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Patrimonio

Jueves, 16 de enero 2020, 12:51

Patrimonio arqueológico

En el municipio de Voto se han localizado numerosas cuevas que custodian yacimientos paleolíticos: las más importantes son la cueva de Cobrante, la del Otero, la de La Chora. La cueva de Cobrante o Cobrantes, situada en el barrio del Caburrao de San Miguel de Aras y conocida desde finales del siglo XIX, custodia un importante yacimiento con elementos del Magdaleniense, Mesolítico postaziliense, Edad del Bronce y del Hierro. Es de reseñar el notable conjunto de arte rupestre paleolítico que alberga, descubierto en 1967 por Miguel Ángel García Guinea. Se trata de una serie de grabados paleolíticos reunidos en dos grupos, que incluyen representaciones animales y un antropomorfo, así como varias muestras de arte esquemático abstracto: marcas negras, puntuaciones, líneas y ángulos. Los grabados se consideran realizados en el Solutrense y en el Magdaleniense Inferior. Esta cueva fue declarada Bien de Interés cultural en 1985.

La cueva del Otero, en Secadura. Se conoce desde principios de siglo, custodia un destacado yacimiento paleolítico y de la Prehistoria Reciente, en los años sesenta se documentaron niveles del Musteriense, Auriñaciense, Magdaleniense superior y Aziliense. Custodia un panel de grabados incisos finos de dos cabras en visión frontal, del Magdaleniense Superior/final del Cantábrico. La cueva del Otero fue declarada Bien de Interés Cultural en 1998. Detrás de ésta se encuentra la cueva de la Casa de los Cristales u Otero III, que también alberga materiales paleolíticos. Por último, en la cueva de La Chora, en San Pantaleón de Aras, se excavaron en los años sesenta nueve niveles asignados al Magdaleniense; si bien una nueva revisión plantea la posibilidad de que también se incluyan niveles del aziliense.

Otros yacimientos prehistóricos de Voto son la cueva del Berenjel en Carasa; la de la Helguera, La Covarona y la del Túnel en Llueva; la Cueva del Ratón y la de Entrambascuevas o Trampascuevas, en San Miguel de Aras; la de Monte Liende, en Rada; la del Cubo, la del Sauco y la del Carro en San Pantaleón de Aras; El Bortal en Riolastras; y Solvejo, en Secadura, con un pequeño conjunto de pinturas.

En cuanto a arqueología medieval, es de reseñar la fortaleza altomedieval de Pico del Castillo en San Miguel de Aras (Siglos VIII-XII). De planta rectangular adaptada al terreno y levantada en mampostería ligada con argamasa se le unieron dos estructuras a los lados mayores para aumentar su superficie.

Restos de la torre de Alvarado.

Patrimonio civil

Arqueológicamente está documentada la fortaleza altomedieval de Pico del Castigo o Castillo en San Miguel de Aras (Siglos VIII-XII). De planta rectangular adaptada al terreno y levantada en mampostería ligada con argamasa a la cual se unieron dos estructuras a los lados mayores para aumentar su superficie. En Secadura se conservan los restos de una de las torres de Alvarado en Secadura, construidas en el siglo XV, fueron reformadas sobre trazas de Juan de Naveda, en mampostería con esquinales de sillería. En el barrio de Angustina de Carasa se establecieron los Velasco, linaje que tenía su centro de poder en Medina de Pomar, en la casa llamada Pico Velasco, sobre la cual se levantó en el siglo XVII otro edificio. Por último, en San Pantaleón de Aras se conserva la torre de Viluma, del siglo XV, considerada casa originaria de los Alvear, propiedad en el año 1650 de Diego de Alvear y Medianilla.

Voto fue a lo largo de la Edad Moderna cuna de numerosos maestros de cantería y el territorio de la antigua Junta ofrece numerosos e interesantes ejemplos de arquitectura de aquellos siglos. El tipo de casa renacentista cuyas fachadas empiezan a demostrar una mayor organización está ampliamente representado y abundan las casas de finales siglo XVI, comienzos del XVII. Entre ellas se cuentan la casa de la familia Carasa, mandada construir en la población homónima por el capitán Juan de Angustina Carasa; la casa de Cerecedo Rada y Alvarado edificada en San Miguel de Aras en 1593; la casa del maestro de cantería Francisco del Hornedal, dada a hacer en 1588; la casa de Juan del Río de Carasa, reedificada por el maestro de cantería Juan de Casanueva en 1588; el conjunto de casas edificadas por el maestro de cantería Francisco de Falla, vecino de Hoz de Anero, entre 1589 ny 1607, como la de Alvear (1589) en San Pantaleón de Aras, la de Domingo Cerecedo Pierredonda (1600) y la de Juan de Ballesteros (1600) en San Miguel de Aras, la de García de Buega (1601) en Secadura y la de Gonzalo del Rivero (1604) en Carasa.

