"Ningún barco de fuera ha traído bonito a Santoña por la falta de dragado"

«Con la costera de bonito lo estamos sufriendo todavía más. A día de hoy no ha descargado bonito en Santoña ningún pesquero de fuera de los que van a cebo vivo e, incluso, alguno de casa tampoco viene aquí a vender. Y, de cacea solo ha venido uno de fuera», lamenta Fernández. El temor a quedarse varados hace que los barcos de otras cofradías elijan el puerto de Laredo para subastar sus túnidos.

Así, mientras en Laredo, según datos aportados por el patrón mayor, César Nates, se congratulan de haber triplicado la venta de bonito pasando de los 128.000 kilos del año anterior a los 440.000 que sumaban a comienzos de este agosto, en Santoña apenas han experimentado un aumento y eso que, remarca Fernández, está siendo una costera «mucho mejor y regular».

Como dato, el pasado año se subastaron 311.000 kilos y este se han vendido 414.000. «En la lonja de Santoña no estamos notando lo bien que está yendo la costera de bonito para los de cebo vivo en el Cantábrico porque no viene a descargar ningún barco de fuera». A ello se suma que los barcos de cacea que pescan en las Azores «no están encontrando nada».

"Nos tienen olvidados"

El patrón mayor tiene claro que Santoña ha «perdido el tren» de esta costera porque los barcos «ya ni quieren entrar aquí porque tienen miedo a pegar con la arena y quedarse varados. Hay temor». Tal es la situación que «solo entran los barcos de casa» y, matiza, «no todos». «Estas son las consecuencias de la falta de dragado y de que aún no nos hayan puesto las boyas exteriores que nos prometieron hace ya un año desde la Consejería de Obras Públicas», cuenta molesto. Y esa situación se traduce en una pérdida de «miles de millones» para la Cofradía de la Virgen del Puerto.

Para Fernández en el puerto de Santoña «no se hace nada. La Administración regional se ha olvidado de esta lonja», dice sin rodeos. Y ello supone que «el puerto de Santoña esté muerto, y subsistirá con la flota local. Es lo que han querido los políticos, con los cuatro barcos de casa. No hay más», señala resignado. El patrón mayor llega al punto de reconocer que tenían asimiladas estas consecuencias. «El año pasado tuvimos algún barco de fuera», dice, «pero es que este año ya ninguno. Nada».

El último dragado de la ría se llevó a cabo el pasado mes de marzo y retiraron unos 20.000 metros cúbicos de arena entre la zona de La Machina y la entrada al puerto. «Seguimos igual, con mucha arena acumulada y poco agua. Nos falta el balizamiento, las tres boyas exteriores que nos prometieron hace un año y no sé a qué esperan», denuncia el patrón mayor.