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Jueves, 16 de enero 2020, 12:03
En la década de los noventa del pasado siglo se realizó un inventario del patrimonio arqueológico de Villaescusa encomendado por la Consejería de Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria. Éste comprende 31 entradas (Yacimiento de la necrópolis de la Mies de San Pedro, ... Yacimiento del Cueto del Morero, Mina de Morero, Cueva de La Peñona I y II, Cueva de Morín, Cueva del Oso, Cueva de los Murciélagos II, Abrigo de los Muerciélagos, Cuevas de la Cantera de Morín, Yacimiento al pie de Morín, Cueva del Gallinero (cavidad d edos entradas que ha proporcionado elementos postpaleolíticos), Cueva de La Castañera I o de Siete Ríos, Abrigo de la Castañera o Castañera II, Cueva de la Castañera III, Cueva de la Castañera IV (que ha proporcionado materiales del Mesolítico y la Edad de Bronce), Cueva de la Castañera V, Cueva de la Castañera VI, Cueva de la Castañera VII, Cueva de la Castañera VIII, Cueva de la Llosa o Castañera IX, Cueva de la Castañera XI, Cueva de la Castañera XII, Cueva de la Piedra y Cueva de La Cuevona; se calificaba de yacimientos con indicios o mal documentados y piezas arqueológicas aisladas al Yacimiento de Villanueva, la Cueva de la Castañera X, el Abrigo de Obregón, la Estela de Villaescusa y el Hallazgo de Obregón).
Uno de los más destacados es el yacimiento de la Cueva del Morín, de pequeño tamaño que ha proporcionado secuencias de hábitat que llegan hasta el Mesolítico así como un pequeño panel de puntos rojos. Esta caverna fue descubierta en 1910 por Hugo Obermaier y Paul Wernert, siendo excavada en diversas campañas durante los años siguientes (las excavaciones tuvieron lugar en 1912 por J. Carballo y W. Beatty, en 1913 por Orestes Cendrero, en 1915 por J. Carballo y F. Fernández Montes. Entre 1917 y 1919 por Carballo y entre 1918 y 1920 por la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas. A partir de los sesenta fue objeto de nuevas excavaciones en las cuales se empleaba una excavación con metodología moderna. De estas campañas se recuperaron materiales que se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, al Museo Nacional de Ciencias Naturales y al Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. Custodia una de las mejores y más conocidas estratigrafías de la cornisa cantábrica gracias al elevado número de niveles de ocupación que presenta y la información que ha proporcionado, siendo considerado un yacimiento fundamental a nivel internacional en cuanto al Paleolítico Superior Antiguo; fue el primero que proporcionó la primera batería de dataciones radiocarbónicas, diacrónicamente y a lo largo del conjunto de facies culturales. En cuanto al Paleolítico Superior Antiguo Se han localizado dos niveles de Perigordiense superior (4 y 5 sup), uno del Auriñaciense evolucionado (5 inf), dos del Auriñaciense típico (6 y 7), tres del Auriñaciense arcaico (8a, 8b y 9) y uno del Perigordiense inferior (Chatelperroniense) (10). Ésta estratigrafía ha servido para estudiar la transición entre el Paleolítico Medio y el Superior y el conocimiento de las primeras fases del Superior, tanto a nivel local como a nivel europeo; sin embargo se ha planteado que el nivel 10 (Chatelperroniense), es realmente una mezcla de materiales de los niveles 11 (Mueseriense) y 9 Auriñaciense.
En la localidad de Obregón se encuentra la cueva de La Llosa (Castañera IX), que custodia un yacimiento prehistórico y un pequeño conjunto de arte rupestre paleolítico. Víctima de diversas agresiones tanto de origen natural como provocadas por intervenciones humanas, fue investigada a mediados de la década de los noventa del pasado siglo, pudiendo recuperarse materiales del Paleolítico Superior y la Prehistoria Reciente, así como un fragmento de terra sigilata romana. Las manifestaciones artísticas comprenden 22 unidades, en su mayor parte distribuidas por las paredes de una sala ovalada, que se encuentra al fondo de la caverna. Se trata de grabados y pinturas, llamativamente ejecutadas en diversos pigmentos y diversas técnicas a lo largo del Paleolítico Superior.
