarín y espadaña a los pies. Fue construida entre 1819 y 1824 sobre un proyecto del arquitecto José Alday Fernández Maestro Mayor de Obras de Santander entre 1787 y 1819, sustituyendo un antiguo santuario levantado en 1620. Alberga tres retablos, dedicados a la Virgen del Rosario, San Francisco y la Virgen de las Angustias.
Por último son de reseñar la ermita de San Mateo de Maoño, una construcción de una nave fechada en 1693, con la capilla cubierta por una bóveda de crucería; la ermita de Nuestra Señora de las Nieves en Soto de la Marina, de una nave con cubiertas de arista, mandada hacer a mediados del XVII; y la ermita de San Juan Bautista, en la misma localidad, documentada en 1662 y reformada en 1820.
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