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Jueves, 16 de enero 2020, 12:32
Entre Liérganes y Medio Cudeyo se encuentran los restos de dos castros cántabros: Castilnegro y Peñarrubia. Castilnegro fue localizado en 1997, su emplazamiento, en las proximidades de la bahía de Santander, arroja dudas sobre la teoría que afirmaba que los cántabros poblaban principalmente los territorios de interior. Se extiende por una superficie de 6 hectáreas sobre una cima 457 m de altitud, en el sector central de Peña Cabarga, junto a la vía tradicional que atravesaba este macizo. Consta de tres líneas concéntricas de muralla, de unos seis metros de anchura, en las zonas norte, este y oeste, y de otras dos líneas de muralla que cierran el paso natural hacia las Hoyas de Pámanes. Se han documentado también cuatro puertas de entrada en esta estructura defensiva bien conservada y levantada a base de hiladas de caliza y dolomía. Ha proporcionado abundante materiales arqueológicos, entre ellos, numerosos fragmentos de cerámica a mano, piezas de molienda, restos de un horno y de un crisol de fundición, así como piezas de bronce y de hierro, éstas últimas han confirmado su atribución a la Segunda Edad de Hierro.
Los restos del castro de Peñarrubia, se extienden por un área de superficie a 222 m de altitud, al sudoeste del Pico Llen (Peña Cabarga), sobre las localidades de Tarriba (Liérganes) y San Vítores (Medio Cudeyo). Fue descubierto en 1999 en el transcurso de los trabajos de excavación desarrollados en Castilnegro. Ha conservado una línea de muralla ubicada y ha proporcionado numerosas piezas enterradas y en superficie, entre ellos fragmentos de molino de mano de arenisca y cerámica elaborada a mano.
En los distintos núcleos de población de Liérganes se alternan casonas y residencias señoriales, viviendas populares aisladas y en hilera y construcciones decimonónicas de gran interés. Entre los edificios singulares se cuentan dos de los palacios más destacados de la comunidad autónoma: Elsedo y La Rañada (casa de Juan de la Cuesta Mercadillo), así como uno de los monumentos más emblemáticos de la región: La Cruz de Rubalcaba. La entidad de población de Liérganes fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de conjunto histórico en 1999, merced al conjunto de edificaciones de valor que atesora.
Son varios los edificios renacentistas de interés del municipio. Entre ellos destaca la casa de Setién, fechada en el año 1565 y situada en Liérganes. El elemento más singular de esta construcción, que sigue los parámetros de la arquitectura burgalesa del momento, es una ventana plateresca enmarcada por esbeltas columnas apoyadas en ménsulas sobre la cual se sitúa un escudo de armas. La cartela de la ventana incluye una inscripción alusiva a la Inquisición «Fides Verictas». Se considera que fue mandada edificar por Fernando de Setién y Francisca de Rañada. Otros ejemplos constructivos de la misma época son la casa del Intendente Riaño, de La Costera, edificado a finales del XVI, principios del XVI, con un escudo del XVIII; la casa de Juan Abad de Rubalcaba de Liérganes, erigida en 1590; el conjunto de casas situadas junto a La Encina, en el barrio de Calgar; las casas de la familia de la Vega, en el barrio de Elsedo de Pámanes; y la casa del linaje de Hoz, en La Herrán, también en Pámanes.
El paso al clasicismo está marcado en Liérganes por la casa del Ángel en Los Prados y la casa de Langre. La primera perteneció a Lucas de Hermosa Alvear y Mariana de Matienzo y Arredondo y fue edificada hacia 1630-1640. Se encuentra adosada a una capilla dedicada al Santo Ángel de la Guarda, que aloja las estatuas funerarias de los fundadores. La casa de Langre está situada en el barrio de Mercadillo. Una inscripción la fecha en el año 1650, presenta una fachada plenamente ordenada con regularidad. Contemporánea a estos dos bloques es la casa de Rañada Rubalcaba, mandada edificar en 1664 por García de la Rañada Rubalcaba, familiar y notario de la Inquisición en Navarra.