Finalmente, la Cueva de La Peñona está situada en La Concha y custodia un pequeño depósito sepulcral del Calcolítico y una serie de grabados geométricos incisos en la roca cura de enrejados y un panel con líneas fusiformes en vertical y dos líneas curvadas, datados en la Prehistoria Reciente.
En cuanto a la arqueología de época romana han sido halladas varias galerías romanas Moreno I, II y III en Liaño, de la cuales sólo se conserva la primera (permanece tan sólo constancia documental de las otras dos). Presenta paredes labradas a pico y retocadas, con bóveda de cañ{on de 1,80 m por 9,9 m (en la actualidad el suelo está muy colmatado) y cuatro lucernarios. Otros materiales relacionados con las explotaciones mineras de época romana en las cuevas de la Llosa (Castañera IX) (terra sigilata hispanica, el covacho de Mazo Morín V (cerámica común a torno con barniz negro brillante) y Villanueva (cerámica y una tégula).
También se han localizado elementos de arqueológicos de la Edad Media. Uno de los más importantes se produjo en la cueva de la Castañera I, donde se recuperó una hebilla de bronce hispanovisigoda datada en los siglos VII-VIII. En la mies de San Pedro o de Solía se localizó una necrópolis altomedieval de tumbas de lajas hechas con pizarra y orientadas al Este. Así mismo, se han hallado restos de cerámicas medievales en las cuevas de Morín y de la Piedra, y una campanilla de bronce en la Castañera XII. Por último reseñar la estela de Villaescusa que presenta unas incisiones de compleja interpretación.
En este municipio pueden verse varios ejemplos interesantes de residencias señoriales de la Edad Moderna. Entre ellos se cuentan ejemplos del XVII como la casa de Ceballos del Río en La Concha y El Palacio en Liaño. Numerosas son las erigidas en el XVIII, entre ellas se cuentan en La Concha: la casa de Fernando de Herrera de la Vega y la casa de Francisco del Río Herrera y María de Casuso; en Liaño: la casa de los Liaño (con una inscripción con la fecha 1733-1735) y la casa mandada construir por Pedro Solana y Palacio; y en Villanueva la casa de Castanedo Ceballos o «La Torre».
Abundan en los cuatro núcleos de Villaescusa las casas los siglos XVII al XIX –muchas de ellas adosadas– que reproducen las características de las viviendas populares de las Asturias de Santillana. Presentan el tejado a dos aguas con la cumbre paralela a la fachada y son típicas las solanas de madera, tendidas entre hastiales de sillería que se proyectan a ambos lados de la fachada en forma de cortafuegos. Revisten especial interés aquellas en cuyas fachadas se muestra el entramado de madera y las paredes de ladrillo sin revocar.
Villaescusa cuenta con destacadas construcciones privadas de finales del XIX y principios del siglo XX. Sobresalen la casa que perteneció al doctor Bustillo de Liaño, las casas de los Ruices, en Villanueva y sobre todo la casa levantada en 1882 e integrada en la Finca de Riosequillo de La Concha. Se trata éste de un complejo que incluye una edificación del siglo XVIII al cual se accede a través de portaladas, una de ellas de la Edad Moderna y la otra erigida en este siglo. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985.
En el municipio de Villaescusa se localizan varias construcciones religiosas de interés, entre ellas se cuentan la iglesia parroquial de Villanueva, San Pedro ad Vincula (La Concha), San Juan Bautista (Liaño) y Santa María (Obregón).
