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Etnografía y folclore

Jueves, 16 de enero 2020, 12:42

Los cañones de La Cavada. El origen de esta fábrica está ligado al de la factoría de Liérganes. A partir de 1634 Jorge de Blande, natural de Luxemburgo y que sustituye a Jean Curtius al frente de la fábrica de Liérganes, creó dos nuevos hornos en La Cavada destinados a la fundición de cañones y munición y poco después fundó un establecimiento dedicado a la elaboración de pólvora que llevó el nombre de Santa Bárbara.

Nació así una instalación fabril creada para dotar las baterías de los buques de la armada española, llegando a suministrar armamento a las plazas fuertes de España, las colonias y la Armada Real. A la fábrica llegaron numerosos operarios flamencos para enseñar las últimas técnicas de fundición; la calidad de sus piezas hizo que fueran apreciadas en toda Europa, de forma que, hacia 1759, entre las ferrerías de Liérganes y La Cavada tenían en funcionamiento cinco hornos de fusión y dos de reverbero.

En 1763 la fábrica inicia una nueva etapa bajo el control del ejército, pero la deficiente administración provocó un fracaso de la instalación. Tras ello, el gobierno de Floridablanca decidió reorientar la dirección de la fábrica que fue encomendada al Ministerio de Marina para el restablecimiento del antiguo método de fundición con el que la factoría recobrará su máximo esplendor.

El éxito fue tan grande que sólo entre 1783 y 1784 se fabricaron 958 cañones, se fundieron obuses navales recamarados y, para conmemorar esta efemérides, se construyó el Arco de Carlos III, que aún perdura.

Entre 1629 y 1830 la producción de los altos hornos de Liérganes y La Cavada fue de cerca de cien mil toneladas de hierro colado, 26.000 cañones y municiones de diferente tipo. El hierro producido era de la llamada clase gris.

A partir de 1787 la industria se orienta hacia la fabricación de bienes de equipo para las industrias privadas y escudos para los palacios reales. Muestra de ello son las cañerías de las fuentes de la granja de San Ildefonso en Segovia. Sin embargo, por la carencia de recursos económicos y de materias primas la fábrica entró en decadencia hasta el cese de su actividad en 1826.

Fiestas populares

Es tradicional la participación en las fiestas de grupos de danzantes, bailando por las casas con palos, cuyo origen se remonta a tiempos antiguos. Destacan en este término municipal las festividades de San Juan Bautista, Santa María Magdalena y San Cipriano, todas ellas de interés local.

San Juan Bautista. Los actos festivos en honor al patrono del municipio tienen lugar el 24 de junio en el núcleo de La Cavada.

Santa María Magdalena. Esta fiesta se celebra el 22 de julio en la localidad de Rucandio, donde es habitual cada año la organización de una romería popular.

San Cipriano. El 16 de septiembre se conmemora esta festividad en La Cavada.

Además de las citadas, cabe reseñar la 'fiesta de la Juventud', celebrada la semana siguiente al día 15 de agosto. Durante los tres días que duran los festejos se organiza teatro, un descenso humorístico por el río Miera, desfiles y la Verbena del Clavel.

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