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Patrimonio

Jueves, 16 de enero 2020, 12:14

Patrimonio civil

Arnuero cuenta con un importante patrimonio arquitectónico civil que incluye cuatro torres medievales: de Rebollar (Isla), de los Venero (Castillo), Cabrahigo (Isla) y Novales (Isla). La torre de Rebollar se halla en el barrio del Hoyo de Isla. La torre de los Venero de Castillo, fundada por Martín Sánchez del Castillo, declarada Bien de Interés cultural en 1992. La torre de Cabrahigoo del Condestable se alza en el barrio de Gracedo. Se trata de un bloque de mampostería con esquinales de sillería, que se fecha en los siglos XIV-XV. Perteneció a los Velasco, una familia que logró prosperar durante el gobierno de losTrastámara, logrando que uno de sus miembros, Pedro Fernández de Velasco, se hiciera en 1473 con el cargo de condestable de Castilla, puesto que heredarían sus sucesores. En el siglo XVII, se hizo con la fortaleza de Isla, Domingo Herrera de la Concha, pasando posteriormente a manos de los Isla. Fue declarada Bien de Interés cultural en 1992. La torre de los Novales en el barrio del Hoyo, solar de la familia Isla e integrada en un conjunto junto a una capilla dedicada a Santa Bárbara y una casa barroca, cuya construcción fue encargada en 1709 en testamento por Bernardo de Isla a su sobrino Carlos de Isla Venero.

Son varios los ejemplos de arquitectura de la Edad Moderna del municipio, es de destacar en particular el Palacio de los Condes de Isla. Se trata de un complejo integrado por una casa señorial con capilla y torre adosadas. Fue levantado entre 1680 y 1689 por el maestro mayor del arzobispado de Burgos, Francisco del Pontón Setién (asistido por Bernabé de Hazas), para el arzobispo Juan Fernández de Isla, cuyos escudos de armas figuran en la fachada. La capilla está compuesta por una capilla mayor y una nave. La capilla mayor está cubierta por una cúpula de media naranja sobre pechinas, sobre la nave se sitúa el coro, cerrado por una bóveda de medio cañón con lunetos. La finca está cercada por una muralla almenada del siglo XIX. Fue declarado Bien de Interés Cultural en 1991.

En cuanto a la arquitectura decimonónica y de principios del siglo XX, son de reseñar varios bloques individuales, varios conjuntos de viviendas en hilera y edificios públicos como las escuelas de Castillo o las antiguas escuelas de Arnuero.

También son interesantes las construcciones populares como las casas en hilera típicas de Trasmiera o el hospital de peregrinos de San Julián e Isla.

Patrimonio religioso

Arnuero acoge un notable conjunto de edificios religiosos, entre ellos son de destacar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Arnuero), la iglesia de San Pedro (Castillo), la iglesia de San Julián y Santa Basilisa (Isla), la capilla de la Concepción (Isla) y la iglesia de Santa María de la Luz (Soano).

Nuestra Señora de la Asunción de Arnuero es un templo de estilo tardogótico (XV-XVI, el grueso se estima concluido hacia 1537), de una sola nave y tres tramos con capillas laterales abiertas en el crucero a comienzos del XVII. En uno de los laterales se abre la portada flamígera. Alberga uno los mejores retablos renacentistas de Cantabria obra de impronta aragonesa de la tipología «arco de triunfo», trazado hacia 1537 por Gabriel Joly, ejecutado bajo la dirección de Simón de Bueras y concluido con su policromía en 1542. Otras pieza muebles a reseñar son el retablo de la capilla del Rosario, ejecutado entre 1650-1660; el retablo de la Vera Cruz, churrigueresco de hacia 1737; y los retablos tardobarrocos de Santiago y San Bartolomé, construidos hacia 1750. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1993.

San Pedro de Castillo es un templo de una nave de dos tramos con crucero al cual se abren amplias capillas y cabecera poligonal. Se cubre con bóvedas de crucería de diversa traza, salvo la capilla mayor que cierra una bóveda de horno avenerada. Cuenta con una notable portada hispanoflamenca. Fue levantada a partir de una construcción tardorrománica del siglo XIII (un buen número de canecillos fue reaprovechado para rematar los aleros de la nave). El edificio fue reedificado a partir de 1520 y concluido a lo largo del siglo XVI, siendo levantada la torre (1608) y las capillas laterales a comienzos del siglo XVII.