El periodo de transición del XVII al XVIII, en que se generaliza el lenguaje barroco en Cantabria está bien representado en las construcciones de Liérganes. Entre los edificios incluidos en este grupo se cuenta la casa de los Cañones, mandada hacer por Domingo de la Cantolla Miera, Secretario de la Inquisición General. El edificio recoge las propuestas de la arquitectura madrileña del siglo XVII, en concreto el uso del almohadillado en la portada. Su diseño fue realizado en la capital en 1702 y la edificación ejecutada entre 1714 y 1716. De esta época y también relacionada con el barroco madrileño es la casa de Juan de la Cuesta Mercadillo, en La Rañada, también conocido como 'Palacio de la Rañada', declarado Bien de Interés Cultural en 1994. Con una planta en U relacionada con la antigua tipología medieval del palatium. Presenta un cuerpo central en el cual se abren tres arcos carpaneles y dos alas que conforman el patio, una destinada a habitación y la otra compuesta por la capilla. En un reloj de sol de la casa se puede leer la fecha 1718 y en la capilla, el año 1725. Ésta custodia un retablo ejecutado por el maestro Manuel del Mazo, contratado en 1722 y presidido por una imagen de la Virgen de Guadalupe, traída de México por Juan de la Cuesta. Cierra el patio una portalada atribuida a un arquitecto distinto del de la casa.
También hay que señalar la emblemática casa de Miera-Rubalcaba, situada en el lugar que ocupara el solar de los Rubalcaba desde el siglo XIV. El bloque fue reformado a principios del siglo XVIII y ostenta un gran escudo de armas. En un esquinal de la finca se encuentra la popular cruz de Rubalcaba, con un escudo que incluye las armas de Miera, Rubalcaba, Velasco, Rica y Agüero, flanqueado por dos tenantes. Realizada en el año 1717, fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994. En esta localidad también se puede ver una serie de interesantes viviendas en hilera de la segunda mitad del XVII, principios del XVIII.
Uno de los más sobresalientes edificios del XVIII de Liérganes es el palacio de los Condes de Torrehermosa, conocido como palacio de Elsedo, situado en Pámanes y declarado Bien de Interés Cultural en 1983. La ejecución de la obra fue impulsada por el noble y hombre de negocios Francisco de Hermosa y Revilla. Comenzó a construirse hacia 1710 y las obras fueron dirigidas por el maestro de cantería Francisco de Agüero. Los trabajos consistieron en la modernización de la antigua torre familiar y la erección de las nuevas fachada, capilla, torre monumental, caballerizas y una corralada con su portalada. La fachada presenta un pórtico columnado de orden toscano sobre el cual se abren dos ventanas con orejeras. Este cuerpo se une a la nueva e imponente torre, de planta octogonal y cuatro alturas señaladas por impostas, rematada por pináculos y gárgolas y decorada con los escudos de armas de la familia Hermosa. La capilla adyacente en la cual se ha señalado la intervención conjunta de Bernabé de Hazas y fray Pedro Martínez de Cardeña es una estancia de planta de cruz latina y cabecera poligonal, cubierta con bóvedas de crucería estrellada –una de ellas calada– tendidas entre arcos bícromos. Este juego de color también está presente en el paramento de sillería almohadillada de los muros exteriores, que arrancan de la portada, profusamente adornada y con forma de arco triunfal; en la parte superior acoge tres hornacinas con las imágenes de La Asunción, San Franciso y San Agustín. En su interior albergaba un retablo mayor, ejecutado en 1715, con imágenes atribuidas al escultor Tomás de Sierra, y dos colaterales tallados entre 1717 y 1718, obra de Juan de la Puente. En 1946, este conjunto de retablos fue trasladado al colegio de los Padres Escolapios de Villacarriedo. En la actualidad, el palacio alberga una importante colección de obras de arte español contemporáneo repartidas por sus distintas estancias que incluyen trabajos de, entre otros, María Blanchard, Pancho Cossío, Daniel Vázquez Díaz, José Gutiérrez Solana, Manuel Millares, Jorge Oteiza y Antoni Tàpies.
Situada en el mismo Pámanes y contemporánea del palacio de Elsedo es la casa de José Antonio de la Vega, denominada también casa de Quintanilla. Situada en el barrio Monasterio, fue mandada erigir en 1716 y remodelada en el XIX. Destaca su bella portalada, considerada una de las mejores de la región e inventariada en 2002.