La transición al clasicismo que se puede apreciar en estas construcciones y se produce en el tránsito del XVI al XVII está ejemplificada en la torre de Sisniega en San Mamés de Aras, que perteneció al maestro de cantería Diego de Sisniega, considerado posible autor de las trazas. Este edificio compendia los elementos de las construcciones clásicas: abundancia de vanos refajados y marcadas líneas de imposta sobre la mampostería revocada. La consolidación del nuevo estilo viene de la mano de los nombres de otros artífices de Voto como Juan de Naveda, veedor de obras del arzobispado de Burgos, y otros maestros activos en los focos clasicistas de El Escorial, Lerma y Valladolid, como Juan de Ribero Rada (éste hizo construir su casa en Rada). Construcciones de interés de esta época son la casa de Cerecedo Alvear, atribuida a Juan de Naveda; la casa de Francisco de Cerecedo y María de Matienzo, con una arquería que precede al soportal que sigue el modelo de los patios y claustros, levantada hacia 1630 en San Miguel de Aras; el palacio de Caburrado, levantada para García Sánchez de Cerecedo y María de Mercado, también en San Miguel; la casa de Sebastián de Alvear de San Pantaleón de Aras, fechada en 1638; y la casa de Francisco Velasco en Carasa, de 1653. Por último reseñar en esta época la casa de Alvear y Sierra-Alta de San Pantaleón de Aras con una portalada construida hacia 1649 obra de los maestros de cantería Andrés de Paderne, Pedro de la Lastra y Melchor Mazorra, presenta cubos en las esquinas, elemento recurrente a lo largo del siglo XVII.

Palacio de los Ruiz de la Escalera. Palacio del conde de San Carlos, en Secadura. Torre de los Sisniega en San Mamés de Aras.
Imagen principal - Palacio de los Ruiz de la Escalera. Palacio del conde de San Carlos, en Secadura. Torre de los Sisniega en San Mamés de Aras.
Imagen secundaria 1 - Palacio de los Ruiz de la Escalera. Palacio del conde de San Carlos, en Secadura. Torre de los Sisniega en San Mamés de Aras.
Imagen secundaria 2 - Palacio de los Ruiz de la Escalera. Palacio del conde de San Carlos, en Secadura. Torre de los Sisniega en San Mamés de Aras.

En cuanto a la arquitectura del siglo XVIII, se considera que el maestro Marcos de Vierna diseñó la casa torre que había pertenecido a Francisco González Sisniega, para Francisco Antonio Ruiz de la Escalera (hacia 1736), financiada con dinero obtenido en las ferrerías. De Vierna es responsable de la torre, la fachada y la ampliación de la casa antigua del siglo XVII, en esta que contempla como una de sus primeras actuaciones como diseñador de casas. También del siglo XVIII es la casa de Mier construida en Nates, un bloque barroco que recoge la tradición del clasicismo; la casa y portalada de la casa de Rada reformadas en 1708 por Antonio de Rada Alvarado Ungo Velasco. Así mismo son de resaltar en Secadura las ruinas del palacio de Juan Francisco Pacheco de Secadura, con un cuerpo central proyectado hacia delante y flanqueado por dos alas de menor altura (este palacio conocido como del Conde de San Carlos fue declarado Bien de Interés Local en 2005.