San Julián y Santa Basilisa se yergue sobre un alto, dominando el Casco Histórico de Isla, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Lugar Cultural (Ruta Cultural) en 2004. Este templo se considera uno de los más destacados ejemplos de planta de salón de Cantabria tiene tres naves divididas en cuatro tramos y remate poligonal. El templo se remonta al siglo XVI , siendo reconstruida en 1629 y reedificada entre 1685 y 1690. Esta última obra fue promovida por el arzobispo de Burgos Juan Fernández de Isla y el diseño es obra del maestro mayor del arzobispado, Francisco del Pontón Setién, que intervino junto a Bernabé de Hazas. Cuenta con una portada monumental de cuatro pisos inspirada en los tratados de la época. En su interior atesora una notable serie de obras muebles, entre ellas se cuenta el retablo mayor, realizado a finales del XVII, sobre trazas que se atribuyen a Lorenzo Vélez de Bareyo, Juan Alonso de Viadero o Francisco de Monasterio, con un repertorio escultórico que se considera realizado por Andrés de Monasterio. Otras piezas muebles a reseñar son el retablo de la capilla de San Juan Bautista realizado hacia 1690, el retablo de San Antonio de Padua, sobre un tabernáculo de la primera mitad del XVII. También son de reseñar el púlpito de hierro instalado en 1697, el lucillo tardoclasicista de la capilla de la Concepción y San Juan Bautista y las dos rejas que cierran este espacio. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 2002. Junto a este templo se alza el hospital de peregrinos de San Julián, cuyo origen se remonta al siglo XVI, siendo reconstruido hacia 1695, tras la erección de la iglesia.

Iglesia de San Julián y Santa Basilisa, en Isla.

La capilla de la Concepción del barrio de Quejo en Isla. Se trata éste de un edificio adosado al colegio de Isla, fundado por las Carmelitas de la Caridad a finales del siglo XIX. Presenta una nave que combina cubiertas clasicistas (media naranja sobre pechinas en la capilla mayor) y góticas. Fue construido hacia 1740 a instancias de Juan Fernández de Isla y Alvear sobre un proyecto de Marcos de Vierna Pellón.

Santa María de la Luz de Soano es un templo de dos naves cubiertas por bóvedas de crucería. La torre se fecha en 1600, estimándose que la iglesia hubo de concluirse poco antes. En la cabecera se aloja un retablo romanista.

Otros edificios religiosos de interés de Arnuero son la ermita de San Juan (Castillo), documentada desde el siglo IX y reedificada en 1608; la ermita de San Roque y San Sebastián, documentada en 1603; la ermita de San Cosme y San Damián (Arnuero), documentada desde el año 1135, reedificada hacia 1640 y cubierta en 1743, con un retablo realizado hacia 1709 por Pedro del Valle sobre trazas de martín Antonio de Trujeda; la ermita de San Roque (Arnuero), documentada desde 1617, con un retablo realizado hacia 1793; la ermita de San Martín (Isla), reconstruida hacia 1694; la ermita de San Sebastián (Isla), documentada hacia 1694, con un retablo romanistala; la ermita de San Roque (Isla), documentada desde el año 1731; y la ermita de San Pantaleón (Castillo). Por último reseñar el humilladero del sitio de las Ánimas, en el barrio de los Corrales.

Patrimonio industrial

Del conjunto de molinos de marea que a lo largo de la edad moderna se alzaran sobre las numerosas ensenadas de las rías de Ajo y Quejo sobreviven los restos de una decena, siendo los más completos el de Santolaja, reconstruido en 2003, y el de Castellanos, que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1988. El molino de Castellanos fue construido a instancias de Juan de Isla y proyectado en 1753 por Juan de la Peña Láinz. El molino de Santolaja aparece documentado por primera vez el 13 de mayo de 1639. En 1695, se acordó su demolición y reconstrucción, siendo las condiciones de construcción redactadas por Francisco del Pontón Setién, maestro mayor de obras del arzobispado de Burgos y Francisco de la Cabada, vecinos de Galizano y Pontejos. Dos años después, en 1697, se remató la obra a un consorcio de diez canteros vecinos de Hazas, encabezados por Luis de Ajo.

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