En cuanto a la arquitectura decimonónica es de destacar el conjunto de edificios del complejo balneario surgido a mediados del XIX en torno al manantial de la Fuente Santa –cuyas propiedades terapéuticas eran utilizadas por los habitantes de la zona desde el siglo XVII–. En la actualidad los establecimientos hosteleros y terapéuticos que pueden verse son producto de sucesivas reformas y ampliaciones. A 1844 se remontan las obras mas antiguas del balneario, reformado en 1890. La parte central del Gran Hotel data de 1879; en 1925 fue reformado por Gonzalo Bringas Vega y en la década de los sesenta, objeto de una ampliación. De los otros recintos hoteleros son de reseñar el Hotel Santanderina, transformado en 'La Posada del Sauce'; El Hotel, Restaurante y Café Suizo-Hotel Central y la casa de huéspedes 'La Invencible', reconvertidos en viviendas particulares; el Hotel El Cantábrico, remodelado por el arquitecto Fernando Cabrillo y Vázquez en 1946; y el Hotel Continental, de estilo racionalista, proyectado por el arquitecto Deogracias Mariano Lastra.
También reviste interés la serie de residencias particulares del XIX de Liérganes. algunas de ellas presentan llamativas plantas y elementos ornamentales. Entre ellas se cuenta El Retiro, construida en 1872 sobre un proyecto de Lorenzo Rojí. De inspiración palladiana, sus estancias se distribuyen en torno a un salón circular cubierto por una cúpula chapada que garantiza una iluminación cenital. Presenta un pórtico columnado apoyado sobre un alto basamento, que sostiene un frontón decorado con símbolos de raíz masona. También de interés es la casa de Cacho en Mercadillo atribuida a Atilano Rodríguez Collado y levantada hacia 1890, con una singular torre-mirador recubierta de azulejos de raigambre neoárabe. En Pámanes se puede ver el chalet de Santiago Quintanilla, de finales del XIX, que reúne elementos propios de la arquitectura de indianos. Por último hay que destacar la casa de La Encina, en el barrio de Calgar, un llamativo bloque de sillería con una inscripción que la fecha en el año 1886.
Liérganes también cuenta con varios ejemplos de arquitectura escolar y pública del XIX, comienzos del XX. Son de destacar el Colegio de Niñas del barrio de Mercadillo, construido hacia 1870 y regentado en un principio por las Hijas de la Cruz; las escuelas de niños de La Costera y Mercadillo, también de la década de los 70-80 del siglo XIX, ambas con un frontón clásico en el acceso; y las escuelas de Pámanes, un bloque edificado entre 1910 y 1913 que aúna clasicismo y regionalismo. Por último es de reseñar la antigua casa consistorial, un bloque de 1928 proyectado por el arquitecto Eloy Martínez del Valle.
En cuanto a arquitectura privada contemporánea, Liérganes cuenta con dos importantes ejemplos: la Casa Martínez (1964), emplazada en el barrio de Sotorrío y realizada sobre un proyecto de los arquitectos Genaro Alas y Pedro Casariego, y la Casa de la Lluvia (1978/82) en La Hermosa. Abierta como una U en la ladera de un monte, se trata de una de las obras primerizas del arquitecto Juan Navarro Baldeweg, autor de edificios emblemáticos como el Museo de Altamira (2001) y el Palacio de Congresos de Salamanca (1992).
En Liérganes se encuentran varios edificios religiosos de interés, entre ellos se cuentan las parroquiales de San Lorenzo (Pámanes), San Pedro ad Vincula (barrio de La Iglesia, Liérganes) y San Sebastián (barrio de Mercadillo, Liérganes).