En cuanto a la arquitectura decimonónica y de principios del siglo XX, en este municipio se pueden ver varias residencias privadas de interés, entre ellas sobresale Villa Adela, mandada erigir por la familia Gándara en un alto de Carasa sobre el Asón, se trata de un bloque de dos alturas que presenta dos torres flanqueando la entrada, coronadas por dos grandes tejados amansardados que incluye dos miradores uno de ellos sobre columnillas de hierro y otro adosado a la fachada a modo de ventada; está relacionado con los hoteles de familia que, en aquellos años proyectan tanto el arquitecto Francisco Echevarría como Alfredo de la Escalera y Amblard. Otros ejemplos son la casa Carlos Sáiz Trápaga de Bádames, con detalles de carpintería suizos; el hotel de familia del barrio de Angustina de Carasa, dominado por una torre; las casas del barrio de la Tanerma de Rada; el palacio que acoge el colegio público Marquesa de Viluma, un bloque de gran tamaño que integra una capilla; la casa mandada construir por Francisco Sáinz Trápaga en San Miguel de Aras en 1862, una obra de cantería de planta cuadrangular y cubierta a cuatro aguas de grandes dimensiones, cuyo salón comedor decorado con naturalezas muertas pintadas por León Criach y Durán. También a este grupo pertenece el conjunto de casas erigidas en el cambio de siglos del barrio del Ruiseco de Carasa, surgidas durante un breve periodo de florecimiento que experimentó la zona. En el capítulo de arquitectura pública el El ayuntamiento de Bádames (1898), obra del arquitecto Alfredo de la Escalera y Amblard; las escuelas de San Pantaleón de Aras (1930) de estilo regionalista similares a otras del arquitecto Deogracias Mariano Lastra.

Casa de los Cerecedo Alvear de San Miguel de Aras.

Patrimonio religioso

Las localidades de Voto acogen interesantes iglesias parroquiales, varias de ellas ofrecen ejemplos de la actividad de algunos de los prestigiosos artífices que durante la Edad Moderna nacieron en esta junta. Se trata de las iglesias de San Bartolomé (San Bartolomé de los Montes), San Pedro (Llánez), San Román (Nates y Susvilla), Santiago (Bádames), San Esteban (Padiérniga), Santa María (Carasa), San Ginés (Rada), San Miguel (San Miguel de Aras), San Pantaleón San Pantaleón de Aras), San Juan Bautista (Secadura), San Mamés (San Mamés de Aras) y San Andrés (Bueras).

San Bartolomé en San Bartolomé de los Montes es uno de los templos más venerables del municipio; parte de una construcción románica anterior con una nave rematada por una cabecera semicircular. El ábside es producto de una reforma en los siglos XIII, XIV, la nave fue levantada a finales del XV, y la torre hacia 1600. aloja un retablo ejecutado a mediados del XVI, similar al trazado por Simón de Bueras para San Andrés de Valtierra de Riopisuerga en Burgos. En el lago de la epístola hay un retablo de la primera mitad del XVII y en el evangelio hay otro prechurrigueresco fechado hacia 1670.

San Pedro de Llánez es un bloque de una nave edificado hacia el siglo XV, cuya historia no consta documentalmente.

San Román de Nates parte de una nave gótica del siglo XV. Presenta una portada que sigue esquemas del siglo XIII; en los muros del evangelio y la epístola se abren dos lucillos del XV-XVI; la espadaña está datada en el siglo XVII; la cabecera, con un testero plano, fue reformada a comienzos del XVIII. En el siglo XX, la iglesia fue sometida a una profunda reestructuración.

Iglesia de Santa María de Carasa. Iglesia de San Juan Bautista de Secadura. San Ginés de Rada.
Imagen principal - Iglesia de Santa María de Carasa. Iglesia de San Juan Bautista de Secadura. San Ginés de Rada.
Imagen secundaria 1 - Iglesia de Santa María de Carasa. Iglesia de San Juan Bautista de Secadura. San Ginés de Rada.
Imagen secundaria 2 - Iglesia de Santa María de Carasa. Iglesia de San Juan Bautista de Secadura. San Ginés de Rada.

Santiago de Bádames es un templo de una nave de cuatro tramos, el correspondiente a la capilla mayor flanqueado por dos capillas, y torre a los pies. Se edificó a finales del XV, principios del XVI en estilo gótico; la portada es del siglo XVI. La última obra acometida tuvo lugar en el XIX con una reforma de la nave. La torre fue levantada en 1609 interviniendo el maestro de cantería Juan Gil de Zorlado. La capilla del lado del evangelio fue mandada construir por Francisco González de Sisniega en 1709 y la de la epístola fue abierta en el XIX. El cuerpo del retablo es churrigueresco y se data hacia 1720-1730, aloja un banco contrarreformista de principios del XVII. La iglesia guarda otros dos retablos ejecutados entre 1730 y 1740.