La iglesia parroquial de Villanueva es una de las iglesias más antiguas, su origen se remonta a finales del XVI (en el arco triunfal está escrito en año 1600) que cuenta con una portada clasicista. Fue reformada entre 1870 y 1890 y alberga un retablo mayor de mediados del XVIII. San Pedro ad Vincula de La Concha es un edificio del siglo XVII. En la epístola se encuentra un retablo realizado en el último tercio del siglo XVII, similar a trabajos de Juan de Tolnado Herrera, el retablo mayor es neoclásico. San Juan Bautista, de Liaño es un templo del siglo XVI, reformado en 1970; alberga un Cristo del XVII. La parroquial más moderna es la de Santa María de Obregón; es un templo historicista levantado en 1906, con una imagen de la Virgen de Guadalupe.
Otras construcciones religiosas del municipio son: la ermita de San Mamés de Obregón, del siglo XVI, con un retablo del XIX; Santa Ana de Liaño de mediados del XVI, con un retablo del XVIII; la del Carmen de Obregón, del XVII, reformada en 1923, con un retablo mayor de la segunda mitad del XVIII; la de San Saturnino, reconstruida en 1686; la de Riosapero de Villanueva del XIX, reformada en 1970; y la de San Antonio de Obregón, de principios del XX. Por último ocupa un lugar preeminente entre los templos del valle el Santuario de Nuestra Señora de Socabarga, del XVI, reformado en el XVIII y de nuevo en 1951, que alberga la imagen de la patrona la Virgen Inmaculada del XVII.
Las actividades mineras que se desarrollaron en Villaescusa desde finales del siglo XIX hasta el año 1989 han dejado tras de sí un ingente patrimonio industrial de gran interés, compuesto por líneas de ferrocarril, planos inclinados, lavaderos... Entre los elementos conservados se cuentan el trazado íntegro del ferrocarril minero Obregón-Solía-Astillero, proyectado entre 1887 y 1889; el trazado del tren entre Santa Ana-San Salvador, planeado hacia 1900 y perteneciente a Minas Complemento; los restos situados sobre el arroyo de la Teja de la línea lavadero de Liaño-embarcadero de San Salvador inaugurado en 1906; parte del trazado que discurre por el barrio de Socabarga del tranvía aéreo entre Minas Da y Alba y la ría de Astillero, erigido en 1895; el trazado y parte de la estación de carga del plano inclinado (ferrocarril de gran pendiente) entre Mina Complemento y Santa Ana, inaugurado en 1902; el trazado, un túnel y restos de alguna de estación del plano inclinado entre Mina Alicia y el Lavadero de la Compañía San Salvador, inaugurado en 1899; el trazado y los varios cimientos de algunas estaciones de ángulo de la cadena flotante entre Mina Deseada Nova y Santa Ana, construido en 1905 y modificado en 1918; el trazado, un restos de un puente y algunas estaciones de la cadena flotante entre Mina Eureka y el lavadero de San Salvador, planeada en 1889; una chimenea del lavadero de Solía, levantado en 1882; parte de las estructuras del lavadero de Liaño de 1891; buena parte de la planta de concentración de Obregón, con dos trómeles; las bases sobre las que se asentaban los caballetes del canal de conducción de lodos que atravesaba la ría de Solía; las balsas de sedimentación de las marismas (Edillo, Liaño-Solía, Morero y San Salvador), propiedad de la Orconera; la chimenea y la estructura de las naves de Eximisa, empresa activa entre 1956 y 1964 dedicada al proceso de sinterización; y por último la vivienda del director de la sociedad Minas San Salvador, de principios del siglo XX.
También de gran interés es el puente de Solía localizado en una zona de marisma de La Concha, un punto de gran relevancia en las comunicaciones entre Santander, la costa oriental y el camino a Castilla, se considera que hubo un antiguo puente de madera, en el XVI presentaba la configuración actual, cinco arcos apuntados sobre apoyos con tajamares, fábrica de silería, mampostería y rasante alomada. En 1862 se proyectó la carretera de Carriedo a Guarnizo y se levantó un puente 100 m aguas arriba, en 1989 se levantó la variante en uso. En 1997 se redactó un programa de recuperación del arco que permanece en pie. El puente fue incluido en 2003, en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria.
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