San Lorenzo de Pámanes se alza en el lugar que ocupara un monasterio en el siglo XII. Históricamente dependiente de la colegial de los Cuerpos Santos de Santander, fue proyectada como un templo de una nave y terminó siendo una iglesia columnaria con una nave central y dos estrechas naves laterales. Comenzó a edificarse en el siglo XVI –fechas en las cuales fue concluida la portada de estilo gótico flamígero, coronada por un añadido clasicista en 1655– y fue concluida a lo largo del siglo XVII –la cabecera y la capilla mayor fueron levantadas entre 1592 y 1623, siendo dirigidas por el maestro de cantería Juan de San Juan– En la cabecera aloja un retablo mayor labrado entre 1704 y 1708 por Hemenegildo de la Lastra y Lorenzo Vélez de Bareyo, a quien se atribuyen las trazas. En el siglo XVIII se levantaron las capillas de la Soledad, en el lado de la epístola, y de Nuestra Señora del Rosario, en el lado del evangelio, ambas inspiradas estilísticamente en la capilla funeraria del palacio de los condes de Torrehermosa (palacio de Elsedo). Entre 1717 y 1719, se gestionó la obra de la capilla de la Soledad. Presenta planta cuadrada y está cubierta por una cúpula decorada con frescos; en las pechinas se colocó en 1776 una serie de relieves sobre la vida de la Virgen. Acoge un retablo churrigueresco que sigue los modelos de Tomás de Sierra. La capilla de Nuestra Señora del Rosario fue construida entre 1734 y 1736. De planta cuadrangular, está cubierta por una cúpula de crucería estrellada policromada. Fue inventariada en 2001.
San Pedro ad Vincula de Liérganes es un templo del tipo de planta de salón –tres naves de la misma altura, dividas por columnas y cubiertas por bóvedas de crucería–. Fue comenzado a finales del XVI y concluido a lo largo del XVII (las naves fueron terminadas en 1627, 1629 y 1630, el coro). Las trazas se atribuyen a Bartolomé de Hermosa, que empezó a edificarlo en 1591 ayudado por García Sanz Barquinero. En su exterior presenta una portada de orden dórico inspirada en los tratados de Serlio. Alberga un retablo mayor ejecutado por Tirso de la Cidre y Francisco de la Torre hacia 1660-1670, que toma por modelo el de Santa María de Tordesillas de Pedro de la Torre, basado en los planteamientos de Vignola. Los retablos colaterales, dedicados a San Agustín (después a la Virgen del Rosario) y Santiago, fueron realizados en el siglo XVIII, dentro del barroco churrigueresco y su diseño se atribuye a Vicente Ortiz de Arnuero. Es de interés el cementerio situado fuera de esta iglesia, que alberga varios panteones de estilo gótico y ecléctico. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994.
San Sebastián del barrio de Mercadillo, se considera iniciada en el siglo XIV con dos naves, y ampliado a tres a finales del XV, incorporando modos constructivos de Burgos. En aquellas fechas fue también edificada la torre, situada a los pies del templo. El conjunto fue reformado en el año 1919.
Son varios los santuarios y ermitas de interés de Liérganes, entre ellas se cuentan la ermita del Santo Cristo del Humilladero (barrio de La Rañada), la ermita de San Vicente de los Campos, la ermita de Santa María de la Blanca (Rubalcaba), la ermita de San Juan Bautista (Los Prados), la capilla del Carmen y San Antonio Abad (Mercadillo) y la capilla de San José (La Vega).
La ermita del Santo Cristo del Humilladero en el barrio de La Rañada, es un ejemplo de templo de estilo clasicista construido a finales del siglo XVI. En el XVIII se le añadieron los contrafuertes exteriores y en los años siguientes a la Guerra Civil fue sometido a una profunda reforma. En su interior conserva un Cristo crucificado de grandes dimensiones incorporado en el siglo XIX por la orden franciscana que acabó por dar nombre a la ermita. La ermita de San Vicente de los Campos, fue comenzada a comienzos del XVII, concluida hacia 1630 y reparada en 1856.
La ermita de Santa María de la Blanca de Rubalcaba, está documentada desde 1595, si bien la construcción del cuerpo central del edificio actual comienza hacia 1690. Se trata de un bloque de una sola nave cubierta por una bóveda de medio cañón con lunetos, crucero y dos capillas con bóveda de crucería estrellada abiertas al crucero. Destaca la fachada realizada en piedra de sillería y fechada en 1739. La ermita de San Juan Bautista de Los Prados, fue edificada a mediados del siglo XVIII, se trata de un sencillo bloque de una nave, restaurado en 1935.