San Esteban de Padiérniga es un edificio de una nave de dos tramos y capilla mayor. Fue levantada a mediados del XVI (fecha en la cual se data la capilla mayor y la portada) y reedificada posteriormente, la torre fue levantada a principios del XVII. El retablo responde al estilo de la escuela burgalesa y fue contratado en 1567 con Juan de Bueras y su primo.

Santa María de Carasa es un importante templo de una nave con tres tramos y capillas laterales y torre a los pies. La cabecera es gótica y se relaciona con la del monasterio de San Salvador de Oña, al que este templo estuvo vinculado durante la Edad Media. En el evangelio se abren dos capillas, la más antigua llamada de los Maza, fue contratada en 1575 al maestro Pedro de la Torre Bueras. Está construida en sillería, mezcla orden dórico toscano con el corintio y su cubierta de crucería estrellada sigue los modelos de Rodrigo Gil de Hontañón. La segunda capilla del evangelio comenzó a construirse en 1611, sigue trazas del arquitecto Hernando de Nates Naveda. En la epístola se abre la capilla del capitán Juan de Angustina Carasa, iniciada en 1585 y atribuida al maestro de cantería Juan Sebastián de las Landeras. En 1598 se demolió la nueva torre Juan del Ribero Rada dio traza y condiciones para la nueva; sin embargo después de que se hubieran constatado daños en la estructura hacia 1616, Juan de Naveda dio nuevas condiciones para la construcción del último cuerpo de la torre y también para la portada norte. La capilla mayor está ocupada por un retablo churrigueresco contratado en 1699 y concluido en 1701 por los maestros de Limpias Juan de Helguero, Pedro de Helguero y Antonio de Alvarado (a quien se atribuyen las trazas). Preside la obra una imagen de la virgen del siglo XV. La capilla de Angustina custodia un retablo clásico realizado hacia 1613 y atribuido a García de Arredondo. La capilla de Maza aloja un retablo realizado hacia 1613, también en esta capilla se puede ver un tondo con una pintura sobre tabla de época gótica del siglo XV.

San Ginés de Rada presenta cruz latina. La capilla mayor se data a finales del siglo XV y se cubre con una bóveda de crucería. En la nave se abren dos nichos ejecutados hacia el siglo XVI. En el lado del evangelio se alza la capilla de Juan de Ribero Rada, bajo la advocación de San Diego de Alcalá, cuya licencia de construcción se otorgó en 1606; la obra fue supervisada por Pedro de Llánez que se considera pudo ser autor de la traza. En el lado de la epístola se abre la capilla de Marcos de Rada fundada en 1606, relacionada con el foco clasicista vallisoletano. En la capilla mayor se conserva un retablo portátil con imágenes de la escuela palentina del siglo XVI. En la capilla de Marcos de Rada se puede ver un retablo romanista con imágenes atribuidas a García de Arredondo, que sigue la tradición del retablo de El Escorial diseñado por Juan de Herrera; la capilla de Ribero Rada aloja un retablo de finales del XVII, reformado en el XIX.

San Miguel de Aras es un templo de planta de cruz latina iniciada en el XVI en estilo gótico (época a la cual se corresponden dos pilares) y concluida en estilo clasicista. Éste cambio de estilo es obra de Juan de Naveda que añadió el testero y la nave con pilares de orden toscano y arcos de medio punto, respetando las cubiertas de crucería de los tramos, así como las dos capillas del crucero. En el lado del evangelio se abre la de los Cerecedo-Matienzo, incluye un nicho que sigue un modelo iniciado por Juan de Nates en Valladolid. En el lado de la epístola se abre la capilla fundada por Leonardo de Cerecedo, llamada en principio de la Concepción. El retablo mayor de la iglesia fue contratado en 1600 por el maestro Juan de la Llamosa, la escultura corrió a cargo de Bartolomé de la Cruz Alvarado. En la capilla Cerecedo-Matienzo se aloja un retablo del XVI y en la de los Cerecedo otro del XVI, inspirado en la arquitectura de Vignola. Otras obras muebles del templo son los retablos de San Antonio de Padua y de San José (en origen dedicado a Nuestra Señora del Rosario).

