Patrimonio

Los yacimientos más destacados de Entrambasaguas se encuentran en la cueva de Cuesta de la Encina (con tres bocas denominadas simplemente A, B y C) y la cueva de los Murciélagos, ambos en la localidad de Navajeda y descubiertos en los años setenta. Ambas guardan, entre otros elementos de interés, niveles intactos de la Prehistoria Reciente y una serie de testimonios de arte parietal paleolítico en Cuesta de la Encina cosiste en un panel de grabados gruesos de motivos lineales, entre ellos una gran aspa.

Por otro lado, es de señalar que sobre la cima del Pico Mizmaya de Entrambasaguas se han reconocido los restos de un castro cántabro (en el mismo emplazamiento se hayan vestigios medievales). Se trata de una serie de restos de murallas con una puerta a una torre o bastión. En Hoznayo se localizan los restos del poblado de Cueto Marín.

Arquitectura civil. Las numerosas y sobresalientes residencias señoriales levantadas a lo largo de la Edad Moderna en cada uno de sus núcleos de población constituyen las manifestaciones artísticas más singulares de este municipio. En Hoznayo se encuentran el palacio de los Acebedo, declarado Bien de Interés Cultural en 1979. Se encuentra en Término, en la localidad de Hoznayo y su construcción fue encomendada por el arzobispo de Burgos Fernando de Acebedo. Se trata de uno de los conjuntos palaciegos más destacados de Cantabria. Su origen se remonta a una torre familiar levantada en el siglo XVI a la cual se añadieron varios bloques. En 1613 se contrató la construcción de una capilla funeraria, bajo la advocación de San Juan, y una teatral fachada principal. Presenta ésta un cuerpo central de dos alturas flanquedo por dos torres de tres pisos, sólo decorada con las pilastras cajeadas destinadas a articular el cuerpo central. En los muros de la capilla, con planta de cruz latina, se abren cuatro arcos ciegos que alojaban las estatuas orantes de Juan Bautista, Fernando, Francisco González y Francisco de Acebedo, realizadas en 1617, en mármol, por el escultor soriano Gabriel de Pinedo (en la actualidad se encuentran en el Palacio de los Hornillos de Las Fraguas, Arenas de Iguña). La autoría de este palacio sigue siendo controvertida, se atribuye al arquitecto Juan de Naveda, Veedor de obras del Obispado de Burgos y conocedor de los edificios que entoces se levantaban en El Escorial, Valladolid y Lerma. No obstante, también se baraja la posibilidad de que fuera su autor el arquitecto Juan Gómez de Mora, a quien Fernando de Acebedo, entonces Presidente del Consejo de Castilla, había encargado la Plaza Mayor de Madrid (1617-1619). En favor de esta tesis también obra el parecido de la fachada de Hoznayo con la del palacio de Medinaceli (1623), trazada por Gómez de Mora. El Palacio de los Acebedos fue declarado Bien de Interés Cultural en 1979 y las estatuas orantes Bien de Interés Cultural con la categoría de Mueble en el año 2003.

Otro edificio singular de Hoznayo es la casa y la capilla de los condes de Torrehermosa, edificado en la segunda mitad del siglo XVII a instancias de Juan de Acebedo. La construcción de la capilla fue concertada en 1681 y ésta se acometió según trazas de Francisco del Monte, Pedro de la Serna Campo, José de la Torre, Vernardo de la Lastra y José de la Haza Peredo. Custodia un retablo churrigueresco ejecutado hacia 1720, a instancias de Manuel Antonio Acebedo Ibáñez y Riva Herrera, casado con Ana de Hermosa, de quien hereda el título condal. A comienzos del siglo XIX, Gaspar Zunzunegui compra las casas del conde de Torrehermosa de Trasmiera y transforma esta de Hoznayo en escuela, encomendándola a las Hijas de San Vicente de Paúl.

Del conjunto de residencias señoriales edificadas en los siglos XVII y XVIII en la localidad de Entrambasaguas cabe destacar la llamada casa de Villar, también llamada palacio de los Fernández de Velasco, declarado Bien de Interés Cultural en 1985, un conjunto compuesto por dos casas unidas por el esquinal, la primera de finales del XVII y la segunda levantada entre 1745 y 1764 sobre un proyecto atribuido a José de Mazas, con la capilla adosada de Nuestra Señora del Carmen, abierta en 1772; el palacio de Hoyas, concluido en 1788, similar a otros bloques contemporáneos levantados en El Ferrol y atribuido a Francisco y Juan Solinís, arquitectos de la Marina. También de interés es el palacio de Pezuela, presenta una típica portalada de grandes dimensiones con tres escudos y torre. Se asienta sobre una construcción del siglo XVII, mandada remodelar por Juan Manuel de la Pezuela y María Muñoz a raíz del enlace de ambos en 1727. Otros edificios reseñables de esta población son el palacio de Arenas del barrio Elechino, uno de los más antiguos del municipio, levantado a finales del XVI; y el palacio de Hoyas, terminado en 1788, con un escudo de Santiago Muñoz de Velasco Isla, Jefe de Escuadra. El Palacio de los Fernández de Velasco fue declarado Bien de Interés Cultural en 1984.