La capilla del Carmen y San Antonio Abad, adosada en un principio a la 'casa de los cañones' fue demolida en el siglo XIX, trasladada a otro extremo de la finca, unida a la capilla de San Francisco de la familia Heras y Miera –que entonces se encontraba en estado de abandono– y situada junto al recién fundado colegio de niñas. El santuario alberga un retablo, sin dorar ni pintar ejecutado en 1727 por los maestros ensambladores Juan de Hermosa y Julián de la Torriente. En la pieza se incluye una serie de tondos pintados. La capilla de San José (1882), del barrio de la Vega, ejemplo de arquitectura religiosa decimonónica, de planta de cruz griega, atribuida a Lorenzo Rojí y levantada para José María Lavín Cabello, canónigo doctoral de Santiago de Compostela,con el propósito de albergar una reliquia de Santiago.
En cuanto a la arquitectura religiosa contemporánea es de destacar el convento de Madres Cistercienses de Los Prados obra del arquitecto Luis de la Fuente, que fue edificado edificado en 1987.
El municipio de Liérganes atesora varias obras de ingeniería de la Edad Moderna de interés. De ellas sobresalen los dos puentes tendidos sobre el Miera en Rubalcaba y Liérganes. El primero, datado en la segunda mitad del siglo XVII y situado en la localidad homónima, forma un conjunto junto a una ermita y un molino harinero. El segundo, también llamado puente mayor, se alza en el emplazamiento de otro medieval y fue trazado 1587 por Bartolomé de Hermosa, maestro de cantería que se encargó de su construcción, finalizada hacia 1606.
Otros puentes venerables de este municipio son el de Los Prados, documentado en 1588 como el «pontón grande», reparado en el XIX y hoy cubierto por un tablero de hormigón; el puente que salva el arroyo del Viduro de La Rañada, reparado a mediados del siglo XVIII. Por último reseñar el puente de la estación en el barrio de Sotorrío, edificado a comienzos del siglo XX, si bien sigue un modelo propio del siglo XIX.
También en Liérganes se pueden ver varias estructuras de molienda preindustriales erigidos en la Edad Moderna y en el siglo XIX. Entre ellas se cuentan dos molinos asociados a la casa del Ángel de Los Prados. El mercadillo destaca el molino del Puente Mayor, construido en 1667 por orden de Diego de la Rañada Rubalcaba, secretario de la Inquisición. En Calgar se puede ver la presa del molino de Regolgo levantada entre 1798 y 1799, para Juan Antonio de la Cantolla. Sigue el tipo de presa de arco con contrafuertes, popularizada por Pedro Bernardo Villarreal de Berriz en un texto publicado en 1736.
La línea de ferrocarril de vía estrecha entre Santander y Solares fue inaugurada en 1892, posteriormente, con el propósito de dar servicio al balneario de la Fuente Santa, se prolongó hasta Liérganes. La estación de tren construida al efecto en 1913 sigue el modelo de otras paradas erigidas en la época: planta rectangular, marquesinas férreas y pronunciada cumbre, tipo acuñado por el ingeniero Valentín Gorbeña.
El Palacio de Elsedo de Pámanes custodia la colección de arte contemporáneo reunida por José Luis Santos (1927-1973). Está compuesta por más de un centenar de piezas de autores españoles o vinculados a España, distribuidas entre el jardín y diversas estancias de la residencia, también llamada palacio de los condes de Torrehermosa. En 2004, se abandonó la clásica división que agrupaba las obras acudiendo a criterios cronológicos y estilísticos, en favor de una ordenación que atiende a afinidades temáticas.
La visita comienza en el exterior donde se ha habilitado una sección de Escultura con piezas de, entre otros, Jorge Oteiza (1908-2003), Miguel Berrocal (1933), Jesús Otero (1908-1994) o Pablo Serrano (1908-1985). Ya en el interior sirve de introducción la sección Naturaleza muerta, objeto, vida real, dividida en tres compartimentos. La sala I presenta trabajos de Nicanor Piñole (1878-1978), Daniel Vázquez Díaz (1882-1969), Menchu Gal (1919), Pancho Cossío (1894-1970), Francisco Bores (1898-1972), Hipólito Hidalgo de Caviedes (1902-1994) o Ramón Calderón (1932-2004); la sala II de Rafael Barradas (1890–1929), Joaquín Peinado (1898-1975), Eduardo Chicharro (1905-1964), Julio de Pablo (1917), Juan Barjola (1919), Francisco San José (1919), Fernando Calderón (1928-2003), Cristóbal Toral (1940) o Josep María Subirachs (1927); y la sala III de Francisco Iturrino (1864-1929), Juan de Echevarría (1875-1931), Valentín de Zubiaurre (1879-1963), Ramón de Zubiaurre (1882-1969), Olga Sacharoff (1889-1969), Pablo Serrano (1908-1985), Antonio Quirós (1912-1984), Manuel Viola (1916-1987), Joan Vilacasas (1920), Gustavo Torner (1925), Manuel Rivera (1927-1995), Lucio Muñoz (1929-1998), Cristino de Vera (1931), Onésimo Iglesias Anciones (1938-2002) y José María Yturralde (1942).