San Pantaleón de Aras es un templo de planta de cruz latina, fue comenzado en el siglo XV, siguiendo la tradición gótica (a esta época pertenece un tramo a los pies de la nave y la portada). Fue reformada en el siglo XVII, siguiendo parámetros clasicistas. La torre fue erigida en 1726 por Domingo Lombera, si bien la actual torre es obra del XIX. En la década de los cuarenta del siglo XX, se llevaron a cabo diversas actuaciones en el templo de cara a evitar su derrumbe, entre ellas la erección de arbotantes exteriores. La capilla de Nuestra Señora del Rosario, en el lado del evangelio data del siglo XVI; la de San Sebastián, en la epístola, de mediados del XVII. El retablo mayor churrigueresco fue ejecutado hacia 1712-1724 yse atribuye a los talleres de Limpias Liendo. También se conserva un relicario romanista del XVI, un retablo dedicado a Nuestra Señora del Rosario de la segunda mitad del XVIII y otro churrigueresco labrado en 1723 para la capilla de San Sebastián.

San Juan Bautista de Secadura es un templo de dos naves que se considera fue concebida como una iglesia de grandes dimensiones de tres naves, a favor de esta tesis obran los complejos soportes, obra gótica de hacia 1500. Así a la cabecera, labor de aquel entonces se suman dos tramos de naves de finale del XVII, con trazas de Francisco del Pontón Setién, veedor del arzobispado de Burgos que combina elementos clásicos con los ya existentes. La torre de Secadura fue trazada en 1590 por el artífice Juan Gutiérrez de Buega y es una de las primeras muestras de clasicismo de Cantabria. El pórtico está datado en el siglo XVIII. La capilla mayor aloja un retablo romanista de mediados del XVII, cuya obra fue rematada en 1652 con el maestro arquitecto de retablos Juan de la Puente Mazateve, que realiza aquí uno de sus primeros trabajos. Otra pieza singular de este templo es la lauda sepulcral del presbítero Gómez Fernández de Secadura de finale del XV

San Mamés de Aras presenta una nave de tres tramos; parte de un templo del XV, principios del XVI. Los pilares toscanos son obra de Juan de Naveda; la bóveda de crucería de la cabecera se debe a José Diego Galán en 1783. El retablo mayor está datado en el último cuarto del siglo XVI. La iglesia conserva otros dos retablos de estilo churrigueresco de la segunda mitad del siglo XVIII y traza similar.

Iglesia de San Mamés de Aras.

San Andrés de Bueras es una sencilla construcción clasicista de una planta levantada a principios del XVII, con una capilla mayor obra de Juan de Ruiseco Angustina en 1616. Aloja un retablo prechurrigueresco ejecutado en torno a 1660-1670.

Entre los santuarios menores de Voto se cuenta la ermita del Cristo, un edificio del siglo XV, de una nave con cubierta de bóveda de crucería y una espadaña del XIX, que alberga un retablo mayor rococó de la segunda mitad del XVIII, ejecutado sobre modelos vallisoletanos y burgaleses. También es de reseñar la ermita de Nuestra Señora de Palacios de San Miguel de Aras, de una nave, iniciado en el XVI y ampliado y remodelado en los dos siglos siguientes, en el lado del evangelio se abre una capilla encomendada por Juan Pumarejo y María de la Llama. Más sencillas son la ermita de San Roque en San Miguel de Aras, del siglo XVIII; el edificio de la antigua ermita de Santa Justa, de finales del XV, principios del XVI; y la ermita de San Roque de Secadura, del siglo XVII. Así mismo son de reseñar varias humilladeros en San Miguel de Aras y San Pantaleón de Aras.

Patrimonio industrial

En Voto han sobrevivido varias estructuras de molienda, varias de ellas documentadas en el siglo XVIII. En la antigua junta trasmerana hubo también ferrerías, en Bádames se han localizado las escorias dejadas por una de ellas; en San Mamés de Aras se puede ver la presa de la ferrería que allí funcionara; en El Pedroso, de San Miguel de Aras, se conservan restos de una fragua del XVIII; en el barrio de Mazarredonda.

Como obra de ingeniería destacan los puentes de San Miguel de Aras y San Mamés de Aras, ambos obra de finales del XVIII; principios del XIX.

En cuanto a la arquitectura del hierro y la era industrial es de destacar la estación de ferrocarril de Carasa, que entró en funcionamiento en 1896 y se alza sobre la línea que une Santander y Bilbao, conforme a un proyecto de 1886 del ingeniero Valentín Gorbeña. Sobresale la gran marquesina férrea que se proyecta delante de la fachada.

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