Otros ejemplos de casona edificadas en la Edad Moderna en este municipio son la casona de Manuel Cobo de la Torre, en Navajeda, realizada en la segunda mitad del siglo XVIII atribuida al maestro de cantería Andrés Julián de Mazarrasa; los restos de la casa y capilla de Navarro Vereterra, en Puente Agüerosobre modelos del siglo XVII; y la casa mandada construir por Martín de Carasa en 1680 al maestro de cantería Juan de Lastra.

En cuanto a la arquitectura decimonónica en Hoznayo puede contemplarse un excepcional ejemplo de arquitectura para el ocio burgués. Se trata de la Fuente del Francés, una edificación que llegó a ser un importante balneario de aguas termales en el siglo XIX cuya actividad continuó hasta la Guerra Civil española. Con una arquitectura ecléctica, se realizaron las obras necesarias para los tratamientos hidroterapéuticos e infraestructura hotelera, modificando la fisonomía del paisaje y la actividad socioeconómica de la zona. El edificio contaba con dos alturas con predominio de las galerías. Hacia 1980 esta explotación abandonó sus recursos acuíferos, lo que sumió a esta construcción en el olvido. Las instalaciones del antiguo balneario fueron inventariadas en 2001.

También son ejemplo de arquitectura de aquel tiempo la vivienda de Pedro de la Torriente, fechada en 1856; las escuelas de Navajeda, donadas por el marqués de Valdecilla a comienzos del siglo XX; la casas consistoriales de Entrambasaguas, edificadas entre el XIX y el XX.

El municipio cuenta con abundantes muestras de los siglos XVI y XVII en Entrambasaguas como las iglesias de San Vicente Mártir (Entrambasaguas), San Juan (El Bosque), Santa Juliana (Hornedo), San Mamés (Navajeda) y Santa Marina (Santa Marina) y La Asunción (Hoznayo).

San Vicente Mártir de Entrambasaguas es un edificio de grandes dimensiones de planta de cruz latina con cabecera ochavada, coro alto y torre a los pies, toda ella con cubiertas de crucería. Comenzó a construir a finales del siglo XVI. Fue reformado en el XVII y sus cubiertas vueltas a hacer a lo largo del XVIII, la que cierra la capilla mayor es obra de Juan de la Torre. El campanario (1635) lleva la firma de Juan del Arroyo. La portada, bajo arcada de medio punto, típica del barroco clasicista. En el crucero se abren las capillas de Nuestra Señora de las Angustias, en el lado del Epístola, y de Nuestra Señora del Rosario, en el lado del Evangelio, contratada en 1688 y levantada sobre planos de Francisco del Pontón Setién. Alberga un interesante retablo mayor neoclásico, coronado por un calvario del XVII y completo con tallas ejecutadas a finales del XVIII.

San Juan de El Bosque es un templo de estilo gótico con decoración hispanoflamenca de una nave de dos tramos con capilla mayor rectangular. Su construcción se inició en la segunda mitad del siglo XV, el cuerpo de nave y la torre fueron contratados en 1624 al maestro de cantería Bartolomé de Villaelriego de labrar la crucería se encargó Agustín del Hoyo Venero.

Santa Juliana de Hornedo es una construcción cuyo origen se remonta al siglo XVII, siendo primero levantada la capilla mayor, contratada en 1636 a Francisco de Lastra y Francisco de Padierne, y medio siglo después el cuerpo de la nave, contratado en 1687 a Francisco Quero Fernández. Fue modificada en el XVIII y la cabecera reconstruida para albergar el nuevo retablo mayor, pieza de estilo neoclásico.

San Mamés de Navajeda presenta planta de salón. Sigue trazas del siglo XVI, atribuidas a maestros de Siete Villas y fue edificada a lo largo del siglo XVII. A comienzos del siglo XIX, a raíz del incendio de Nuestra Señora de los Llanos en 1825 se levantó una capilla con planta cuadrada y cúpula con forma de elipse pintada, obra de Miguel de Pozas, con un retablo neoclásico que sigue trazas de Bonifacio del Cagigal y Manuel de Villar. La iglesia custodia un retablo mayor contratado al maestro ensamblador Juan Martínez de Cantilleras en 1664, que a pesar de lo tardío de su fecha sigue modelos manieristas.

Santa Marina, ubicada en la localidad homónima, es una edificación que se inició en el siglo XV, fecha a la que corresponde su cabecera que, posteriormente, fue convertida en capilla lateral en el XVI. Presenta numerosos elementos antiguos como el acceso por escalinata exterior o los remates apuntados del campanario.

La Asunción de Hoznayo un edificio del XVI de tradición tardogótica de planta de salón concluido hacia 1620-1630. Custodia un interesante retablo fechado hacia 1630-1640 y cuyas trazas se atribuyen a Rodrigo de los Corrales que enlaza pautas manieristas y barrocas; en la ejecución del repertorio escultórico se considera posible la participación de Juan de Pobes.

También de interés son la ermita de San Miguel de Elechino, datada entre el siglo XV y el XVI, de tradición gótica, con una interesante imaginería en el retablo de su capilla mayor del finales del XVI, de estilo renacentista; y la ermita de San Antonio, también en Entrambasaguas, de finales del XVI.