A este apartado le sigue el llamado Historia, memoria y sociedad, también dividido en tres espacios. La sala I exhibe piezas de Darío de Regoyos (1857-1913), Ricardo Baroja (1871-1953), Óscar Domínguez (1906-1957) y Francisco Farreras (1927); la sala II de Casimiro Sainz (1853-1898), Ricard Canals (1876-1931), Ramón Casas (1866-1932), Manolo Hugué (1872-1945), María Blanchard (1881-1932), Antonio Saura (1930-2002), Alfonso Fraile (1930-1988) y Juan Haro (1932); la sala III de Joaquín Sorolla (1863-1923), Ignacio Zuloaga (1870-1945), Pablo Picasso (1881-1973), José Gutiérrez Solana (1884-1945), Joan Miró (1893-1983), Alberto Sánchez (1895-1962), Antonio Quirós (1912-1984), Joan Josep Tharrats (1918-2001), Martín Chirino (1925), Gerardo Rueda (1926-1996), Manuel Millares (1926-1972) o Darío Villalba (1939)
El recorrido continúa por la planta noble del edificio, comenzando por la sección Paisaje, materia, entorno divida en tres bloques. La sala I ofrece creaciones de Gregorio Prieto (1900-1992), Eduardo Vicente (1909-1968), Cirilo Martínez Novillo (1921), Agustín Redondela (1922) o Pascual Palacios Tardez (1922); la sala II de Agustín Riancho (1841-1929), Joaquim Mir (1873-1940), Miquel Villà (1901-1988), Francisco Arias (1911-1977), Francisco Lozano (1912-1999), Pablo Palazuelo (1916), Martín Sáez (1923-1989) José María de Labra (1925-1994), Marcel Martí (1925) o Ángel Orcajo (1934); y la sala III de Manuel Salces (1861-1932), Isidre Nonell (1873-1911), Benjamín Palencia (1894-1980), Antoni Clavé (1913), Álvaro Delgado (1922), Antoni Tàpies (1923), Fernando Zóbel (1924-1984) o Manuel Raba (1928-1983),
La muestra de arte contemporáneo concluye en el apartado Desnudo, acción, cuerpo, que ocupa dos espacios. La sala I presenta trabajos de Joaquim Sunyer (1874-1956), Luis García Ochoa (1920), Enrique Gran (1928-1999), Eduardo Sanz (1928), José Iranzo (1931) o Agustín Celis (1932); y la sala II de Rafael Zabaleta (1907-1960), Modest Cuixart (1925), Rafael Canogar (1935) o Francisco Cortijo (1936-1996).
La visita finaliza en la Capilla y la sacristía, que custodia diversas obras de Arte religioso gótico, renacentista y barroco. Entre ellas destacan dos grupos de estatuas orantes que representan a los miembros de la familia comitente del palacio; en el lado del Evangelio se pueden ver al conde Francisco Antonio de Hermosa y su hija Ana Antonia de Hermosa Núñez de Prado y en el de la Epístola a Agustín de Hermosa y Revilla, hermano de Francisco, y Joaquín de Hermosa, hijo del conde. El altar está ocupado por un retablo del siglo XVIII con imágenes góticas de la virgen y el niño de principios del XIV. En el presbiterio se conservan también las dos partes de una anunciación del siglo XVII y en el lado de la epístola un díptico de San Remo y San Blas de 1533. La Sacristía acoge diversas imágenes del XVI y XVII, así como una cajonería del XVIII.
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